Una Vida Diferente

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Seiya vio con horror mal escondido las maltrechas escaleras y tubo miedo de preguntar donde ella vivía. Sus temores se vieron reflejados en la puerta maltrecha y desvencijada que ella señaló.
- Toma algo de ropa, yo te cuidaré, en las dos semanas que tengas ese yeso. -
- ¡Por supuesto que no! ¡Puedo cuidarme sola.! -
- ¿No imaginarás que te dejaré sola en este lugar? ¡Por Dios! ¡Ni siquiera tienes una puerta! Cualquier tipo de los que están afuera podría entrar y hacerte cosas horribles. Anda toma algo de ropa, mira si no quieres vivir conmigo estas dos semanas buscaré un departamento en un sitio decente y te conseguiré una enfermera. - Dijo tratando de tranquilizarla.
Al ver que no hacía caso se metió en la pequeña habitación y saco su escaso guardarropa de los cajones, lo metió en una bolsa y salió.
- Vamos. - Dijo volviendo a cargarla.
Bajo rápidamente las escaleras, sólo para encontrar su lujoso auto sin llantas y completamente destruido, se volvió a verla con enfado.
- ¿Y así esperas que te dejará en este lugar? Nunca... ¿Me oyes? Nunca te dejaré volver aquí. - Dijo sacando su teléfono móvil.
- En unos minutos vendrá mi chófer por nosotros. - Dijo mirando con enfado su precioso auto hecho un cacharro.
Serena lo miraba con temor, su corazón latía tan rápido como el aleteo de una mariposa, su mente le daba mil razones para preocuparse por el guapo extraño, se sentía como un pequeño ciervo frente a un cazador, no sabía que era lo que pretendía ese joven, ¿Secuestrarla? Eso no era posible, nadie daría ni medio centavo por ella. Entonces ¿Qué pretendía? ¿Venderla? ¿Hacerle mil horribles cosas? Sentía tanto miedo que su cuerpo estaba paralizado.
El rostro de un joven rubio que le sonreía con amabilidad la tranquilizó un poco, mientras les abría la puerta de la limusina, Seiya la sentó con delicadeza y se subió enseguida, mirándola de cuando en cuando con curiosidad, ella desvío la mirada y vio por el espejo la sonrisa amable y jovial del chófer y eso la hizo esbozar una leve sonrisa, tal vez no hubiera nada de que preocuparse, tal vez ese joven de larga cabellera negra sentado frente a ella de verdad solo quisiera ayudarle por terribles remordimientos.
***
Camino con dificultad de la mano del chico peli negro, contemplando con asombro el hermoso jardín lleno de exóticas flores y diversos árboles, de gran belleza, las sillas de madera colocadas de forma estratégica le daban un aspecto perfecto para descansar, las blancas paredes de techos rojos, los elegantes ventanales con cortinas de la más fina seda, los costosos muebles y todo lo que veía le mostraba algo muy diferente al lugar donde había vivido hasta hacía unas horas.
Se notaba la vida distinta que ese joven desconocido llevaba, a diferencia de ella que su vida desde muy pequeña había sido difícil, llena de carencias, que había creído en el amor de un hombre, que solo la utilizo a su conveniencia y cuando se canso de ella la deshecho cómo si fuera un mueble viejo he inservible, pensaba con tristeza.
Seiya la observaba de reojo, parecía una niña pequeña que es llevada por primera vez a un parque de diversiones, sus azules ojos y su pequeña boca abierta mostraban el asombro que sentía, su cálida expresión le hacían verse muy diferente a lo que había imaginado y eso lo lleno de ternura. Su mirada se endureció, y desecho esa idea, su candorosa apariencia no lo engañaría ni por un segundo, esa solo era una pose, una actuación perfectamente estudiada que usaba para engañar a las personas, ella era fría y calculadora, tal como el pensaba que era, no podía ser de otra manera, se dijo a si mismo.
- Mi ama de llaves te llevará a tu habitación, Lita... Puedes instalarla en uno de los cuartos de servicio. Dado la situación con su pie no puede subir escaleras, así que tiene que estar en la planta baja. - Dijo mirando a su joven ama de llaves. - Andru... Ayúdala a llegar a donde te indique Lita. - Dijo mirando al chico rubio.
- Si, claro. - Dijo el chico y levantándola en brazos camino atrás de Lita, ante la mirada molesta de Seiya.
Serena se dejo conducir, aun no podía reaccionar a los drásticos cambios en su vida.
Entraron a un cuarto de paredes rosas y azules, con una gran cama cubierta con una sobrecama de flores, qué hacían juego con las cortinas, si bien no era tan lujoso como el resto de la casa, era muy acogedor y femenino, ella nunca había estado en un lugar así, y se supone que era el cuarto de la servidumbre. ¿Cómo serían los demás cuartos? Pensaba con asombro. Ese chico debía tener mucho dinero, que ella ni en sueños vería.
- Si necesitas algo solo llama. Descansa, cuando este la merienda vendré por ti. - Dijo con amabilidad y salio de la habitación.
- Nos vemos luego. Soy Andru y soy el chófer de Seiya. Si necesitas algo también avisame y estaré a tu disposición con gusto . - Le dijo el chico guiñando un ojo con picardía y salió de la habitación.
Serena asintió y se recostó en la cama, se sentía cansada y estaba segura que dormiría hasta el día siguiente.
***
Seiya entro en su despacho enfadado, ¿Porqué le había molestado tanto que Andru cargará a Serena? No tenía motivo para enfadarse, la acababa de conocer en persona, pero sabía todo de ella, era fría, calculadora, usaba su apariencia inocente a su conveniencia. Él no se dejaría embaucar con sus falsas poses de niña desprotegida.
- Seiya, la instale en el cuarto de servicio junto al mío. ¿Algún dato que deba saber respecto a ella? -
- No... Gracias Lita. - Dijo distraidamente.
***
Al día siguiente Serena despertó con pesadez, había dormido como nunca antes. Se sentó de golpe y miro asustada a su alrededor, desconociendo el sitio donde se encontraba, al cabo de unos minutos recordó lo acontecido el día anterior y observó que traía una ropa de cama que no era suya, se puso pálida, ¿Acaso ese chico se atrevió a cambiarla de ropa? Se cubrió asustada al ver que se abría la puerta.
- Disculpa, no quise asustarte, pensé que aún dormías. - Dijo Seiya dándole la espalda visiblemente turbado.
- No, desperté hace unos minutos, este... Tú... Me... -
-¿Quieres saber si yo cambié tu ropa? Lamento desilusionarte pero no he sido yo.- Dijo con arrogancia. -Fue mi ama de llaves, estabas demasiado dormida y no te diste cuenta. Pero que bueno que despiertas, el desayuno está listo, enseguida vienen a ayudarte a vestir. Sabes creo que debería traerte unas muletas o un bastón para que te muevas tu sola. - Y salio sin esperar respuesta.
- ¡Hola! Soy Molly, soy sobrina de Seiya, tenía mucha curiosidad de conocerte... ¡Vaya! Eres muy linda, no pareces una mala persona como dice... -
- Molly, el joven Seiya te espera en el comedor. No lo hagas esperar. - Dijo Lita con seriedad, Molly se encogió de hombros y salio rápidamente, dejando a Serena intrigada.
Lita le acercó su ropa y la ayudo a vestir en silencio. Cuando salieron Seiya ya se había ido y la chica que había ido a verla tampoco estaba, se sentó donde le indicaron y comió hasta saciarse, todo estaba delicioso, y descubrió que moría de hambre ya que no había comido nada el día anterior, miró a la chica que la veía con curiosidad, pero sin atreverse a preguntar nada, aunque tal vez era producto de su imaginación.
- ¡Hola Lita! Vine a ver a Seiya. - Dijo una atractiva chica de larga cabellera negra, peinada cuidadosamente, era muy hermosa, vestida con la ropa más cara que Serena hubiera visto, sus finos ademanes le decían que esa chica en su vida había sufrido alguna pena.
- Lo Siento mucho Reih, pero Seiya se ha marchado muy temprano hoy. Puedes encontrarlo en su oficina. -
- ¿Quién es esta... "chica"? - Preguntó en tono despectivo.
- Creo que debes preguntarle directamente a Seiya, yo no tengo la respuesta que buscas. Él no me dio los detalles. - Respondió molesta por la forma en que trato a Serena, en verdad era odiosa cuando quería.
- Ya se que tu nunca sabes nada. - Dijo enfadada y se fue no sin antes dirigir una venenosa mirada a Serena.
***
Hola espero que les guste el capítulo. Bueno, dejen comentarios.
Besos.
Dam Frost.

Engaño De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora