-Capítulo 12- "Cuidarte"

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Natasha's PoV

— Bueno, ¿qué quisiera saber sobre Wanda?

— Um... ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo se hicieron amigas?

Le di un sorbo a mi taza de café antes de contestarle.

— Entró hace cuatro años a la Empresa, Tony la había contratado. Al principio no me llevaba muy bien con ella, tiene una personalidad bastante extrovertida. No le importa decirte si estás bien o mal, y es mejor que no estés mal para ella...— conté—. Siempre estábamos un poco alejadas por eso, pero luego nos hicimos muy buenas amigas— terminé de narrar con una sonrisa.

— Pero, ¿cómo pasó?— quería saber.

— Una vez celebramos su cumpleaños en la Empresa, y el Señor Banner acudió conmigo. Las cosas se salieron un poco de control, ya que él alegaba que estaba siendo muy provocativa y que por eso todas las miradas de los demás empleados se posaban en mi— expliqué con cierto enojo.

— Y no los culpo— dijo él riendo. Yo también lo hice.

— Dijo también que Mark, uno de los de seguridad, se pasó la fiesta completa coqueteando conmigo, algo que no fue cierto. El Señor Banner pidió hablar conmigo en privado, y hací lo hice. Comenzó a gritarme que era una cualquiera y que me comportara, que no era correcto lo que estaba haciendo; y mucho menos si estaba él presente como mi esposo— contaba tranquila. Ya todo estaba en el pasado.

Pude ver como las manos de Steve, que estaban sobre la mesa, se hacían un puño y sus nudillos se tornaban blancos.

— Me acorraló en una esquina y me tomó de las muñecas, apretándolas— seguía explicando, sabiendo que hacía mal—. Quería defenderme, pero después sería un escándalo en la Empresa. Pensé que me golpearía, como lo hizo anteriormente, pero Wanda, que estaba pasando por ahí, se dio cuenta de lo que pasaba y le reprochó bastante. Le dijo que aprenda a ser un hombre de verdad, y lo corrió del lugar— sonreí—. Ella me demostró que, sin que nos agradáramos tanto, iba a defenderme a toda costa. Por eso somos amigas— concluí.

Los nudillos del Señor Rogers seguían blancos, así que posé mis manos sobre las de él y las acaricié para que disminuyera su agarre.

— Ya no me puede hacerme daño— le dije dulcemente, mientras lo miraba a los ojos—. Ya no más.


Steve's PoV

Escuchar a Natasha narrando esa historia fue muy preocupante y me dejó furioso.

¿Cómo un hombre así podría estar con una mujer tan maravillosa como ella? Si el podía todos teníamos la oportunidad.

Al parecer ella captó mi enojo, porque envolvió mis manos con las suyas y comenzó a acariciarlas delicadamente. Sentí una descarga eléctrica recorre mi cuerpo cuando lo hizo.

— Ya no me puede hacerme daño— murmuró cálidamente—. Ya no más.

Ojalá hubiese sido verdad.

Quería quitar la mesa que nos separaba unos centímetros y abrazarla, quitarle todo miedo y preocupación, así se sintiera plenamente libre.

Relajé mis manos  y la miré.

— ¿No terminará de tomarse su café?— pregunté tomando mi taza y dándole un sorbo. Ella rió.

— En eso estoy— contestó e iba a tomar la taza, pero sus manos se desviaron rápidamente. Su rostro tenía una mueca de dolor.

Boss <Romanogers>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora