-Capítulo 21- "Primera Cita"

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E

Steve's PoV

Habían pasado varios días desde mi pequeño accidente, y como no fue nada grave, ya podía trabajar normalmente.

Estaba emocionado de poder ver a Natasha diariamente después de su fuerte declaración.

Luego de meditar durante estos días, y repasar mis emociones, también me había dado cuenta de algo: yo también la necesitaba tanto como ella me necesitaba a mi, y me gustaba en realidad.

Desde la mañana estaba en mi oficina. Claro, la había visto, pero no me era suficiente.

—Bucky, ¿crees que lo debería hacer?— hablaba por teléfono con mi mejor amigo.

—¿Recuerdas que te dije que si ella es importante para ti demuéstraselo?— contraatacó.

Respiré profundo.


— Bien, eso haré, Bucks. Gracias, amigo.

— Oye, Steve, ¿puedo quedarme en tu casa esta noche? Al parecer hubo un fallo y la luz se cortó— pidió.

—Claro, la casa también es tuya.

—Además, sería muy gracioso escuchar lo que harán en tu habitación— añadió pícaramente, riendo un poco.


—¿Ves? Por eso no la invito a tu casa— le reproché—. Ella no es una de esas mujeres, y yo no le haría eso.


— Bien, "Steve el caballeroso". Nos vemos luego— cortó la llamada.

Puse el teléfono en su lugar y di un suspiro.

Estaba listo.

Me levanté de mi silla, arreglándome un poco la camisa que llevaba; el calor comenzaba a ser insoportable, y caminé hasta la oficina de Natasha.

Al llegar allí toqué la puerta, y una voz un tanto distinta respondió.

—Pase— dijo y entré.

—Ah, hola Wanda— saludé a la mujer de grandes ojos verdes—.¿Dónde está Natasha?

—Está en una reunión en la sala de juntas.

—Gracias— sonreí ya salí de allí.

Iba por la mujer que me quitaba el aliento.

Caminé un poco más, y allí estaba; se podía ver su perfecta silueta por las paredes de cristal algo transparentes.

Respiré profundo antes de abrir la puerta.


—Lo que quiero decir, Señores, es que la remuneración va a cambiar un poco por el incremento de la comisión y.... hola, Señor Rogers— me saludó ella sonriente al notar mi presencia.

Me avergoncé un poco porque todos voltearon a verme.

—Permiso— dije desde el umbral de la puerta—. Hola, Señorita Romanoff.


—¿Necesitas algo, Steve?— preguntó informalmente.

—Quisiera preguntarte algo... a solas— respondí y no faltaron algunas sonrisas extrañas de algunos de los presentes.

Ella me miró raro.


—Lo siento, Steve, pero estoy en una reunión— recordó inocentemente.


Boss <Romanogers>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora