Boss <Romanogers>

-Capítulo 11- "Divorcio"

Capítulo dedicado a isa-kk . Gracias por tanto interés.

Steve's PoV

Habían pasado ya dos semanas desde el acontecimiento de Natasha y su casi Ex- esposo, y ya los papales de divorcio estaban listos para ser firmados.

En ese tiempo la Señorita se había mudado a un gran apartamento en una villa algo apartada de la cuidad; la vista era simplemente hermosa y ella decía que siempre contara con ella por si la necesitaba, que me podría prestar el departamento cuando quisiera y que podía ir cuando quisiera también; ella me recibiría con las puertas abiertas.

Era agradable tener de amiga a mi jefa.

— ¿Sólo lo tienes que firmar y eso es todo?— preguntó la Señorita Maximoff. Tanto ella, como el Señor y la Señorita Stark, Natasha y yo estábamos en la oficina de la última mencionada.

— Sí Wanda, gracias al cielo es sólo eso— asintió la Señorita Romanoff desde su asiento.

— ¿Cómo lo pudo hacer tan rápido? Quiero decir, hay personas que esperan largos meses para que lleguen los papeles— opiné yo.

Ella sonrió en respuesta y posó sus hermosos ojos sobre los míos.

— Eso es gracias a las influencias que tengo, a los contactos que conozco, Señor Rogers— aclaró ella.

— Y según este reloj ya debes irte— notificó el Señor Stark.

— Es cierto— se levantó de su silla, se arregló la falta y la camisa que llevaba y tomó su bolso.

— Espero que todo salga bien Natasha— deseó la Señorita Stark.

— Que ese bastardo no te moleste ya— esa fue Wanda.

— Sólo ten suerte, Natasha, que todo salga bien— le habló con suavidad el Señor Stark.

— Espero que todo se resuelva, Señorita Romanoff— deseé yo.

— ¿Se quedará?— preguntó desde la puerta.

Me hice el desentendido.

— ¿Disculpe?— pregunté.

— Vamos Steve, sería bueno tenerlo allí, que sepa no estoy sola— su voz fue tan cálida. Eso me impulsó a seguirla.

La mujer me tenía loco.

Natasha's PoV

Hace algunos cinco días había conseguido el hermoso apartamento en el cual vivía ahora. En todo el tiempo anterior me había quedado con el Señor Rogers.

¿Me arrepentía? No, sin dudarlo.

Él me mostró que merecía mi confianza y yo la suya. Y me cuidó como nadie lo había hecho antes.

Estaba de más decir que Steve eran un gran hombre y que me gustaba pasar tiempo con él.

— Si se sobrepasa con usted no me hago responsable de nada— dijo él mientras conducía.