Boss <Romanogers>

-Capítulo 4- "¿Vamos?"

E

Natasha's PoV

Iba retrasada.

Se supone que debía estar en mi oficina hace dos minutos, pero estaba atrapada en el tráfico matutino de New York.

La noche anterior, luego de que las lágrimas consumieran mi última gota de energía, Bruce se acostó a mi lado, eran algo así como las dos de la madrugada. No pude dormir después de eso.

Logré conciliar el sueño a las cinco de la mañana, por eso decidí quedarme durmiendo.

Obvié tres veces la alarma que se supone me despertaría a las tres.

Bruce se había ido sin despedirse, así que tuve que darme otra capa de maquillaje al acordarme de esto, porque instantáneamente lágrimas salían de mis ojos.

Ahora algo pasaba con un semáforo.

— Llegaré tarde— me dije a mi misma con preocupación, viendo la hora en el tablero del auto.

Odiaba llegar tarde. Se supone que los jefes llegan antes que todos. No quería que hoy fuese diferente.

La rutina dentro de mi cabeza debía seguirse.

Aproveché que había una entrada hacia un estacionamiento y entré allí.

Estacioné el auto, salí y lo aseguré. Luego me fui corriendo hasta la empresa.

Mal comienzo...

Steve's PoV

Había despertado feliz.

Ya tenía un trabajo y sería independiente.

Tomé una ducha luego de hacer algunos ejercicios para estar más despierto, salí y me vestí. Después bajé al sótano a buscar mi auto.

Opté por levantarme temprano ese día para así estar en la empresa con un buen de tiempo.

Cuando salí del apartamento, se suponía que debía llegar en una hora, pero llegaba en diez minutos a la empresa, así que tendría cuarenta minutos a mi favor.

Todo por una buena imagen.

Llegué a la empresa y no había casi nadie.

Subí al nivel en donde se suponía que trabajaría, y al abrirse el elevador me encontré con aquella rubia recepcionista.

— Buenos días— saludé amable, poniéndome enfrente de su escritorio.

— Bueno días— se puso de pie y estrechó mi mano con la suya—. Usted debe ser quien Natasha contrató, ¿cierto?-

— Sí, soy yo: Steve Rogers, un placer— le sonreí.

— Mucho gusto, Señor Rogers. Yo soy Virginia Potts bueno, Pepper, como todos me dicen, Stark ahora.

— ¿Está casada con el Señor Stark?— pregunté algo incrédulo. Ella asintió con la cabeza—. Wow, felicidades.

Rió un poco.

— ¿La Señorita Romanoff está aquí?— le pregunté.

— Um... No; aún no ha llegado, lo que me parece extraño porque es una de las que primero llega— dijo mirando un pequeño reloj que tenía en su delgada y pálida muñeca.