Estaba parada frente a la puerta del hotel, indecisa.
¿Y si todo salía mal? ¿Qué es lo que iba a hacer? Muchas preguntas pasaban por mi cabeza, pero yo sólo era capaz de mirar el letrero del hotel.
«No Rachel. Es hora de hacer frente a los problemas » me recordé a mi misma.
Entré en el vestíbulo y me dirigí a recepción, donde una chica con un moño me preguntó amablemente que qué deseaba.
-Ehh... Me gustaría saber la habitación de Finn Hudson -la respondí con una sonrisa.
-Lo siento, pero no podemos dar esa información a la gente -dijo haciendo una mueca -. Pero si me dices tu nombre puedo llamarle y...
-No, no -la interrumpí rápidamente. Necesitaba pensar que iba a decirle antes de ir a su habitación -. No le llames.
-Pues entonces lo siento pero me temo que vas a tener que irte porque tengo que seguir atendiendo a la gente...
«Piensa rápido Rachel »
-Oye... Sophie -la dije mirando la placa que llevaba su nombre -, ¿ese niño no está atragantándose? -pregunté señalando hacia sus espaldas para que se girase.
Ella se giró asustada hacia atrás y yo, rápidamente, miré la habitación de Finn en la pantalla de su ordenador.
-255... -murmuré.
-No veo ningún niño... -me dijo aún de espaldas. Pero cuando se giró, yo ya estaba corriendo hacia las escaleras.
__________
-Habitación 252, 253, 254,... -iba diciendo. Me dolían las piernas de subir las escaleras e ir buscando la habitación.
Nota mental de Rachel: hacer mas ejercicio.
-La 255 -la encontré por fin.
Observé paralizada la puerta un momento y luego me puse a pensar: «Vale Rachel, ¿qué le vas a decir? ¿Es mejor soltarle todo el monólogo preparado o escuchamos lo que tenga que decir? No, mejor esperamos a ver lo que hace él. No, no. Mejor le contamos lo que pensamos y luego ya que...» pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió y apareció antes mis narices el mismísimo Noah Puckerman.
-¿Puck? -pregunté entre asombrada y confusa.
-Esto, yo... -me respondió tartamudeando - Yo mejor me voy, el grandullón está dentro.
Y dicho esto se las piró. Y yo me quedé ahí, aún asombrada y confusa.
¿Qué relámpagos hacía Puck en NYC? ¿Habría venido a por Finn?
Y hablando de Finn Hudson, este apareció delante de mí, en la puerta de la habitación, tal y como lo había hecho hace unos segundos Noah, quien ya había desaparecido del pasillo.
Si no lo hiciese visto con mis propios ojos, hubiese dicho que ese no era el chico del que estaba enamorada. Tenía los ojos rojos y bajo ellos unas ojeras impresionantes, su pelo estaba despeinado y su ropa arrugada como si no se hubiese molestado en hacer nada. Parecía agotado, tanto física como mentalmente, y me miraba asombrado de verme allí, con la boca medio abierta y la mano aún en el pomo de la puerta.
-Ra... Rachel -me dijo con la voz muy ronca, como si hubiese estado gritando.
Estiró la mano que tenía libre hacia mí, intentando tocarme el brazo, pero yo me eché para atrás como si estuviese asustada. Fue un acto reflejo, no lo hice aposta ni estaba asustada, sin embargo él se pensó que sí.
-Ya se que estoy mal, pero no se, tampoco pensaba que podía asustar... -dijo haciendo un intento de sonrisa que se quedó en eso, intento.
Yo le miraba asombrada, y él tenía ahora la vista fija en el suelo.
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Finalmente Finn
FanfictionTe habrás preguntado qué pasaría con Finn y Rachel tras Sweet Dreams. ¿Y si yo tuviese la respuesta? Abril - Diciembre 2016