Hola... Se que tarde mucho, pero es que he tenido mucho trabajo, esperó que les guste. Los quiero.
No me odien.
Los personajes son de Naoko Takeuchi... Yo sólo me divierto.***
Seiya, salió de la ducha más animado, las palabras de Molly, le habían hecho mucho bien. Tenía razón, si había hecho algo mal, debía remediarlo.
La buscaría, y rogaría su perdón, de rodillas si era necesario.
Tomó él teléfono y le habló al investigador privado, dándole datos y señas de su amada Bombón, estaba seguro que pronto la encontraría y todo quedaría en el olvido, como una espantosa pesadilla y una prueba para la fuerza de su amor.
***
Reih se enteró de lo sucedido por los periódicos, la reseña del arrestó de Darién salió en la hoja principal, era extraño que aún Seiya no se comunicará con ella para investigar y hacer preguntas, y ya iba una semana de esa situación. Tendría que ir en persona a justificarse y decirle que ignoraba las actividades ilícitas de su "primo" confiando en su buena actuación.
Sabía que la intrusa se había ido, así que era su momento para recuperarlo, la buscaría y se aseguraría de que saliera de la vida de Seiya para siempre.
Una Sonrisa perversa se asomó a sus bellas facciones, "ésa" no tenía posibilidades junto a ella, le haría pagar las humillaciones que Seiya le había hecho.
***
Eran las 9 de la mañana cuando llegó a ver a Seiya, se veía pálido y demacrado, hizo un mohín de disgusto, era la primera vez que lo veía así, y lo que más odiaba, era que la causa de su pena fuera Serena y no ella.
— Buenos días Seiya. — Le saludo.
Seiya que se encontraba desayunando con Molly, la miró y le indicó que se sentará.
— ¿Deseas tomar algo? — Preguntó con cordialidad.
— Sólo un jugó, por favor. — Lita asintió y se fue.
— Te veo en la comida tío. — Dijo Molly, levantándose.
— ¿Qué grosera? No me dio ni un saludo. — Dijo Reih con fastidio.
Seiya se encogió de hombros y la miró detenidamente. Preguntándose cómo es que él había podido mantener una relación con ella, peor aún, creer que podría formar un hogar.
— ¿A que debo el honor de tu visita? — Preguntó por fin.
— Yo... Verás... Solo Quiero que sepas que nada tengo que ver en los delitos que cometió mi primo. —
— Eso Lo se. — Le Dijo con tranquilidad.
El nerviosismo de Reih, contrastaba con la tranquilidad de Seiya, como quien se sabe dueño de la situación.
— ¡En Serio! — Respondió sorprendida.
— Desde luego... Tienes tanto dinero, que no necesitas vender drogas, ni mujeres... A decir verdad, ni siquiera se como es que te involucraste con alguien tan despreciable como él. Porque yo se perfectamente que no es nada tuyo. —
Reih miraba la seguridad con que Seiya hablaba, que no le quedó más remedio que decir la verdad.
— Yo... Lo he Atropellado por accidente, hace unas semanas frente a tú casa, y al llevarlo al hospital, me dijeron que no tenía nada, así que le pedí que trabajará para mí. De alguna manera debía pagar lo que gaste él. —
Sus palabras lo dejaron sorprendido, de algún modo, Darién la había encontrado mucho antes de reaparecer junto a Reih.
— Y... Creíste que él podía... Enamorar a Serena, ¿No es así? —
— Seiya... Yo tenía que recuperarte... No sabes las noches que he sufrido por ti. — Le dijo sollozante.
— Mira Reih... Con Serena o sin ella... No volveré contigo, estas perdiendo tú tiempo. Y te rogaré que te marches, se me hizo tarde para la oficina. — Respondió, mientras se levantaba.
Reih lo vio irse y apretó los puños con rabia, ahora como nunca debía desaparecer a la "intrusa" para siempre.
Seiya salió de la casa, iba muy molestó por la repentina visita de Reih, cuando vio al Príncipe Diamante, bajar de su limusina. Rodó los ojos fastidiado.
— Sólo me faltabas tú para mejorar mi día. — Le dijo con sarcasmo.
— Buenos días, Seiya, vine a ver a Serenity. — Respondió ignorando sus sarcásticas palabras.
— Ella no esta. — Dijo Apesadumbrado.
— También me da gustó verlo joven Kou. — Respondió igual de sarcástico. — Se que te molesta mi presencia aqui, pero no viaje desde tan lejos, para irme sin verla. — Añadió.
— Pues pierdes tu tiempo, ya te dije que ella no esta. —
— Seiya te dice la verdad, esa mujer se fue... Para siempre... Él ahora esta conmigo. — Dijo Reih a sus espaldas y se colgó de su hombro.
Diamante los miró con sorpresa, sus ojos brincaban de uno a otro sin entender lo que presenciaba.
— No... No lo puedo creer... Ella... Te amaba. — Dijo sin salir de su sorpresa.
— Pero Él no... Ahora esta conmigo. — Respondió Reih con altanería.
Seiya aún seguía sorprendido por las palabras de Diamante, él... Sabía que ella lo amaba, y a pesar de eso, estaba ahí, no le importaba que el corazón de ella estuviera en otro lado, era feliz solo con verla. Ese apuesto y adinerado hombre estaba enamorado de su Bombón y le daba una lección de humildad.
— Reih... Callate ya por favor... Deja de decir tanta estupidez... Te pedí que te fueras. — Le Dijo con voz áspera.
— Por mí no te preocupes... Soy yo quién se va, es una lástima que no hayas podido valorar el amor que ella te tenía. — Diamante se dio la vuelta y se fue.
***
Subió A su limusina y se dirigió al hotel donde se encontraba su hermano Zafiro, debía saber todo lo que había ocurrido en su ausencia.
— ¡Hermano! — Dijo Él Príncipe Zafiro y lo abrazó efusivamente.
Diamante, lo abrazo, había extrañado a su hermano, lo adoraba, él siempre lo vería como él hermano pequeño, al que debía cuidar.
— También te extrañe, nuestro país no es el mismo sin ti. Por eso decidí adelantar mi viaje. —
— Se bien que mientes... Regresaste por esa chica... Pero en realidad... Te tengo información muy interesante. — Dijo tendiéndole la carpeta.
Diamante leyó con verdadero interés todo lo que decía ahí. Cuando término de leer apretó los puños con rabia.
— ¡Ese maldito! ¿Cómo pudo hacerle esto? — Preguntó con rabia.
— Lo Se... Es un monstruo, no entiendo como hay personas tan miserables, que abusan de los más débiles. — Respondió Él Príncipe Zafiro.
— Ahora entiendo todo. — Dijo Diamante.
— ¿Qué cosa? — Preguntó sin comprender.
— La Presencia de la Señorita Hino en casa de Seiya Kou. — Dijo.
— ¿Fuiste a casa de Seiya Kou? —
— Por eso adelante mi Regresó... Tenía que verla, en mi interior algo me decía que me necesitaba. Y no me equivoque. Ella me necesita ahora más que nunca. — Dijo Con vehemencia.
— ¿Porqué? ¿Qué ha pasado? —
— Seguramente Seiya Kou al enterarse de todo lo ocurrido con él bastardo de Darién Chiba, la hecho de su casa sin contemplaciones. — Dijo furioso.
No entendía como es que Seiya no entendió todo lo que su querida Serenity había padecido.
— ¡Malnacido! ¿Cómo pudo culparla de algo en lo que ella fue una víctima inocente? — Dijo Zafiro.
— ¿Quiero que termines toda relación con los Kou. No quiero tener ningún trató con personas tan poco honorables. — Dijo Con determinación.
— Así lo haré hermano. Me Da asco solo de pensar que la hecharon a la calle sin piedad alguna, y peor aún que metió a Reih Hino en su casa. — Respondió Zafiro indignado.
— No... Ya lo pensé y lo mejor será arruinarlos... Hundirlos en la peor de las miserias, en mi tendrán un enemigo implacable, y también ese hombre, me aseguraré de que sus días en prisión sean una tortura insoportable. Quiero que busques a Serenity, necesitó encontrarla. —Zafiro lo miró con admiración y asintió dispuesto a cumplir los deseos de su hermano.
Así era él, un hombre de honor, que siempre estaría listo para proteger a los que amaba, y en ese momento su adorada Serenity lo necesitaba, y él le daría él apoyo que necesitaba.
***
Él Príncipe Diamante se presentó en él reclusorio, junto a su hermano y él mejor abogado de la ciudad. En cuestión de minutos fue introducido en la oficina del director y esperó pacientemente la llegada de Darién.
Cuando este le dijeron que lo esperaban en la oficina del director, creyó que tal vez Reih, lo sacaría, su dinero y sus influencias debían bastar para que él quedará libre.
— ¡Buenos días! — Dijo Diamante mirándolo con desprecio, por lo que veía no la estaba pasando bien, pues traía moretones en la cara y manchas de sangre en su ropa.
Darién lo miro con la sorpresa reflejada en su rostro, lo menos que esperaba era verlo a él.
— A que debo el honor de si visita "su alteza". — Dijo Con una sarcástica reverencia.
Diamante se levantó y empezó a caminar por la pequeña oficina, con su aire altivo y seguro, propio de su sangre real.
— Quería hablar de la Señorita Tsukino. —
— “Señorita” jaja jaja no me haga reír "Su Alteza". — Diamante estuvo a punto de darle un puñetazo, pero Zafiro lo detuvo. Ese hombre lo hacia perder él control.
— Si... SEÑORITA, la chica que utilizaste de la forma más ruin. —
— ¿Utilizarla? Claro que no, a ella le encantaba que los hombres la tocarán, es una zorra, pero finge muy bien. —
— ¡En tu vida vuelvas a hablar mal de ella! Yo estoy aquí para defenderla. — Lo amenazó sujetándolo por la camisa, con ganas de despedazarlo. — Pensaba hacer tu estancia aquí miserable, pero... No le veo él sentido, ya la éstas pasando suficientemente mal. Esperó no volver a verte nunca. — Dijo Dejándolo furioso.
— Zafiro... Tienes que ayudarme a encontrarla. — Le Dijo desesperado.
Zafiro asintió, entendía perfectamente sus sentimientos, estaba preocupado por la mujer que amaba, quería protegerla y hacerle saber que no estaba sola, que él la cuidaría para siempre.
Se arrepentía de haberla juzgado sin conocerla, no podía imaginar todo lo que él hombre que estaba encerrado en ese reclusorio pudiera aprovecharse de alguien tan frágil e inocente como ella, y esperaba tener la oportunidad de disculparse.
***
Los días se hicieron semanas sin que tuviera algún dato sobre él paradero de su Bombón, parecía que se la había tragado la tierra, las esperanzas que había albergado se diluían como agua entre sus manos, eso hizo que su corazón se fuera llenando de angustia, al pensar que jamás la vería nuevamente.
Movió la cabeza con determinación, la encontraría, así tuviera que buscar casa por casa, se arrepentía como nunca de no haber salido a buscarla en cuánto notó su ausencia, si no hubiera sido tan cobarde de alcoholizarse, no estaría penando por su ausencia.
***
Ya había perdido la esperanza de encontrarla, el investigador no le había dicho nada concretó, en sus continuas llamadas para preguntar sus avances.
— Le He dicho que yo me comunicó con usted en cuanto tenga noticias, no es tan sencillo, es como buscar una aguja en un pajar... No necesita marcar cada segundo. — Le dijo por fin un día, con tono de fastidio.
Seiya colgó él aparato, con mirada apesadumbrada. Tenía razón, en una ciudad tan grande, era imposible encontrarla tan rápido como él quisiera.
***
Él hombre colgó su teléfono móvil y siguió caminando, había iniciado una nueva táctica de búsqueda, se había plantado frente a la casa de Seiya y había caminado en diferentes direcciones, preguntando si alguien la había visto.
Llegó al parque y se sentó a descansar, él hecho de andar a pie era agotador, un policía que estaba cerca de ahí le hacia señas, así que se dirigió hacia él.
— No puede dormir ahí señor. —
Lo miró extrañado, no estaba seguro de que fuera a él, al que le hablaba.
— Le Estoy diciendo a usted. — Repitió.
— ¡Ahh! No se preocupe, ya me voy, sabe... Tal vez usted me puede ayudar. ¿A visto por aquí a esta chica? — Preguntó, mostrándole una foto de Serena.
— Hmm... Si... Hace unos meses la vi sentada en este parque, se veía muy triste, incluso parecía enferma. — Dijo Moviendo un dedo en la sienés con ademán de locura.
— ¿Y no sabe donde puedo encontrarla? —
— Lo ignoró, solo la vi esa vez y no apareció nunca, pero la vio ir en esa dirección. — Dijo señalando unas calles.
Él Investigador asintió agradecido y se fue hacía donde le dijo, su suerte empezaba a cambiar.
Horas más tarde, se metió en una cafetería, estaba agotado y tenía hambre, había caminado en varias calles cercanas sin que nadie le diera razón, así que decidió comer algo, estaba empezando a creer que esa chica no aparecería nunca.
— ¿Desea Algo de beber? —
Él hombre se volvió hacía la chica que le estaba poniendo él menú y su sorpresa fue mayúscula.
Frente A él estaba Serena, cuando sus esperanzas estaban derribándose la encontraba.
— Si... Este... ¿Qué me recomiendas? — Preguntó con titubeos.
Serena le mostró varios platillos y él hombre sonrió feliz.
— ¿Cómo te llamas? — Serena lo miró dudosa y él sonrió. — No Es nada malo, sólo quiero saber el nombre de la amable señorita que me atendió. — Dijo.
— ¡Ah! Muy bien, me llamó Serena Tsukino. — Dijo Aliviada.
— Ok, señorita Serena Tsukino, se ha ganado una propina muy generosa. — Dijo sacando 50 dólares.
— Es Mucho dinero, no es necesario señor... — Dijo avergonzada.
— Claro Que sí... Tuve un día terrible, es agradable ver un rostro amigable, después de tener un día así. — Dijo sonriendo.
Tan pronto como salió de la cafetería tomó su teléfono móvil y le habló a Seiya.
— ¡¡LA ENCONTRÉ!! ¡Por fin! Esta en la cafetería Saturno... Le pasó la ubicación. — Le Dijo y colgó.
Luego marco dos números más, ser él mejor le había dado mucho trabajo, o más bien uno, tres personas diferentes le pedían buscar a la misma chica.
***
Habían pasado cuatro meses desde que ella lo dejará, hasta que recibió la ansiada llamada, por fin la había encontrado.
Su corazón se aceleró al punto de doler, no podía perder más tiempo, tenía que ir por ella, enfrentarla y esperar que lo perdonará.
Cuando entró la buscó con la mirada, esperaba verla con ansias, no podía imaginar su reacción al verlo, tal vez correría a sus brazos, al darse cuenta de todo lo que lo extrañó, o tal vez... Tal vez tantas cosas, que no sabía que pasaría.
Al no verla, en ninguno de los rostros de las y los meseros, se desilusionó, a lo mejor ya se había ido, o era su día se descanso. Un joven de rostro sonriente se acercó a él con amabilidad.
— Joven... Buscó A una chica... Se llama Serena Tsukino. — Le preguntó.
— Lo Siento joven, no se de quien me habla. No la conozco. — Dijo Con voz temblorosa.
Seiya notó la duda en su voz y supo para su alivio que sí estaba.
— No Me mienta, yo se que ella trabaja aquí. Y quiero que me atienda ella. — Dijo. No iba a permitir que le impidieran verla a unos pasos de su felicidad.
Él joven se retiró avergonzado y a los pocos minutos regresó.
— Lo Siento... La Señorita Tsukino se retiró. Venga mañana. — Dijo.
— Se que se está negando, pero no me moveré de aquí hasta que me atienda, aunque pasen mil años, la esperaré. — Respondió cruzándose de brazos.
Cuando la vio salir por la puerta, le pareció que el cielo se abría ante él, su pálido rostro y las ojeras alrededor de sus ojos no minimizaban su belleza. La miró con anheló, sus ojos brillaban con una extraña dulzura y se veía con una felicidad y paz interior que él no había conseguido en todos esos meses sin ella.
— ¿ Qué desea tomar? — Sus frías palabras, le parecieron extrañas, nunca lo había tratado con tanto desapego.
— Bombón... Estás tan... Distinta... Te ves hermosa. — Murmuró.
— ¿Qué va a pedir? — Repitió con voz tranquila.
— Tenemos que hablar. — Rogó.
— Nada Tengo que hablar con usted señor, por favor pida algo o vayase. — Le Dijo.
— Esta bien... Deseó un jugó de naranja y unos espaguetis con salsa de ajo. — Dijo Por pedir.
La vio entrar en la cocina y suspiro, no le veía ánimos de hablar con él, pero insistiría hasta que le diera una oportunidad.
Seiya la vio regresar. Traía una mirada decidida y la orden en una bandeja.
— Aquí esta su orden señor. Espaguetis en salsas de ajo y su jugó de naranja. — Y le volteo la bandeja en la cabeza.
Seiya sintió como el jugó y sus espaguetis descendían por su cara y se levantó de un saltó.
— Que Lo disfrute. — Añadió y se salió de la cafetería lo más rápido que su embarazó le permitió, dejándolo perplejo por su actitud tan rebelde y distinta de la timidez que la caracterizaba.
Los comensales que estaban ahí se rieron estruendosamente, ante el enojó de Seiya.
Hotaru y Sammy morían de risa desde la cocina, tan pronto como ella salió, corrieron con servilletas a limpiar a Seiya, eso daría tiempo a ella de irse lo más lejos que pudiera.
— ¡Dios mío! ¡Cuanto lo siento, permita que lo limpie, ésa chica no volverá por aquí, tenga eso por seguro. — Se Disculpó Hotaru, fingiendo seriedad.
— ¡Déjeme! Estoy bien. — Dijo Seiya y salió rápidamente, tratando de alcanzar a Serena.
***
Serena caminó rápidamente, hasta que la pesadez de su estómago la hizo detenerse, tenía que huir, no quería hablar con Seiya. Respiró pausadamente tratando de calmarse, se sentía mejor, haberle lanzado la comida en la cabeza lo hacia sentir libre del peso de Seiya, su corazón estaba sanando. Siguió caminando hasta que un conocido Ferrari rojo sé emparejó con ella.
— ¡Bombón! Espera tenemos que hablar. — Le gritó.
— No tengo nada que hablar contigo. — Respondió.
— ¡Por Favor! Te lo suplicó. Tienes que Escucharme — Dijo, bajándose del auto.
— Dejame, por favor, no quiero, oír nada, ¡Vete! — Le respondió con firmeza.
— Bombón... Escucha... Las cosas no son como piensas... — Volvió a suplicar.
— ¿Y como son según tú? Porque para mi, esta muy claro que yo no te importaba, solo me utilizaste para vengarte de Darién... Y debo decir que no te salió muy bien, porque a él solo le importa él dinero, no yo. — Le Interrumpió enojada.
— ¡No es así! Claro que me importas, yo no quería que esto pasará. Todo tenía que ser de otra manera. —
— ¿Y por eso hiciste que me despidieran? ¿Por eso fingiste ayudarme? Para hacer que Darién me buscará y así vengarte. —
— ¡Qué no fue así! Yo quería hablar contigo, pedirte que trabajarás para mi, y me ayudarás a encontrar a Darién... Lo de tu accidente fue algo que ocurrió, tú lo sabes bien. — Dijo Desesperado.
— ¿Y porque no me hablaste de eso desde él primer momento? —
— Tuve Miedo que te negarás... Que tu amor por él fuera tan grande, que te impidiera ayudarme. —
— ¡Esas Solo son excusas! — Le Reclamó.
— ¡No! Yo Quise decírtelo muchas veces, además... Tú no fuiste sincera conmigo, te pregunté si no había nada que te avergonzará y callaste. — Se Defendió.
— ¿Te Éstas justificando conmigo? ¿Mi pasado, te hizo tener menos remordimientos? — Le Preguntó con ironía.
— ¡No! Pero tuviste la oportunidad de decirme lo que hubo entre tú y Darién, todo hubiera sido más fácil. — Respondió.
— ¿Para Quién? ¿Para Ti? ¿Hubiera sido más fácil que me utilizarás? ¿Te habrías sentido mejor? —
— Bombón... Tú no sabes... Yo te amo, pero debía hacerle pagar lo que le hizo a mi hermana... Estaba Ciego por el odio y deseó de venganza... Él... Tenía que pagar... — Dijo Con voz temblorosa.
— ¿A costa de mi dolor? ¿Yo que culpa tenía de lo que hizo a tu hermana? ¿También tenía que pagar por algo que no hice? — Reclamó, ignorando que la amaba.
— Yo... Al Principió creí que eras una oportunista, como decían Yaten y Taiki, que tú actitud indefensa e inocente era parte de tú estrategia para enamorar a los hombres ingenuos. — Dijo En voz muy baja.
Las mejillas de Serena se encendieron de rabia y le dio una bofetada, Seiya no hizo nada por defenderse, sabía que se lo tenía merecido.
— Sabes... Si fue mi culpa que me engañarán tú y Darién. — Dijo por fin Con voz cansada, de pronto él peso de todo lo vivido caía en sus hombros.
— No es así... Tú eres inocente de todo lo que te hicimos. — Le Dijo.
— Yo Creí en Darién, en su amor falso y calculador, y por eso permití que hiciera conmigo cosas horribles, eso me debió enseñar a no creer en nadie, pero apareciste tú, como un príncipe que viene a rescatar a su princesa, y volví a enamorarme... Esta vez con más fuerza... Aunque tú no me amabas, me hacia feliz el sólo verte, por eso acepte recibir las migajas de amor que me dabas, tus falsas caricias, los reclamos que me hacías y la forma tan cruel en que a veces me gritabas, me sentía indigna de ti, de tu vida limpia y honrada... Pero aún así te amé. Y ya ves, amar a alguien no te garantiza que esa persona también te amé. — Le Dijo con tristeza.
— Yo también te amo... Por eso estoy aquí, pidiéndote perdón, de rodillas si es preciso. No se cómo, pero tu me tienes que perdonar. Si pudiera hechar el tiempo atrás lo haría y remediaría este error que cometí. — Le Dijo con lágrimas en los ojos.
— No Seiya... Cuando se ama no se miente. Yo... Creí amarte, por eso nunca te dije lo que me hizo Darién, quería evitar que sintieras asco de mí antigua vida, ahira me doy cuenta que irme, fue lo mejor, no hay lugar para mi en tu vida, y tu... No tienes cabida en la mía, por favor... No me vuelvas a buscar. — Le Dijo con voz pausada.
— No Puedo irme, te amo... ¿No lo entiendes? Dejame conquistarte, demostrarte que puede ser diferente, ya sin mentiras. Además... Molly no me perdonará si no te recuperó. — Le Suplicó.
— Molly... Ella no es como tú... Mira la verdad es que... No Te quiero en mi vida. — Serena se llevó la mano al vientre involuntariamente. Su bebé renegaba de esa decisión tomada, pero era lo mejor.
Seiya advirtió ese gesto y la miró. Pensando en la posibilidad de que Serena estuviera embarazada, la miró a los ojos con una mirada interrogante.
— Adiós Seiya. — Le Dijo temerosa de que la descubriera y cruzó la calle perdiéndose entre los transeúntes.
Seiya subió a su auto con actitud de derrota y se reclinó en el auto llorando. Estaba perdido sin ella. Pero insistiría, sabía que lo amaba y lo perdonaría.
***
Reih había llegado justo cuando iba saliendo del restaurante y decidió seguirla, a distancia prudente, sabía que ella no perdonaría a Seiya, lo que si la sorprendió fue ver su vientre abultado, que era una clara muestra que estaba embarazada de Seiya, debía evitar que Seiya se diera cuenta, a como diera lugar.
Los vio hablar y después irse rápidamente, era su oportunidad, debía aprovecharla. Así que sin dudarlo le hecho el auto encima y la atropelló, las personas gritaron pidiendo auxilió ignorándola, dándole oportunidad de irse.
***
Seiya escuchó los gritos y un mal presentimiento se apoderó de él, se bajo del auto y corrió hacía donde estaba la gente, sintió morir al verla tirada en el pavimento, con una palidez de muerte.
La ambulancia llegó impidiendo que se acercará más. Fue A donde estaba su auto y siguió la ambulancia. Su Bombón lo necesitaba y debía ir.
Reih que estaba unas calles adelante también siguió la ambulancia, debía saber que pasaría con ella, y con el bebé, estaba pensando hablarle al Príncipe Diamante para que le impidiera a Seiya estar cerca de ella.
***
Bueno esperó que les haya gustado. Y mil perdones por tardar...
Los quiero.
Dam Frost.
![](https://img.wattpad.com/cover/60596959-288-k389545.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Engaño De Amor
Fanfiction"Si está leyendo esta historia en otra plataforma que no sea Wattpad, o fanfiction es muy probable que corra el riesgo de un ataque de malware. Si desea leer esta historia en su forma original y segura, leela en ambos sitios". Serena es una chica se...