Ese infinito que se forma entre usted y yo

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Ojalá pudiera entrar en sus pensamientos, para saber porque actúa como actúa. Es tan incierta, tan explosiva, tan impredecible. La odio, señorita. La odio por ser tan efímera y volátil. 

Usted y yo somos términos mutuamente excluyentes. Pero no puedo alejarla, porque me duele más a mi que a su frío corazón. Usted es cruel, con sus palabras y con sus acciones. Le importa una verga cada palabra que sale por su boca; le importa una verga si lastima o no. 

Usted es de esas que besa muy poco, y deja con ganas de más. Usted es de esas que toma mi mano para cruzar la calle, pero después la suelta sin decir porqué. 

Usted es una granada sin rumbo, caminando de pueblo en pueblo; sin objetivo, sin un lugar a donde ir. Usted es una mujer a medio vestir, a medio sentir, a medio amar. Con usted nunca existe nada definido. Con usted todo es un punto medio, sin arribas ni abajos; sin blancos ni negros. 

Usted no es una simple chaqueta colgada en el ropero. Usted es más que sólo cigarrillos bajo la lluvia. Usted es eso que me sobra y que me falta. Usted es el mensaje que necesita mis noches, pero la tortura es enorme que prefiero que se vaya. 

Usted no tiene respeto hacía la vida, ni hacia la muerte; ni hacia nada. Compañera de la lluvia, en días soleados. Usted olvida las definiciones de todo, para volverlas a aprender juntas. Me toma de la mano cuando es de noche, cuando hace frío, cuando está aburrida. No comprendo la razón de su enojo, pero siempre está furiosa. Siempre tengo la culpa yo. 

De nuevo me deja ir; dejándome sola en esta cuidad. La capital es muy grande, y mi corazón es muy sensible. Usted lo sabe, pero le encanta torturarme en silencio desde el rincón oscuro de su habitación. 

Esa misma habitación que con las luces apagadas se ven mejor. Entonces me acerco a usted, sin hacer mucho ruido, sintiendo como me voy consumiendo bajo el efecto de sus labios. Es usted hermosa, y no sé como más expresárselo. Sin besarla, le rozo los labios. La acaricio despacio, con cautela felina. Es usted mágica, quizás ya se ha cansado de escucharlo. Me quedo allí, observando ese silencio que reposa en sus labios. Puedo decirle todas las palabras del mundo, pero aún así siento que sería muy poco. Entonces tan sólo me quedo admirando, ese infinito que se forma entre usted y yo. 

Lo contrario a la mitadWhere stories live. Discover now