Capítulo 10

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Mi cabeza vuelve a darme una solución. Hoy le estoy haciendo trabajar demasiado. Saco un pañuelo de mi mochila y me sueno la nariz. Antes de cerrar el pañuelo y convertirlo en una pelota miro a mi alrededor, comprobando que nadie esté pendiente de mí. Cuando esto es así, saco la tarjeta de mi bolsillo y la meto dentro del pañuelo. Hago con este una bola y lo tiro en la primera papelera que encuentro en mi camino. Ya me he deshecho de ella, por segunda vez. Espero que no lo tenga que hacer una tercera. Reanudo mi camino y comienzo a pensar en Dylan. A pesar de lo pesado que ha sido me ha caído súper bien. Bueno, no hay que olvidar que es un chico guapísimo. Para qué nos vamos a engañar, es mi prototipo 100%. Es guapo, inteligente (sabe vacilar), es gracioso, amable... es perfecto.

Sin darme cuenta estoy franqueando la puerta de salida del aeropuerto. Me paro y doy media vuelta. Pensar en Dylan ha hecho que me olvide de todo. Miro en los paneles que hay suspendidos en el techo, en busca de alguna flecha que me indique dónde se encuentran las taquillas. Veo un panel luminoso que me indica que tengo que seguir todo recto, así que tomo esa dirección. Al haber andado unos cuantos pasos me encuentro con las taquillas de las diferentes compañías.

A partir de ahora comienza el juego, a ver quién me ofrece el viaje más barato. Me dispongo a hablar ante la primera compañía y solicito un vuelo para Mallorca a última hora del día. La señorita comienza a buscar en su ordenador.

- Para Palma de Mallorca en el último vuelo del día sólo me quedan dos plazas libres.

- De acuerdo, y ¿cuál es su precio?

- Al encontrarnos ante las últimas plazas se ha aplicado un descuento para llenar todos los asientos del avión. En este caso el precio es de 11€.

Abro la boca patidifusa. Es una ganga. Tardo unos segundos en pensar y, finalmente decido dejar de mirar precios en las demás compañías y opto por quedarme con esta, pero no puedo comprarla ahora. Primero tengo que resolver unos trámites.

- Vale, ¿A qué hora sale el vuelo?

- A las 19:00 pm.

- ¿Por la tarde seguirá esta oferta? Ahora mismo no puedo adquirirla –frunzo el ceño.

- Pues todo depende de que nadie las compre. Si vienen dos personas antes que usted se quedará sin plaza.

Me pongo muy nerviosa. Debo actuar rápido, así que termino con la conversación y echo a correr.

- Vale, gracias.

- De nada, adiós –sonríe.

Levanto la mano como símbolo de despedida ya que no puedo articular palabra. Se me puede desmontar todo si alguien me quita esa plaza. Miro la hora. Son 14.20 am. He quedado a las 15:30 am en la Opére Garnier. Debo darme prisa porque si no no llego. Salgo rápido del aeropuerto en busca de la parada del bus. Tengo que coger el Roissybus, o autobús número 352 que me lleva del aeropuerto de Charles de Gaulle al centro de París. Tarda alrededor de 45 minutos, los cuales se pueden alargar por el tráfico.

Veo a lo lejos la parada y en ella está estacionado mi bus. Comienzo a correr y, al llegar, este arranca. No puede ser. ¿Qué más me va a salir mal? Al perder el bus tengo que esperar aproximadamente 20-25 minutos a que venga el siguiente. Llego a la parada y me siento en un hueco que veo libre. Cuando me siento y empiezo a oír a todo el mundo hablar francés, me hago pequeñita. Me siento extraña. No entiendo nada. Saco mi mp4 y me pongo a escuchar música, para evadirme de aquellos sonidos incomprensibles para mí.

Sólo puedo pensar en esas plazas libres a Mallorca, ya que como no pueda salir hoy de París me podrían encontrar. Si no regreso a casa antes de las 21:00 pm, que es la hora a la que llego siempre, mis padres se empezarán a preocupar y llamaran a la policía. Esta seguirá mi rastro gracias a mi tarjeta de móvil y mi identificación con mi DNI. Esto no puede pasar, sino volveré a la penuria de la que estoy intentando escapar.

Libertad #DulceSal #ConcursoOreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora