Cuerpo de prueba

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 —Yo... Yo tomé la mejor decisión—susurró levemente antes de corresponder aquel abrazo con fuerza—, realmente no quiero decepcionarte...

Su respiración se agitada levemente a la par de sus leves sollozos que hicieron que se aferrara con fuerza al contrario.

—Isaäk... El día que ya no me quieras, dímelo por favor, ¿sí? Se separó levemente antes de acariciar las mejillas del mayor—. Sólo quiero tu felicidad... No importa lo que tenga que hacer, quiero que seas feliz.

Isaäk frunció el ceño ante tal confesión, no lograba comprender el por qué de sus palabras.

— ¿El día que ya no te quiera? —Preguntó, aunque no esperaba respuesta—. Anielka, si eres así de maravilloso, ¿cómo planeas que deje de quererte?

Posó levemente sus labios sobre los contrarios, mordió un poco el inferior.

—Déjame hacerte feliz, concédeme meses, años cuanto más largos. Permíteme hacerte gozar la vida y darte la oportunidad de aquello que no te habían dado, cariño y protección. Valórate más a ti mismo y permíteme estar contigo.

Dicho esto, selló sus labios con beso largo y cálido.

Correspondió aquel beso con suavidad y delicadeza, llevado sus manos al cuello del contrario, acariciando con suavidad.
Ante aquellas palabras era inevitable que sus ojos lagrimearan aún más, sentía una fuerte presión en su pecho, abrumadora y desconcertante.
Nunca alguien había dicho esas palabras para él y eso lo ilusionaba aún más, hasta el punto de volver a llorar.

—Quiero que siempre estés conmigo... Siempre, todos los días de tu vida. Voy a protegerte de todo y de todos, haré que siempre sonrías pero sobretodo, que seamos muy felices juntos...

–Oye, oye, tranquilo... —susurró tomando el rostro del contrario y apartando las lágrimas que rodaban por sus mejillas— no te dejaré.

Sonrío una vez más. Trabajaría mucho en deshacerse de las inseguridades del chico pero daría su mejor esfuerzo para lograrlo.

Subió más agua al cabello del menor para terminar de retirar toda aquella espuma.

—Estoy tranquilo...— susurró levemente antes de sonreírle con suavidad—. No tengo razón para alterarme o preocuparme... Al menos por ahora.

Soltó una suave risita antes de ayudar al mayor a quitar la espuma de su cabello, ladeó levemente la cabeza.
Tomó la mano de éste y la acarició lentamente antes de besar su mano.

—Quiero saber algo...— lo miró levemente— ¿Qué seguía en el experimento?

Esa era la pregunta que no esperaba escuchar, nunca, pero aún así, la curiosidad de ese chico fue más grande. Al escuchar esa pregunta desvío rápidamente la mirada, en verdad no quería decírselo. Ese experimento era cruel a nivel psicológico.

— ¿Podemos... no hablar de ello? —Dijo titubeando—. Haré lo que sea para compensar el dolor que te he hecho pasar, pero por favor dejemos el experimento, y su seguimiento, fuera.

Mordió con un poco de fuerza el interior de su mejilla, deseaba que en verdad que el menor no hiciera más preguntas pese a saber que evitarlas era un acto cobarde considerando que lo había usado como rata de laboratorio. Anielka tenía todo el derecho de conocer la respuesta a sus preguntas.

— ¿De verdad quieres saberlo...?

—De verdad quiero saberlo...—susurró levemente antes de tomar la mano de Isaäk, restregando su mejilla levemente en ella—. Tengo curiosidad, porque después de todo decidí hacerlo.

Esbozó una amplia sonrisa, sin soltar la mano del mayor. Su duda no iba más allá de una curiosidad que carcomía su mente por largos períodos, necesitaba saber porque Isaäk se había resignado a detener el experimento. Había tantas dudas en su mente que sólo deseaba calmarlas.

—Sí las quiero saber... Porque no me gustaría vivir con esa duda, quiero saber la causa de que hayas detenido el experimento.

Soltó un pesado suspiro y volvió su mirada al menor intentando sonreír de la forma más calmada posible.

—Esta bien, pero primero terminemos de ducharnos, ¿de acuerdo? —se incorporó en la bañera y comenzó a lavarse el cuerpo de nuevo.

Le contaría todo a Anielka, desde el por qué del experimento y la razón por la cual se detuvo, hasta su motivo para practicar aquello y su función. Absolutamente toda la verdad sería revelada, aunque eso cambiara las cosas.

AnielkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora