Parte sin título 51

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Su cuarto siempre está hecho un desastre. Cada vez que voy a esa casa, intento arreglarle un poco la vida. Pero es difícil, porque ni siquiera tiene caneca en su habitación. Para botar cosas, debes ir a la cocina o al baño. 

Me gustaría sentirme especial. Me gustaría sentir que soy el único humano con el que se ha encerrado en esa habitación con un secreto escondido tras las puertas. Pero al parecer no es así. 

Ni siquiera puedo recordar bien, si esa noche estaban las puertas cerradas o abiertas. "Yo quería dormir contigo, y tú no querías dormir sola" Me cantaba mientras reía y reía, maliciosamente. 

Jamás sabré si las puertas estaban abiertas o cerradas. Estaba oscuro, pero seguro hubiese podido distinguirlo, porque entraba un poco de luz desde monserrate. ¿Alguna vez te he contado que desde su cuarto se puede ver monserrate? Es un lugar hermoso, muy típico de este lugar. Aunque escuché que había otro en otra cuidad.

Su gato jamás conoció ese nuevo cuarto con esa linda vista. Yo conocí sus dos casas. Por poco me quedo a dormir en las dos. Para mi mala suerte, esos días enloquecí. Perdí un poco la capacidad para mentir. Luego volvió a mi, y así logré lo que yo quería.

–Siempre sueles manipular a la gente, como una zorra sin corazón– Susurró una vez, con esa dulce voz que pone cuando quiere decir cosas que hieren. Yo sonreí, porque era cierto. Si me hirió. 

Lo contrario a la mitadWhere stories live. Discover now