Bellatrix Malfoy y James Potter: enemigos eternos.⛓

El horrocrux

-En serio?—preguntó Lily.
-¿Y cómo estás segura?—preguntó Albus.
-Yo he sido uno... Entonces... No sé. Reconozco uno. Además, todo encaja. Lo que dijo Hermione, de que te hacían estar de mal humor y todo eso. No sé cómo no me he dado cuenta antes, la verdad.

Scorpius la dio unas palmaditas en la espalda.
-No te frustres. No eres una Ravenclaw.—le dijo.
Bellatrix le sonrió.
-El caso es, James. ¿De dónde lo has sacado?
-Lo encontramos Lily y yo mientras buscábamos la capa. Entramos en varias salas y lo encontré. Algo me dijo que me lo quedara. Y eso hice.

Se quedaron pensando.
-Ha sido una imprudencia, pero hemos conseguido uno de los Horrocrux. Ahora te digo. No lo volváis a hacer, porque casi le cuesta la vida a nuestras familias. Y a vosotros mismos.

-Y a ti.—añadió Lily.
-Eso es secundario.
-¡Claro que no!—exclamó Scorpius.
-¿Por qué lo iba a ser?
-Chicos... Yo sé dónde me meto y he jurado dar la vida para protegeros... No afectaría tanto si me muero. Lo importante es que sigáis adelante. Yo sé que tarde o temprano voy a morir en esta empresa. Es algo que ya he aceptado.

Los demás se quedaron sorprendidos.
-Pero será imposible seguir sin ti...—dijo Lily.
-De hecho es muy posible. Lo único que hago es salvaros el culo así que basta con que no os metáis en problemas innecesarios.

Todos se rieron menos James, que seguía dando vueltas a la cadena. Era una fina cadena de plata, con un colgante en el que estaba el rostro de Salazar Slytherin, con dos diminutas esmeraldas en los ojos.

Bellatrix se lo quito de la mano.
-No lo tengas mal. Estos cacharros te afectan y te ponen de mal humor.

James la miró un instante a los ojos. Ahora sentía menos presión y lo hacía más cómodo. Le gustaban mucho. Eran muy bonitos y exóticos. En el mundo mágico solo los Malfoy heredaban esos ojos. Scorpius incluido.

Bellatrix también le miró a los ojos. En este caso marrones, sonrió un instante y le susurró:
-Los de Albus son más bonitos.

A James le absorbieron los ¿celos? Si, pero de los ojos de su hermano, no de otra cosa. Se acordó de su pelirroja, ¿qué sería de ella? Apenas se había olvidado de Bellatrix, sale con Samandra, la pide matrimonio, oye ruidos, baja al salón y se la encuentra allí. Con sus ojos grises y su piel pálida mirándole por encima del hombro.
No era justo. Pero él quería a Samadra... Quería verla y explicarle todo.

Los cinco se reunieron frente a un fuego.
Bellatrix habló:
-Sabemos dos de los cuatro Horrocruxes. Pero tenemos que centrarnos en Bellatrix y Voldemort. Va a ser difícil.
Empezaron a comer. Lily sacó el tema de nuevo:
-Felicidades James.

Los demás le felicitaron, menos Bellatrix. Él dijo:
-Tengo que ir a ver a Samandra y explicarle todo.
-Ve. Pero llega antes de cenar.
-Sí, mamá.

Bellatrix sonrió y James desapareció.
El resto del día siguió tranquilo.
Al menos Bellatrix sabía que James no le odiaba. O eso parecía.

James volvió hacia las diez, con Samandra de la mano y una sonrisa eufórica en la cara.

Bellatrix suspiró y los celos la atacaron. Pero ella podía con ellos, como siempre.
Scorpius dijo:
-Bueno James, ya podemos celebrar tu cumpleaños.

James sonrió y los seis se sentaron frente al fuego.
Le cantaron cumpleaños feliz y Samandra le dio una tarta. Todos se rieron con el detalle y James sacó una botella de Wishkey de Fuego. Bellatrix y Albus fueron los únicos que no bebieron, con la excusa de que ellos harían la guardia.

James y Samandra después de unos cuantos tragos se pusieron melosos y empezaron a meterse mano allí mismo. Borrachos.

La escena solo hizo que Bellatrix se riera. James la había confesado hace 4 años que su primer beso había sido con Samandra cuando ella estaba borracha.
Ahora todo era distinto. La de persona de la que estaba enamorada se iba a casar con otra, que le gustaba desde los 11 años... Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Scorpius y Lily, a los que se les fueron los tragos.