¡Hola! Se que me tarde mucho, pero es que mi celular se descompuso, y eso me tenía con bloqueo mental, pero ya estoy de vuelta, y ¿Qué creen? ¡Hoy es mi cumpleaños! Así que aquí esta mi capítulo como regalo de mi parte para ustedes.
Además de que me costó mucho superar, mi corazon roto, y todo el proceso de duelo, fue un poco difícil, más porque esta persona jugó con mis sentimientos una vez más, me pidio perdón y fui tan tonta de creer que de verdad le importaba. Pero me di cuenta que sólo fui un juego, y ya lo estoy superando.
Pero bueno, no podía dejar de escribir, porque ustedes valen mucho la pena, los quiero mucho y agradezco sus palabras de apoyo, todos me ayudaron bastante... Me di cuenta que no estoy sola, y por eso a esforzarme en mis capítulos.
Aquí está este capítulo, esperó les guste más que el otro, la verdad que me acostumbre a los cientos de reviews y por eso me sentí un poco decepcionada de mi misma, por los anteriores capítulos, pero no importa, hay que hecharle los kilos.
Quiero decirles que amo sus comentarios gracias creanme que leo cada uno de ellos y respondo uno por uno.
En Facebook aparezco como Annie Frost Overland por si gustan agregarme.
Ahora si los dejo, disfruten el cap y les prometo que este fic lo terminaré, no lo dejaré a la mitad, ojalá que la guste este capítulo y todo lo que tengo en mente.
Besos... Los quiero.
Los personajes no son míos, pertenecen a Naoko Takeuchi.
Dam Frost
***— Seiya... ¿Podrías bailar conmigo como regalo de cumpleaños? — Le suplicó Reih con un sexy puchero.
— Yo... No puedo dejar sola a mi Bombón. — Dijo apretando su cintura de forma posesiva, mientras miraba a Darién con desagrado.
— Mi primo se encargará de acompañarla, no te preocupes, todo estará bien. ¿Verdad primito? Tú le harás compañía. — Le dijo con voz sugerente, ignorando su mirada.
— Si la señorita, así lo desea con gusto bailaré con ella. Soy Darién Chiba, espero que se encuentre mejor, ya que hace unos momentos se sintió indispuestañ. — Le dijo con voz amable mientras estrechaba su mano.
Serena soltó rápidamente la mano, como si le hubiera picado un animal ponzoñoso. No soportaba que la tocará y menos la idea de bailar con él, y miró a Seiya suplicante, para que se negará, pero el fingió no darse cuenta.
— Será un placer bailar contigo, Reih. — Dijo con rostro sonriente, ante la mirada sorprendida de sus hermanos y las chicas.
Fingió amabilidad, aunque por dentro sentía ganas de despedazar a ese hombre con sus propias manos, por todo el daño causado a su hermana y a Serena.
— En ese caso ¿Bailamos? — Le dijo mirándola a los ojos con intensidad, algo que para ninguno de los presentes paso desapercibido, y menos para Seiya que solo desvío la mirada contrariado, tratando de ahogar los celos que sentía, tenía que observar como actuaban a solas.
Serena no dijo nada, y se dejo conducir a la pista de baile por Darién, iba con la espalda muy recta y tensa, sentía que su corazón latía a mil por hora, y que en cualquier momento todos descubrirían su oscuro pasado. Trato de conservar la tranquilidad, de algo debían servir todos los consejos que las chicas le dieron para que se pudiera conducir en la alta sociedad de Tokio.
— Has cambiado mucho desde que te vi por última vez. — Le dijo Darién mirándola detenidamente con admiración, mientras rodeaba su cintura para bailar.
Serena desvío la mirada y no contestó nada.
— ¿Te quedaste muda? ¿O es que ese idiota no te deja hablar? — Le pregunto exasperado ante su silencio.
— Seiya no me prohíbe nada. — Le respondió con las mejillas encendidas por el enfado.
— ¡Vaya, vaya! ¡Lo quieres! Eso es perfecto.— Le dijo con una sonrisa burlona.
Ella lo miró con temor y no supo que responder.
— Te veo más... Sexy... Más mujer... Más deseable. — Susurro en su oído. — Tienes una mirada distinta, el amor que le tienes te brota por cada poro de tu piel, y eso me da un poder enorme sobre ti. — Añadió.
El temor la invadió, estaba en un gran problema, con Darién de nuevo en su vida, jamás sería féliz con Seiya. Si pudiera se alejaría de ahí, correr y no ver nunca más a ese hombre que la convirtió en una piltrafa humana. Lo miró con ojos aterrados y él le devolvió la mirada con una cínica sonrisa de triunfo.
— Así es, si TU no quieres que le diga, a ese chico millonario, la clase de mujerzuela que eres, tendrás que darme mucho dinero por mi silencio. — Dijo con voz amenazante.
— ¿Cómo esperas que te de dinero? Eso es imposible. Yo no tengo nada que darte. — Le respondió con un hilo de voz.
— Ese es tu problema... — Dijo apretándola fuertemente, provocándole una mirada de dolor. — Yo quiero mi dinero. —
— Me lastimas. — Dijo con mirada suplicante.
— Eso no me importa, si no me pagas... Te prometo que ese imbécil que te acompaña sufrirá tu estupidez. —
— Mi dulce Serenity... Vamos a bailar. — Dijo Él Príncipe Diamante a espaldas de Darién, interrumpiendo su chantaje.
Darién se quedó atónito ante la mirada fría y amenazante del Príncipe y la soltó rápidamente.
— Fue un placer bailar con usted Señorita. — Le dijo mirándola con falsa cortesía.
— Me pareció que necesitabas mi ayuda, y por eso no dude en venir en tu auxilió. ¿Te estaba molestando? — Le dijo mientras la guiaba por la pista de baile.
— ¡No! Es decir... —
— Te vi muy tensa. No sé... Podría asegurar que te dio miedo. — Le Dijo mirándola fijamente, tratando de encontrar en sus ojos algún indicio de lo que escondía.
— Yo... Es que... No... Te aseguró que no pasaba nada. — ¿Cómo podría contarle sus secretos? ¿Qué pensaría de ella, si supiera todo lo que hizo?
— Te prometo que siempre podrás contar conmigo. Se que aún no puedes confiar en mí al cien por ciento, pero te aseguro que te apoyaré en cualquier momento que me lo pidas.— Le dijo, mientras la conducía hábilmente por la pista de baile, ella se recargó unos momentos en su hombro, tranquilizando su corazón temeroso. Ese guapo hombre le hacía sentir una seguridad que no sentía, ni siquiera con Seiya, a pesar de amarlo más que a ella misma.
***
Seiya bailaba con Reih, pero no perdía detalle de todo lo que pasaba entre Darién y su Bombón, claramente podía ver que ella sufría... Su espalda tensa, su mirada temerosa, toda la luz que él había depositado en sus ojos, este hombre la había eclipsado en segundos, quería ir y arrebatarla de su lado, pero debía ver cómo se comportaban, que hacía él con ella, el momento de su venganza se acercaba a pasos agigantados, y eso le sobrecogia el corazón. ¿Qué pasaría con la relación de él y Serena? ¿Qué haría ella cuando supiera que se acercó a ella para llegar ha Darién? Era algo que no quería pensar, porque no tenía la certeza de que ella lo entendiera, lo pospondría por él momento.
Por primera vez, agradeció la llegada del Príncipe Diamante, pero el hecho de ver que Serena recargaba su cabeza en su hombro y se empezaba a relajar junto a él, era algo que no podía soportar, los celos se apoderaron de él y se fue a quitársela a ese engreído Príncipe Diamante, dejando a Reih parada a la mitad de la pista.
— Seiya, no puedes dejarme así a la mitad de un baile. — Le recriminó, ante la mirada curiosa de las parejas que estaban a su alrededor.
Pero Seiya ni siquiera la escuchó, su atención estaba en Serena y él príncipe Diamante.
Eso la hizo enfurecer y se dio media vuelta, golpeando a las personas a su paso. Que la miraban y murmuraban entre ellos, burlándose de que Seiya la dejará plantada.
— Mi Bombón, ya estoy a tu lado. —
— ¡Vaya! Que inoportuno momento para llegar, joven Kou. — Le dijo Él Príncipe Diamante, mirándolo con fastidio.
— No podía estar más tiempo lejos de ella. — Respondió.
— Supongo que por eso la dejaste sola en brazos de ese sujeto tan desagradable. — Dijo señalando a Darién con desdén.
Seiya apretó los labios con disgusto, no podía explicar los motivos para dejarla junto a Darién. Era algo que tenía que ocurrir. Aunque significará un mal momento para Serena.
— Bueno lo importante es que ya estoy junto a ella. — Dijo encogiéndose de hombros, y sujetando su brazo para apartarla del Príncipe.
Serena se sintió muy incómoda, ante la embarazosa situación, se le hacia increíble que esos dos hombres guapos, elegantes y acaudalados, estuvieran riñendo por su atención. ¿Qué pasaría si ambos supieran la clase de chica que era? Seguramente la repudiarían. Se estremeció solo de imaginarlo. Y ambos lo notaron.
— ¿Te sientes mal? — Le preguntaron a un mismo tiempo con preocupación.
— ¡No! ¡Para nada! Es solo que... Me siento un poco cansada. — Respondió con nerviosismo.
Ambos notaron que mentía, pero no quisieron hacer más preguntas.
— En ese caso... Lo mejor será retirarnos, ¿No te parecé? — Dijo Seiya aliviado de poder irse de ahí y olvidar esa espantosa noche.
— Si claro... Como desees. — Respondió con una sonrisa de alivio, también quería huir de ahí, como si con eso, también pudiera escapar de su pasado.
— Te veré en otra ocasión. — Le dijo Él Príncipe Diamante, besando su mano.
— Asi lo esperó. — Le respondió, y él se dio la vuelta y se retiró, ella lo observó como siempre, con su andar elegante y seguro, tan dueño de si mismo, y sintó una sensación de tristeza y abandonó al verlo alejarse, había llegado a sentir un gran y sincero apreció por él. Y extrañamente en ese momento su presencia le daba más seguridad que Seiya.
— ¿Te ocurre algo? — Le preguntó Seiya, que intuía el gran afecto que le tenía al Príncipe, y eso le molestaba, porque si ella se enteraba de que él había planeado todo para conocerla, lo odiaría y se refugiaría en los brazos de él.
— No... Nada. ¿Nos vamos? — Preguntó con timidez.
— Si, vamos a despedirnos. — Le dijo abrazándola, para compensarle él mal momento pasado.
***
— Chicas... Nos retiramos, mi Bombón esta muy cansada y yo también. — Dijo cuando llegó con sus hermanos y sus esposas.
— Nosotros también estábamos por irnos. — Dijo Taiki y Yaten al mismo tiempo.
— Los hermanos siempre piensan igual. — Dijo Kelvin con una sonrisa.
— No molestes a mis tíos. — Le regañó Molly.
Este le dio un beso y sonrió.
— En estos días iremos a verte Serena. Hay mucho que platicar. — Le dijo Mina.
— Si claro, espero que pronto. Ya que me iré de la casa de Seiya. — Respondió.
Seiya sintió que un balde de agua helada le caía encima y la miró con incertidumbre, ¿Acaso Darien tenía tanto poder sobre ella? ¿Aún lo amaba? ¿Es que todos sus esfuerzos no significaban nada para ella? ¿No había logrado amarlo?
Todos la miraron con sorpresa.
— ¿Te vas? — Preguntó Molly perpleja.
— Mi pie esta mucho mejor, no pudo seguir abusando de la hospitalidad de Seiya, debo conseguir un trabajo. — Respondió y Seiya suspiro aliviado.
— Bomboncitó... eso no te debe preocupar ni por un segundo, tú no abusas de mí para nada, de hecho... Yo abuso de ti. — Dijo con picardía y la beso apasionadamente, Serena se Ruborizó intensamente. — Además... no dejaré que me abandones. — Añadió.
— ¡Es una vergüenza tener un hermano tan cursi. — Dijo Taiki con voz burlona.
Serena no dijo nada ante el comentario de Taiki y beso las mejillas de sus amigas.
— Nos vemos luego chicas. —
Seiya la tomo del brazo y se encaminó a la salida.
— ¿Te vas sin despedirte, Seiya? — Le dijo Reih, con una sonrisa Fría, tambaleándose por las copas ingeridas. Miro a Serena con celos mal escondidos, había visto él apasionado beso que se dieron y eso la lleno de una rabia y furia imposible de calmar.
—¡Reih! ¡Me alegra encontrarte! Odiaría haberme ido sin despedirme. — Le dijo Seiya, rodeando la cintura de Serena de forma protectora.
— ¡Seiya! ¿Porqué no te quedas un poco más? — Le preguntó colgándose de su hombro en forma sensual, mirando a Serena de forma retadora.
— Lo siento Reih. Mi Bombón esta muy cansada y quiero que descanse. — Le respondió soltándose de su agarré sutilmente.
— ¿Cómo puedes cambiarme a mi? — Dijo señalando su sensual y exótica figura. — Por esa oportunista? — Concluyó mirando la delicada y esbelta anatomía de Serena.
Los presentes comenzaron a rodearlos y una ola murmullos se empezó a escuchar en él salón.
— Reih... Lo mejor es que te vayas a la cama, él alcohol no es buen consejero. — Le dijo Seiya tratando de calmarla, pero ella ignoró sus palabras y se acercó a Serena con pasos vacilantes.
— ¡TÚ! — Le dijo a Serena tocando su pecho con un dedo, tratando de intimidarla. — Eres una vulgar, mujerzuela barata, muy lista... Debo admitirlo... Has engatusado a Seiya con tus sucias artimañas... Has decidido que quieres salir de pobre. Y Seiya es tan ingenuo que ha caído en tus horribles garras. — Serena la miraba con las mejillas rojas por la vergüenza, que las palabras hirientes de Reih le provocaban.
Taiki, Yaten, Mina se acercaron al ver que las personas murmuraban. Se sorprendieron mucho al ver él deplorable estado de Reih, y se acercaron a Seiya en señal de apoyo.
— Reih, por favor, no te pongas en evidencia. — Le susurro Darién sujetándola del brazo.
— ¡Callaté! ¡Pedazo de Imbécil! Tú no tienes derecho de decirme nada... Por eso te estoy pagando una fortuna y cambiando tu miserable vida. ¡Sueltamé! — Grito soltándose de su agarré, perdiendo él equilibrio y callendo al suelo, ante las risas de todos los presentes.
— Esta humillación me la pagarás muy caro. — Dijo en él suelo, llorando por la humillación.
— ¡Damas y Caballeros! Aquí no ha pasado nada... Pero nuestra anfitriona esta indispuesta... Así que lo mejor es retirarnos y dejar que descanse. Él alcohol nos hace cometer muchos disparates. — Dijo Él Príncipe Diamante y se acercó a ella, la levantó en brazos, con delicadeza y antes de subir las escaleras miró a Darién y le dijo: — Encargate de que todo quede en orden. — Con voz que no admitía una negativa.
Serena se abrazo a Seiya y este la condujo a la salida, seguida de Taiki, Yaten, Kelvin, Amy, Mina y Molly.
— Lamentó todo lo que te dijo Reih, estaba ebria y no sabía lo que hacia... O decía, en verdad lo lamento. — Le dijo Seiya.
— A pesar de que estaba ebria, eso no justifica su comportamiento. Y por supuesto que sabía muy bien lo que decía. No me imaginó todo lo que hablaran de ti... Y de esta chica... La prensa nos acabará, será un escándalo descomunal. — Dijo Taiki en tono reprobador.
— A mi no me importa lo que la gente diga. — Dijo Seiya.
— Eres muy testarudo... ¿Qué no sabes que los escándalos afectan al banco y a la Disquera? — Le dijo Taiki contrariado.
— No gastes tus palabras Taiki... Seiya no entenderá. — Le dijo Yaten, tomó a su esposa del brazo y caminando a la salida.
— Creó que están discutiendo por tonterías. ¿No se dan cuenta que la más afectada fue Serena? Ninguno de ustedes se ha preguntado como se siente ella. Reih la humilló públicamente. — Les dijo Molly con enfado.
Los hombres guardaron silencio avergonzados y ninguno dijo nada.
— Que descansen. — Les dijo Kelvin, subiendo a su auto con Molly.
Taiki y Amy se fueron a su auto, Yaten y Mina hicieron lo mismo, y Seiya abrazo a Serena muy fuerte, tratando de hacerla sentir mejor, por los malos momentos ocurridos.
— Perdón Bombón. —
Serena se cobijo en sus brazos y no dijo nada.
— Reih había prometido portarse bien contigo... Lamento haberte traído contra tu voluntad... Todo esto ha sido una desagradable experiencia que no se volverá a repetir. — Le dijo acariciando su cabeza dulcemente.
Serena asintió y subieron al auto sumidos en sus pensamientos, tratando de olvidar esa espantosa noche vivida, que no tenía nada que ver con Reih.
***
Bueno él capítulo lo tenía listo desde ayer. Pero como tengo problemas con el internet, ya no pude subirlo. Espero que les haya gustado.
Dejen comentarios e ideas.
Me despido.
Besos y disculpen por tardar tanto. Aprovecho para hacer propaganda a mi fic SILVER MOON que es un crossover de Él Origen de los Guardianes y Sailor Moon.
Ahora si... Adiós.
Dam Frost.
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Engaño De Amor
Fanfiction"Si está leyendo esta historia en otra plataforma que no sea Wattpad, o fanfiction es muy probable que corra el riesgo de un ataque de malware. Si desea leer esta historia en su forma original y segura, leela en ambos sitios". Serena es una chica se...