Su voz suena extraña esta noche

4 0 0
                                    

"Las mejores fotos son con la mente" 

Me duele  el alma, cuando la escucho leer algunas letras que no son mías. Me duele como sonríe por otros que no soy yo. Y quizá a él también le duele que ella sonría por mi. 

Todos somos monstruos. Alguien los ha destrozado antes. ¿Es posible que alguien sea más posesivo con las personas que tú?

"Quítate el caparazón, y los depredadores no se darán cuenta que existes"

Al parecer jamás lograré entenderte, así que prefiero alejarme de todo. Alejarme de ti. 

No quiero esto. No quiero tus labios, diciendo palabras tristes. Palabras llenas de veneno. Eres como una serpiente, piensa en la copa del árbol, junto a la miel. A veces dueles, donde las cosas deberían doler. No entiendo porque soy tan adicta a que me hagas daño. Quisiera poder parar. Poder decirte que te vayas de mi vida, porque la verdad no me apetece derramar más lágrimas por ti. 

Y luego estoy, detrás de ti de nuevo, pensando en que te quiero, porque no sé hacer otra cosa que no sea morir por tus ojos negros. Odio estar tan jodidamente enamorada de tus labios rojos. 

A veces pienso que esas cosas sólo ocurren conmigo. Que nuestros recuerdos son nuestros, pero no es así. Esos recuerdos ya los tienes con alguien más. Estas manos, ya han sido tocadas por alguien más. Quizá ya has recorrido esos caminos antes, con otras manos. Riendo de los mismos chistes. 

Te escuché durante un rato, hablando sobre las palabras lindas que escribía ese chico triste. Seguramente él también se enamoró de ti. Seguramente él también te escuchó cantar, y tu voz lo enamoró hasta la raíz. Seguramente él también te amó en secreto, y te lo dijo con miradas. Seguramente tú también fuiste especial para él, pero tampoco pudo decírtelo, y te hizo creer que tan sólo eras una más.

Entonces me puse a llorar, mientras te escuchaba leer sus poemas. Mientras te escuchaba leer sus letras, que decían "Espero que no le estés leyendo esto a nadie más". Entonces tú sonreías, porque ya lo habías leído antes. Y me lo estabas leyendo a mi, otra vez. 

A veces sueles ser una maldita sin corazón. Te encanta serlo. Sonríes con malicia. Me miras, sin una pizca de amor en el rostro. Yo sonrío, como una tonta, pensando que me quieres porque me has mirado. Pero no es cierto. Tus miradas mienten también, al igual que tus palabras, al igual que tus besos. Al igual que todo lo que hemos vivido. 

Sólo mentiras y más mentiras, que me creo porque estoy tan ciega y tan enamorada a la vez. 

Lo contrario a la mitadWhere stories live. Discover now