Libertad #DulceSal #ConcursoOreo

Capítulo 13

Mi cuerpo adquiere la forma de una estatua sin poder realizar ningún tipo de movimiento, debido a la tensión que ejerce el interrogatorio sobre mí. Observo cómo el agente no para de apuntar cosas en una hoja, lo que me lleva a pensar en qué es lo que está escribiendo. Si está todo grabado, ¿qué apunta?, ¿mis gestos?, ¿el miedo que transmito?...A saber. Trato de mostrar toda la normalidad que soy capaz de desprender y da comienzo a la batería de cuestiones.

- Usted fue la última persona que vió a Anne, ¿recuerda el tipo de vestimenta que llevaba? –pregunta el policía mientras comprueba que el piloto del micrófono permanece encendido.

Por mi cabeza transcurren multitud de pensamientos. Estoy ante la policía, así que no puedo mentir, ya que ellos tienen los medios suficientes para interceptar tales mentiras. Comienzo a chorrear sudor por mi frente. Cuando el comisario se percata del sudor me ofrece un pañuelo. Me seco la cara mientras el vuelve a anotar algo en el folio. No tengo escapatoria. Debo contar todo, ya que está pendiente de todos mis movimientos y estímulos.

- A ver...-trato de recordar, ganando algo de tiempo-llevaba... una camiseta rosa con un dibujo de una flor en el centro y unos shorts de color verde militar –elevo la mirada hacia el comisario. A pesar de haber comentado su verdadera vestimenta he tratado de omitir detalles, como su cambio de look,  mostrando una imagen general sin entrar en ningún tipo de detalles. Compruebo cómo marca con un tick la primera pregunta, lo que indica que mi respuesta le ha servido. Uff, primera pregunta superada. –Y unas gafas de color marrón palo –ya se me olvidaba y este detalle no lo podía omitir, ya que mis padres seguro que lo habrán comentado. Mi hermana no se quita las gafas para nada, y no es que sea cegata sin ellas, sino que se ha acostumbrado a llevarlas para todo.

- Su hermana, ¿padece algún trastorno mental o discapacidad que haya sido detectada hace poco y sea desconocida por sus padres? En caso de que no sepa nada, ¿Lo sospecha?

- No. Ni tengo la certeza, ni sospecho que mi hermana posea algún tipo de trastorno –miro fijamente al agente. Por primera vez he podido responder de manera instantánea. Desde que mi hermana se fue esta es la primera respuesta que tengo clara, lo cual me tranquiliza y hace que disminuyan mis nervios.

- Usted comentó a sus padres que Anne abandonó el domicilio familiar de forma voluntaria. ¿Abandonó sólo dicho domicilio o también la ciudad? –me observa fijamente esperando de manera inquieta mi respuesta.

- No, que yo sepa sólo se ha ido de casa –cuento una mentira piadosa con la intención de darle más tiempo para que pueda esconderse. Tampoco me preocupa mucho esta mentira ya que la policía tiene medios suficientes para averiguar todos sus movimientos.

De repente, el agente aparta su mirada de mí y se levanta. Dirige sus pasos hacia una puerta que tiene tras él. La abre y puedo comprobar cómo una mano le otorga unos papeles. Los observa y cierra la puerta. Vuelve a tomar su asiento, lanzando los documentos sobre la mesa.

- Mira estos papeles –los expande sobre la mesa. –Aquí hay constancia de que tu hermana ha cogido un vuelo desde el aeropuerto de la ciudad hasta París –me transmite una mirada inquietante.

Compruebo los billetes, llevan el DNI de mi hermana y todos sus datos. La van a pillar. No sé qué hacer. Está entre la espada y la pared. Seguro que la Gendarmerie nationale* ya tiene constancia de la presencia de mi hermana en la ciudad. Debo salir lo antes posible de esta sala y tratar de hacerle llegar a mi hermana esta información. Pero, ¿cómo? El teléfono lo tiene desconectado y dudo que sea tan tonta de conectarlo. Tiene muy bien organizada esta huida, dudo que cometa errores. La he metido en un problema, por mi bocaza. Si hubiera esperado más tiempo, ella se podría haber resguardado bien. Pero...ya no puedo hacer nada y no puedo mentir más. Son lo suficientemente rápidos como para desmontar mis mentiras. Rompo a llorar.