¿Y SI NOS CASAMOS?

Negocio.

-¿Hola?-el ciervo tenía el celular entre su oreja y su hombro mientras se cepillaba los dientes.-¿Con quién hablo?

-Oh, ¿Tan rápido borraste mi número?-aquella voz, aquella voz le escarapeló el cuerpo.

-¿Q-qué quieres?- tragó duro y se enjuagó rápidamente la boca.

-Mi dinero.- aquel hombre parecía disfrutar del nerviosismo de Luhan.-No me digas que Sehun no te avisó.

-En realidad, no lo he visto desde que llegué.- sus manos le temblaban, verificó todo a su alrededor y respiró profundo al ver que su adorable esposo no estaba por ningún lado.
 
El bufido de aquel hombre fue realmente sonoro.- Dime Luhan, ¡Crees que soy idiota!- chocó su puño fuertemente contra el escritorio.

-Emm....

-¡Quiero mi dinero!

-Ya, ya, ya, deja de gritar.- se sentó en la cama y buscó una libreta con un esfero en el cajón.-Acabo de completar un negocio por el que me darán mucho dinero, así que ¿Cuál es tu número de cuenta?

-¿Eh? ¿Sí tienes el dinero?- como por arte de magia su voz cambió a una súper amigable.- De haberlo dicho antes hombre.

-Sí, sí lo tengo pero a más tardar te deposito la próxima semana, aún tengo que hacer la documentación para retirar esa cantidad.

-De acuerdo, pero conste que incluye los intereses.- el ciervo rodó los ojos y asintió.

-Cómo olvidar tus putos intereses que me están poniendo la soga al cuello.

-Verás que si no me pagas...

-Me matarás y bla bla bla... enserio deberías de buscarte otro "discurso".

-Tienes razón, ¿Qué te parece algo como hacerle daño a tu guapo esposo? ¿Te gusta ese?

-Emmm, aunque pensándolo bien, el anterior está mil veces mejor, bueno, bueno, entonces te llamaré para confirmar el depósito.

-Más te vale.- mencionó antes de terminar la llamada.

Luhan se quedó embobado mirando hacia su teléfono, apretó los ojos y se sacudió el cabello jurando nunca más volver a meterse con esa gente, la habitación de había quedado en completo silencio, el ciervo negó con la cabeza antes de ponerse de pie, pero por poco le da un derrame al ver a su bollo esposo parado en la puerta con la mano en la cintura y con el ceño fruncido.-¿B-Bebé?

-¡Ándate al infierno!

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Dieciocho años atrás...

-¿A dónde quieren ir de vacaciones mis dos bellos amores?-la ahora señora Lu sonrió acariciando las mejillas de sus dos pequeños.

-¡A la piscina!

-¡De campamento!

Ambos dijeron la misma vez volteando sus pequeñas cabecitas en dirección del otro.

-¡Quiero ir a la piscina!

-¡No!

-¡Sí!

-¡No!

-¡Sí!

-¡Qué no!- el pequeño bollo empujó a su hermano quien por poco y cae de trasero al piso.