Capítulo 13. Sueños cumplidos

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Había pasado una semana desde el accidente de Kurt. Yo cada vez estaba más de los nervios. No solo porque mi mejor amigo gay seguía inconsciente, sino también porque no había sabido absolutamente nada de la audición desde que la hice.

Finn había vuelto a Lima hace unos días para ponerse al día en la universidad y hacer exámenes, mientras que yo, regresé a casa con Santana por el momento.

Mis días se basaban en: ir a la universidad, estudiar, mirar al teléfono por si sonaba, pasar la tarde en el hospital y volver al principio.

Todo aquello mezclado con el echo de que no paraba de pensar en Finn. No estábamos juntos, pero lo parecía. Hablábamos todos los días por la noche, incluso a veces también por la mañana. Me gustaba estar así con él, como en el instituto. Era algo tranquilo y me encantaba.

Cuando me había mudado a NYC, había cambiado y olvidado quién era realmente. Bueno, no es que lo hubiese olvidado porque me fui allí para descubrirlo. Pero quizás me había equivocado de camino.

Pero ahora estaba mejor. Había vuelto a recordar cuales eran mis metas y mis sueños. Si en Funny Girl no me querían, seguiría adelante como adulta que era.

Y en cuanto a Finn... Tenía mucho tiempo para pensar en eso.

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Como he dicho antes, había pasado una semana de accidente y yo intentaba llevar un estilo de vida lo más normal posible.

Estaba una mañana en clase (muy aburrida) cuando me empezó a sonar el teléfono, haciendo que toda la clase se fijase en mí.

Me reproché a mí misma el no haberlo puesto en silencio y lo busqué lo más rápido posible.

-Haga que deje de sonar Berry —me miró con mala cara mi profesor.

-Sí, un momentos por favor —dije mientras intentaba encontrarlo.

Nota mental de Rachel: sacar toda la mierda innecesaria del bolso.

Cuando lo encontré me sorprendí al ver que quien me llamaba era Blaine. Quería cogerselo pero estaba en clase.

Blaine se había quedado aquí toda la semana. Se pasaba todo el día en el hospital así que sólo le veía cuando iba a casa a ducharse o cuando yo estaba también en el hospital. Un día le pregunté por qué estaba en NYC cuando pasó lo de Kurt, pero él me ignoró y cambió de tema.

Colgué el teléfono y volví a meterlo en el bolso.

-Perdón —me disculpé con la clase. Pero cada uno ya había vuelto a lo suyo y el profesor seguía explicando.

Apenas habían pasado unos segundos cuando el móvil empezó a sonar de nuevo y toda la clase soltó un ruido de molestia.

-Berry coja el móvil y vallase fuera a responder si tan importante es —dijo el profesor y me abrió la puerta para que me largase.

Una vez en el pasillo, le cogí la llamada a Blaine:

-Espero que sea importante, estaba en clase.

-Se ha despertado —y me colgó.

__________

Llegué al hospital tan alterada que creía que iba a vomitar.

Entré por la puerta y ni siquiera me molesté en coger el ascensor, fui a las escaleras para recorrer los cuatro pisos que me separaban de Kurt subiendo los escalones de dos en dos.

Cuando por fin llegué a la cuarta planta, la recorrí con la vista, buscando el rastro de alguien conocido.

Encontré a Santana de pie al fondo de la sala, con el móvil en las manos.

Finalmente FinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora