Años después...
-Olvídalo -Murmure viendo a el incontable numero de personas frente a nosotros con una mueca.
Mi hermosa castaña se giro hacia mi con un pequeño puchero que cambio al ver mi notable resignación por un ceño fruncido -Mejor cierra la bocaza Reagan, no llegamos aquí para evitar una de las mejores partes del viaje -Me tomo del brazo para prácticamente arrastrarme a una de las filas mas largas del mundo.
La subida a la Torre Eiffel.
-Vamos Crys, no haré esa maldita fila para estar unos minutos en la Torre -Me seguí quejando, aunque conociéndola solo era cosas de un rato para que se rindiera -Bien. Quedemonos en la fila.
Después de diez minutos esperando mi paciente prometida decidió volver otro día, como me esperaba ya de ella. -Hace mucho frío como para estar parados para subir por un rato -Se excuso mientras nos dirigimos a el campo de Marte -¿Que quieres hacer? -Me pregunto mientras caminábamos sin ninguna dirección en especial.
La mire con sorpresa -Era tu sueño venir aquí que yo recuerde -Le doy una sonrisa cariñosa, suponiendo que todavía esta muy pasmada como para aceptar donde esta, como cuando le entregue nuestros pasajes días después de comprometernos.
Suspiro señalando a unas escaleras que llevaban al metro -Esto es un maldito sueño. Una cosa en la lista era correr por el metro ¿Que dices? -Sonrei asintiendo ante esto.
Los dos partimos corriendo como locos y evitando a todo el que se nos cruzara, hasta que choque con una chica de cabello rubio -Deberías fijarte por donde vas gilipollas -Supongo que se quejo cuando la ayude a levantarse.
Iba a disculparme pero mi chica tomo mi mano y tiro de mi adentrándonos, con los tickets que habíamos comprado antes, en el metro.
-Perê-Lachaise allá vamos -Anuncio tirándome dentro del primer ferrocarril que llego. -Eres un bruto -Bisbiseo contra mis labios.
-En realidad solo soy un Delta -Enarque una ceja.
Me sonrío con los ojos brillando, ya hace poco mas de un año que terminamos nuestros estudios y ejercemos nuestras profesiones aunque no nos salvamos de las reuniones de reencuentro o solo nuestras juntas con amigos: Como con Lana que ahora vive en España con un chico que conoció en un viaje, o con Thomas que esta terriblemente frustrado por su relación actual. Y aunque los quiero mucho mis días preferidos son los que paso junto a mi novia, tanto a solas como reunidos con nuestras familias o en compañía solo de los mellizos, hijos de Mia.
Ahora nos mudamos de ciudad y por fin tenemos un lindo departamento juntos, para la celebración privada en que abrimos una botella cara de Champaña, así celebrarlo, fue cuando le pedí matrimonio a Crys. Entre eso y el viaje hemos estado distraídos en toda una etapa de "Luna de Miel Previa".
Unos dedos se chasquearon frente a mi rostro -Tierra a Jackson, ya llegamos -Podía escuchar la emoción en la voz de Crystal así que sonreí enormemente antes de salir -Por fin lo veré. No puedo procesarlo, mamá estaría tan emocionada -Pase mi abrazo por sus hombros reconfortándola -Gracias
Salimos del metro y mire pasmado el lugar -¿Donde esta el cementerio? -Crystale se rio de mi -¿Que?
-No hicieron el metro en el cementerio Reagan -Señalo la enorme muralla a nuestra derecha -Tenemos que encontrar la entrada
Seguidos por personas que vendían pequeños panfletos o libros sobre el cementerio llegamos a el enrejado seguido por una corrida de escaleras con muchas tumbas a los alrededores -Es tenebroso
-Yo te protejo -Sonreí a mi castaña a la vez que caminábamos al interior, el lugar era enorme por lo que vimos en el mapa que conseguimos -Ahí -Señalo el numero de la Tumba de Abelardo y Eloisa.
Después de muchas vueltas, varios fanáticos de Jim Morrison, encontrarnos con la tumba de Oscar Wilde, que Crys le haya dado un beso, por fin llegamos a las estatuas que conformaban la hermosa tumba de Abelardo y Eloisa.
La observamos, tal vez Crys recordando todo lo que esa historia significa, cuantas veces la leyó o escucho, cuantas veces se imagina aquí. Yo solo podía pensar en lo feliz que ella se veía aquí, como sus ojos se iluminaban al ver todo y como me imaginaba que seria mientras me hablaba de este lugar en mis clases de filosofía con ella.
Todos tienen distintos tipos de enamoramientos, distintos temores y reacciones. Lo mío fue que me enamore profundamente de esta gruñona castaña, de sus momentos graciosos, su manera de explicarme con emoción todas sus experiencias, lo tierna que puede ser cuando otros no la ven. Aunque tengo el miedo constante de cagarla de alguna manera me ayuda pensar en que por ella debo hacer todo lo posible para no hacerlo, y que si lo hago pues ese anillo ya esta puesto en su dedo ¿No?
Siento un cálido beso en mi mejilla -Creo que me enamore de este lugar tan rápido como de ti
-Si lo piensas, incluso antes de conocerlo -Eleve mis cejas con una insinuación.
Rodó los ojos dando la vuelta -Ya hemos estado aquí un tiempo y aun no encuentro un cuervo negro ¿Que dices de buscarlo Reagan? -Le di una mirada escéptica -Yo a mis gustos tu a los tuyos. Después de todo ellos me hicieron estar contigo.
Sin poder negarme a eso acepte empezando a buscar un cuervo negro.
¿Que mas daba? Esta era la mujer con la que pasaría el resto de mi vida, ya sea buscando un ridículo cuervo negro o corriendo de un lado para otro: Tal vez a un piso abandonado de artes o a una fraternidad llena de chicos alocados y una Jefa de fraternidad gruñona completamente atractiva.
-¡Es perfecto! -Grito emocionada al ver un cuervo arriba de una cruz.
Sonreí con cariño mirandola atentamente -Si que lo es.
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La JEFA de la fraternidad
RomanceUna cosa es soportarla en la Universidad, otra distinta es tener que compartir el grupo de amigos, pero que su nombre me aparezca hasta en el hombro (Es una larga historia) ya es el colmo. ¿Qué haré contigo, Crystale Wayne? N.C Esta historia no bus...