Boss <Romanogers>

-Capítulo 22- "¿Quisieras ser...?

E

Capítulo dedicado a: _delalluvia Gracias por ser una tan buena escritora y gracias por el apoyo a esta historia.

Steve's PoV

Me estaba preparando para asistir al trabajo; no dejaba de pensar en que hoy sería uno de los días más importantes de mi vida.

Termina a de abotonar mi camisa, pensando en el acontecimiento de hace un mes, cuando le pedí a Natasha salir con ella en una cita frente a sus demás empleados.

Al día siguiente de eso, habíamos llegado a la Empresa juntos, y luego, cada uno se fue a su respectiva oficina. Al entrar a mi lugar  todo estaba bien, nada fuera de lo común, hasta que, encima de mi escritorio, encontré una figura de corazón que decía: "Steve + Natasha"

Me reí bastante y pegué la pequeña figura con cinta adhesiva a la pared, para recordar que era cierto.

Iba justamente a sentarme en mi silla, cuando una llamada de Natasha me hizo ir a su oficina.

Antes de estar frente a su puerta, supe porque una extraña desesperación se había incluido en su voz cuando me llamó: la habitación estaba llena de globos rojos, rosas y blancos, y algunos con forma de corazón.

Con algo de preocupación y confusión logré pasar a la pequeña multitud de gente que se encontraba alrededor de la puerta, y tratando de no pisar ningún globo, caminé hasta Natasha, que estaba a un costado de su escritorio, sosteniendo una pequeña pancarta.

—Natasha...— la miré sorprendido. En su rostro sólo había una enorme sonrisa.

—Mira, Steve.

No sabía si reír o sorprenderme, por eso sólo abrí mucho los ojos.

La pancarta decía "Romanogers" y tenía muchos corazones a los lados, incluso fotografías de nosotros.

—¿Qué significa esto?— preguntó en una risita.

Me encantaba verla así de feliz.

—Supongo que somos nosotros— dije rodeando su cuello con mi brazo, acercándola más a mi.

En la oficina estaban algunos de sus empleados presentes que sonreían, daban pequeños gritos y aplaudían como si de algún cantante o actor famoso se tratara.

Supongo que ven a su jefa de esa manera, como yo lo hago.

Natasha sólo me sonrió e hizo lo que nunca pensé que haría. Se puso de puntas en sus pies y me dio un beso efímero en los labios, allí, frente a todos los trabajadores.

Llegué a caer en cuenta de lo que pasaba cuando escuchamos una voz masculina sobresalir entre todos los gritos y aplausos.

—¡Bien, tranquilo todo el mundo!— Tony se hizo presente en el lugar, junto con Wanda, que miraba todo con sorpresa y una enorme sonrisa—. ¿Qué está pasando aquí?— nos miró a ambos con una ceja levantada.

— Tony, lo que pasa es que...— Natasha quiso comentar algo, pero un grito de uno de sus trabajadores la hizo callar.