Seiya se encontraba en su oficina revisando unos papeles cuando una tromba en forma de una hermosa chica de larga cabellera negra y ojos oscuros vestida con unos pantalones entallados negros y una blusa ajustada color blanca, irrumpió con una cara que denotaba lo furiosa que se encontraba.
— ¿Me puedes explicar quién demonios es esa arrabalera que tienes en la casa? — Le grito con rabia.
Pero Seiya solo la vio con indiferencia y encogiéndose de hombros siguió en lo que estaba haciendo.
— ¡Te estoy hablando! ¿Quién es ”ésa”? — Dijo golpeando la mesa aun más furiosa por la indiferencia de Seiya.
Este se levantó molesto por su actitud arrogante y se acercó a ella clavando sus azules ojos en los oscuros de ella, que se estremeció ante su dura mirada.
— En primera, te voy a pedir de forma educada, que no vuelvas a entrar a mi oficina de esa forma tan prepotente y arrogante, y menos sin anunciarte y en segunda, yo no tengo porque darte explicaciones de quien entra a mi casa, y si no tienes nada mejor que decir te suplicó que te vayas, tengo mucho trabajo pendiente.— Le dijo Seiya, tomándola por él brazo para obligarla a salir.
— Seiya... Disculpame, es solo que me preocupa él tipo de gentuza que metes a nuestra casa, uno no sabe que tipo de mañas tenga. — Dijo en tono despectivo y negándose a moverse.
— "Las mañas no tienen nada que ver con la condición social de las personas. —
— ¡Por supuesto, que la buena cuna tiene mucho que ver, ese tipo de gente le gusta mentir. Puede robarse algo de nuestra casa. — Dijo en tono despectivo.
— "Mi casa" querrás decir... Te recuerdo que hace mucho tiempo que no vives ahí. Y como dije el dinero y la condición social no importan, tu eres una chica de buena familia y culta y eso no sirvió para evitar que me traicionarás. — Le dijo con seriedad.
— Seiya... ¿Cuantas veces debo pedirte perdón? — Dijo con fingido arrepentimiento.
— No me pidas perdón. Es solo que... — Pero ella no lo dejo terminar.
— No seas injusto conmigo. Dejame volver contigo. Por favor... A nuestra casa. A ser felices juntos. — Dijo en tono entre suplicante y seductor.
— No soy injusto, es solo que no quiero volver contigo y... Te recuerdo que fue tu decisión, no mia. —
—Y me arrepiento de ello, fui una tonta... No sabía... No pensaba que... —
— ¿No pensabas que me daría cuenta de tu engañó? — La interrumpió. — ¡Por favor! Somos figuras públicas, ¿No sabías que cualquier persona tendría la amabilidad de decirme lo que hacías a mis espaldas? — Dijo con exasperación.
— Seiya... Eso fue un error, una aventura que no significó nada... Yo... Te amo... — Dijo suplicante.
— ¿Me amas? Cuando se ama, no se engaña, ni miente, se es leal y no hay necesidad de buscar otros besos ni caricias. ¿Qué fue una aventura? Esa aventura te salio muy cara, porque nos separó para siempre. Perdoname pero no volvería contigo porque he perdido la confianza que tenía en ti, y a decir verdad... Creo que nunca te he amado. — Dijo con frialdad.
— Por favor no digas eso... Es mentira... Yo se que aún sientes algo por mí. Se que me amas y que no has olvidado mis besos, ni los momentos que compartimos. — Dijo seductoramente.
— Te quise... Si es cierto, pero no lo suficiente, ahora se que solo me deslumbró tu belleza, y tus caricias cegaron mi mente y nublaron mi razón, todo lo que sentía por ti se murió él día que nos separamos. Así que si no tienes nada mas que decir, te pido que te vayas. Dejame trabajar Reih. — Dijo señalándole la puerta con mirada implacable.
— No me daré por vencida Seiya... Voy a recuperar tu amor. — Dijo saliendo con arrogancia.
Él la miro salir y suspiro cansado... No se explicaba como es que había creído amarla, si ella era tan fría y plástica si era bella, demasiado bella, pero solo era su envoltura, era como un hermoso maniquí, bello por fuera y vacío por dentro, ahora se daba cuenta.
Movió la cabeza negativamente negándose a seguir pensando en ella.
Al cabo de unas horas en las que se concentró en su trabajo, entro su secretaria, anunciándole que eran las 4 de la tarde.
— Sr. Kou... Ya es hora de mi salida... Este... ¿Quiere que me quede un poco mas? —
— No... Este... Puede irse srta. Esmeralda. Hasta mañana que descanse. Yo me iré un poco más tarde. — Dijo con mirada distraída.
— Si... Hasta mañana, no se vaya muy tarde. — Dijo la chica y salió rápidamente antes de que a su jefe se le ocurriera detenerla.
Él ya no respondió y se concentró en su trabajo, pero al cabo de unos minutos se levantó de la mesa tomó su chaqueta y salio de la oficina, había perdido él animo de seguir trabajando, tal vez buscaría esas muletas que la chica necesitaba, o sólo llegaría temprano a su casa por él simple gusto de estar descansando, desde su rompimiento con Reih no había sentido esas ganas de llegar temprano.
Se sentía con animos de pasar la tarde a lado de Serena, tranquilos, tal vez viendo televisión o tal vez cargarla hasta el jardín y sentarse juntos a la sombra de un árbol, conocerla y ver su podía averiguar algo que le fuera útil a su plan, o simplemente averiguar si era tan inocente como aparentaba.
Aun recordaba su mirada llena de asombro al mirar su hermosa casa, sus ojos llenos de miedo cuando esperaban a Andru, preguntándose cual sería su horrible destino junto a él, o su mirada llena de angustia ante la injusticia de ser despedida sin razón, eso era algo que le avergonzaba, pero no se arrepentía, pues gracias a eso a ahora estaba en su casa y eso era algo que le daba una agradable sensación de hogar a su casa, algo que no sintió cuando estuvo Reih viviendo ahí.
***
Media hora más tarde llegaba a su casa, no se veía su sobrina Molly por ningún lado, fue a la habitación de servicio y no estaba la chica ahí.
Busco en la cocina pero solo estaba Lita.
— ¿Has visto a Bombón? —
— ¿Quién? — Pregunto Lita sin comprender.
— Bombón, es decir la chica que traje ayer.— Dijo ruborizado por la mirada suspicaz de Lita.
— ¡Ah... Serena! Si esta en él jardín con Andru, parece que se llevan muy bien.— Le dijo sonriendo al ver su cara de pocos amigos que puso.
Seiya no respondió y con él disgusto reflejado en su cara salio de la cocina.
Al llegar al jardín vio a Serena extendida lánguidamente, en él pasto con los brazos cruzados tras su cabeza a modo de almohada, Andru estaba a su lado recargado en su codo mirando hacia Serena, ambos estaban muy divertidos sonriendo y bromeando concentrados en su plática cuando Seiya los vio y la molestia que sentía se acrecentó al ver la confiada y alegre sonrisa que Serena le dedicaba a su chofer, apretó los puños tratando de contener su enojó y se acerco a ellos.
— ¡Andru! ¿Qué no se supone que te pago por trabajar? ¿Que haces ahí tirado en él suelo muy tranquilo en lugar de cumplir con tus deberes? — Le reprendió con una dura e implacable voz.
Andru se levantó sobresaltado por la voz de Seiya, nunca había sido tan arrogante, siempre lo había tratado como un igual, podría decirse que como un amigo y su extraña actitud lo tenía sin saber como reaccionar.
La brillante sonrisa de Serena desapareció, al ver sus ojos azules que la miraban con enfadó, Seiya sintió un raro vuelco en él corazón al ver como su sonrisa desaparecía ¿Qué tenía Andru qué se veía tan feliz junto a él? Se preguntaba porque con él no sonreía igual.
— Es mi culpa... Yo le pedí que me sacará al jardín, él no quería... Yo... Lo siento. — Dijo avergonzada por la forma de reprender a Andru. Trato de incorporarse con dificultad y Andru se acerco rápidamente a ayudarla.
— Andru... ¿Qué esperas para irte? Te he dado una orden. Yo la ayudaré a levantarse. — Dijo con voz que no admitía una negativa.
— Yo... Si claro, este... Con permiso. — Dijo ruborizado y visiblemente nervioso y avergonzado por la humillación de que fue objeto.
Tan pronto se fue, Seiya se inclinó sobre Serena y la levantó con facilidad. Quería volver a sentir él suave aroma a rosas, que despedía su cabello dorado. Sintió su delicado cuerpo pegado al suyo y sintió rabia de pensar que su chofer también la había llevado en sus brazos y había sentido sus bellas curvas. Ahora entendía la amabilidad de Andru hacia ella, seguramente se sentía igual de atraído hacia ella, que él.
Movió la cabeza con fuerza tratando de ahuyentar esos pensamientos, él no se sentía atraído hacia esa chica, no debía sentirse así, ella estaba ahí por una razón muy poderosa y no debía olvidarlo.
— Te voy a pedir que no distraigas de sus obligaciones a mis empleados. — La reprendió molesto.
— Lo siento... No fue mi intención. No creí que estuviera mal que me acompañara un momento en el jardín. — Murmuró cerca de su oído.
Su cálido aliento hizo que una descarga eléctrica lo recorriera de pies a cabeza. Irritado por esa sensación, guardo silenció. No sabia que decirle así que para qué hablar.
El corazón de Serena latía con tanta fuerza que parecía querer salirse de su pecho, la cercanía de Seiya la ponía muy nerviosa, su aroma varonil y el suave vaivén de su cálido pecho le alteraban sus sentidos, el sentir sus fuertes brazos alrededor de su cuerpo, le daba la seguridad de que nada en el mundo le podría causar daño, miraba sus profundos ojos azules y se preguntaba a que sabrían sus sensuales labios.
Se le hacia el hombre más guapo del mundo, era como una estrella lejana, a la que solo se le puede contemplar desde lejos, pero sin siquiera pensar en tocarla. Cerro los ojos para abandonarse a esa agradable sensación que le producía su cercanía, como quien se sumerge en un cálido y maravilloso sueño.
—Así que es verdad. — Dijo una voz desconocida cuando entraron a la casa.
Serena abrió los ojos de golpe y miró al dueño de la voz y se encontró con un apuesto chico de verdes ojos y cabellos plateados, que la miraban como si fuera un animal ponzoñoso.
— ¡Yaten! ¿Qué milagro que vienes a esta humilde casa? — Le dijo Seiya con una sonrisa burlona, ignorando su pregunta.
— No es visita de cortesía, vine a ver si era cierto que tenías una "chica" de esta clase viviendo en tu casa.— Respondió.
Sintió como los brazos de Seiya se tensaban alrededor de su cuerpo y vio como apretaba los labios, tal vez por la forma tan grosera en que ese guapo chico le hablo.
— ¡Vaya! Veo que Reih ya te fue a visitar, no me extraña, pero te diré lo mismo que a ella, yo no tengo porque dar explicaciones de quien entra a mi casa. — Dijo con un tono de voz aparentemente tranquilo, pero que por la forma de mirarlo bien podría significar una marcada amenaza.
— La casa de nuestros padres, un lugar decente donde vivió nuestra madre y nuestra hermana, ¿Cómo puedes tener el valor de traer aquí a tu amante? Peor aun ¿Cómo puedes tener ese tipo de amantes? Teniendo el amor de una mujer como Reih, las mujeres mas bellas y cultas se tiran a tus pies y tu estas perdiendo el tiempo con "esta" mujerzuela. — Dijo con voz llena de desprecio.
Serena se sintió muy humillada por él ojiverde e iba a refutar sus crueles palabras pero la voz de Seiya la detuvo.
— Reih no es como tu crees Yaten, ya te daras cuenta por ti mismo, además ¿Para qué quiero a las mujeres mas bellas del mundo si solo me siguen por mi dinero, fama y posición social? — Dijo mirando a su hermano con una mirada llena de vacío y soledad. — Aparte de que tienen cerebro de pollo. — Añadió en voz baja.
— Y ¿Crees que "ésta" no te sigue por tu dinero? ¡Claro que si! Para ella esto es como sacarse la lotería, vive en una mansión y no tiene que preocuparse de nada, no te das cuenta porque tiene hipnotizado con sus sucias artimañas. — Le dijo con voz llena de rabia.
— Te voy a pedir que cuides tus palabras, ni tú ni nadie tiene derecho a insultarla, así que si no tienes nada más que decir, ahí esta la puerta. — Dijo Seiya alzando la voz.
— ¿Cómo puedes decirme eso? Ósea que prefieres a "esta" que no es más que una oportunista, que encontró en ti al ingenuo que la sacará del basurero en el que vive. ¿En lugar de a mi que soy tu familia?— Dijo con voz implacable.
— No la prefiero a ella, es solo que tú no quieres escuchar. — Respondió moderando su voz.
— ¡Esto es increíble! Me voy, porque estas tan ciego que no quieres escucharme. ¡Vamonos Mina, no tenemos nada que hacer aquí. — Le dijo a una elegante rubia que venia de la cocina en esos momentos.
— ¡¿Qué?! Pero si estaba con Lita en la cocina, avisando que íbamos a cenar aquí. — Dijo confundida.
— No podemos quedarnos, es tarde y nada hay que hacer aquí. ¡Vamonos! — Dijo tomándola del brazo y dirigiéndose a la puerta.
— Nos vemos Seiya. — Dijo Mina sonriendo y viendo con curiosidad a la chica que estaba en sus brazos.
— Lo lamento, mi hermano no tenía porque hablarte así... Yo estoy avergonzado por su forma de tratarte. No me dejó explicarle. — Dijo cerca de su oído.
Serena estaba muy turbada por su cercanía, ni siquiera podía pensar en nada que no fuera su sensual boca.
— Se que estas avergonzada, y te pido que lo disculpes. Yo... Hablaré con él. — Dijo con voz apenada.
— Ehh... Este... Si claro, lamento causarte tantos problemas y molestias. — Dijo por fin.
— No es tu culpa, yo te provoqué ese accidente. — Respondió abriendo la puerta de su habitación.
La depósito en su recámara y salio sin decir una palabra, ya no le parecía tan buena idea llevar a cabo ese plan que le había llevado algún tiempo concretar y que le estaba saliendo como él deseaba, a excepción de sentir una ligera atracción hacia Serena.
***
— Vamos al despacho Seiya. Tenemos que hablar. —
— ¡Taiki! Solo faltabas tu para mejorar este día. — Dijo fingiendo ironía.
— No estoy para tus bromas, es importante lo que debo decirte. —
— Vamos. — Respondió dirigiéndose al despacho.
— Amy, dile a Lita que cenaremos aquí, que preparé dos lugares más. —
— No hay necesidad... Mina ya le había dicho que cenarían aquí. —
— No importa, debo hablar contigo en privado. Amy... Este... —
— No tengo interés en inmiscuirme en tus asuntos Seiya, yo los esperare en el salón. No tardes Taiki. — Dijo Amy encogiéndose de hombros y saliendo del despacho.
— Seiya... me puedes explicar ¿Quien es esa chica? —
— Taiki... No se como explicarlo, es que... —
—¿ Es tu amante? — Preguntó sin rodeos.
— ¡No! Es que, es mi culpa que este así, yo... Le provoqué un accidente y me sentí en deuda con ella, yo... Tenía que ayudarla. —
— Pero eso no es motivo para traerla aquí, cualquiera solo le paga el seguro médico y ya... no la lleva a vivir a su casa, y si se roba algo, no puede estar aquí en la misma casa donde esta Molly, ósea, no es correcto. —
— Taiki, yo... Tenía que hacerlo, entiende. —
— ¿Te gusta? —
— ¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no! — Dijo ruborizado y con demasiada rapidez.
— ¡Eso es! Te gusta, por eso la trajiste aquí. — Dijo abriendo los ojos con asombro.
— ¡Ya te dije que no! — Dijo fastidiado por su insistencia. — Es solo que me llevo demasiado tiempo encontrarla, no puedo permitir que se vaya. La perdere... No puedo hechar a la basura todo lo que he adelantado, mi plan se ira abajo. — Añadió.
— ¿De que hablas? ¿Qué plan? — Pregunto Taiki, confundido.
— Olvidalo, no entenderías. — Dijo evasivo.
— Seiya, ¿Quién mejor que yo para entender? Dime que es tan importante. —
— Solo debes de saber que tiene que ver con nuestra hermana. —
***
Hola espero que les guste. Mil disculpas por tardar tanto
Besos
Dam Frost.
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Engaño De Amor
Fanfiction"Si está leyendo esta historia en otra plataforma que no sea Wattpad, o fanfiction es muy probable que corra el riesgo de un ataque de malware. Si desea leer esta historia en su forma original y segura, leela en ambos sitios". Serena es una chica se...