Cuatro años más tarde

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Cuatro años más tarde
Bellatrix Malfoy miraba desde la ventana de su habitación. Habían pasado muchas cosas desde que trajo de vuelta a su tía.

Resulta que Voldemort había creado un último Horrocrux, y no le decían cual.

Bellatrix con el resto de Horrocruxes y sangre de Harry Potter se las apañó para traer de vuelta al Señor Tenebroso.
Tan solo una semana después de su visita al cementerio con su abuela, dejó Hogwarts y se fue lejos con Bellatrix Lestrange.
Reunió a los mortífagos fieles que quedaban y como ya he dicho, trajo de vuelta a Voldemort.

Esta vez los Malfoy decidieron no unirse a la causa. En el mundo mágico se pensaba que Bellatrix había sido raptada por ellos y que con ella pudieron hacer regresar a su tía... Estaban tan lejos de la verdad. ¿Por qué pensaban bien de ella?
No llego a terminar Hogwarts, por lo que fue el mismísimo Voldemort quien la instruyó. La enseño a matar, a hacer sufrir y a gobernar a los demás. Nunca se quejó, no tenía escapatoria.

Y ahora estaba allí, en su habitación, en la mansión que ejercía de Cuartel General. La Tercera Guerra Mágica había comenzado hacía tres años, y aunque ella no estaba obligada a ir, oía todo. Ya que tenía que reunirse con los Mortífagos.
Con el regreso de Voldemort la marcaron la Marca Tenebrosa, y se vio obligada a obedecerle.
El no se portaba mal con ella, todo lo contrario, para no poder sentir amor, se portaba muy bien con ella. La consideraba su sierva más fiel junto a su tía.

Ella no había vuelto a ver a su familia desde hacía 4 años, y tampoco supo nada de sus amigos, aparte de unos pocos cuyos padres habían vuelto al lado Oscuro.

De hecho, había conocido a más menores que se convirtieron en Mortífagos. En realidad solo uno. Cuando todo sucedió el estaba en sexto año de Durmstrang, y tras la vuelta de Bellatrix no tardó en volver a colaborar con su familia junto a Voldemort. Se llamaba Einar Strongwood, y era un sangrepura obsesivo.
Pero aún así, era el único que la hacía un poco de caso.

Echaba de menos a su hermano. Pero ni loca se le habría ocurrido ir a verle, o escribirle. ¿Y si cogían a los Malfoy por traidores?

Su tía abrió la puerta de un golpe. Como había dos Bellatrix, a su tía la llamaban señora Lestrange y a ella señorita Malfoy.
-Vamos, chica. El Señor Tenebroso nos llama.

Bellatrix se dio la vuelta, agarró su varita y siguió a su tía. Ella tampoco la trataba mal. Ningún Mortífago la trataba mal, está protegida por Voldemort, que la consideraba también su salvadora.
Se sentó a su lado y vio cómo hacían sufrir a un pobre mago que había tenido la desgracia de haber visto cómo se escondían los Potter.

Como muchas otras veces.
-Lux, querida.-dijo con una voz ronca y atronadora Voldemort.- ¿Quieres continuar tu?
Bellatrix no quería pero como siempre, no le quedaba otra.
Le puso la varita en el cuello y hablo:
-¿¡QUÉ SABES DE DÓNDE SE ESCONDEN LOS POTTER, TRAIDOR A LA SANGRE!?
-Yo, yo no sé...
-CRUCIO.
Voldemort sonrió positivamente y asintió.
-HABLA.
-Yo es que no...
-Amo, ¿le mato directamente?
-Si insistes...
-AVADA KEDAVRA.
Vio como el cuerpo del pobre hombre se escurría entre sus brazos. Quiso llorar pero no podía. Tenía que dar imagen de ser fuerte.

Lanzó el cadáver a un lado y se limpió la ropa. Se vio obligada a hacer un comentario:
-Espero que la sangre de un traidor no sea contagiosa.
Voldemort se rió con una atronadora risa y todos los Mortífagos se le unieron. Su tía la dedico una sonrisa maníaca.
Bellatrix abandonó con permiso de Voldemort la sala y subió de vuelta a su cuarto. Se encerró y suspiró.
Durante estos cuatro años no pudo llorar ni una vez. Era horrible, pero se consiguió acostumbrar. Pese a todo lo que hacía, nunca se dejó llevar por la maldad, teniendo siempre como referencia su objetivo. Proteger a su familia... Proteger a su familia...

Bellatrix Malfoy y James Potter: enemigos eternos.⛓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora