Era una típica mañana de septiembre en el orfanato, todos se preparaban para el primer día de clase aunque yo no tenía ganas de volver a ver a esos profesores que mandaba el estado para darnos clase, creo que muchos de ellos no estaban ni cualificados para enseñar pero a quién le preocuparía un grupo de niños pobres.
Me encontraba en mi cama con la cabeza debajo de la almohada para amortiguar el asqueroso sonido del despertador.-Matt, apaga esa cosa ya.-murmuré sin saber si me había entendido.
-También podrías levantarte y apagarlo tú,pedazo de vaga.
-Idiota...-susurré.
-Te he oído.
-Eso es que no estás sordo, me alegro por ti cariño.
Lo escuché reír y me levanté perezosamente. Ashley y Bryan, mis otros compañeros de cuarto, seguían durmiendo como los dos perezosos que son. Después de despertarlos, cogí unas mallas negras, una sudadera roja con el símbolo de Mickey Mouse enseñando el dedo de en medio, ropa interior y mis zapatillas. Me dirigí hacia las duchas. Tanto los cuartos como las duchas son mixtas por eso es mejor caminar rápido y sin mirar a nadie, algunas personas no se cuidan mucho de que no les vean sus partes íntimas.
Tras ducharme y vestirme fui a mi primera clase. El primer día es de presentación y no hacíamos nada.
Un hombre mayor entró al aula con una sonrisa más falsa que su pelo.-Buenos días niños, soy el profesor Stuart, les daré clase de inglés durante este curso.
Tras las presentaciones, la mención de las normas de clase, etc. nos dejaron ir a almorzar, caminé junto a mis compañeros hacia el comedor. Era una sala con siete mesas, cada una con espacio para unas 20 personas. Almorcé junto a mis amigos, Matt, Ashley, Bryan, Steven y Riley. Todos tenían una historia diferente del porqué están aquí, Matt quedó huérfano cuando tenía 10 años, Ashley siempre ha estado aquí al igual que yo, Bryan fue arrestado a los 14 por robar en un supermercado para poder mantener a su familia, Steven llegó aquí a los 12 años por tirarle una mesa en la cabeza a una profesora y a Riley la abandonaron a los 7 años. Este lugar, aparte de ser un orfanatos, también es una especie de reformatorio. La directora entró a la sala y vino hacia mi.
-Skyler, ¿puedes venir a mi despacho un momento?
-Yo no he roto la ventana de la habitación 23.-me excusé rápidamente.
-No es por eso.-me fulminó con la mirada.Caminé con miedo a su despacho sin saber lo que quería decirme. El miedo aumentó cuando vi a una pareja sentada frente a la mesa.
-Estos son Marie y Noah Duch, vienen a adoptarte.-habló la mujer sentada tras el gran escritorio.
-No pienso irme de aquí.-repliqué.
-No tienes más opciones Skyler, tienes dos horas para preparar tus cosas y despedirte de tus amigos.Salí de la habitación dando un gran portazo que hizo vibrar violentamente el cristal de la puerta. No podían sacarme de aquí ahora, no pueden separarme de mis amigos, se supone que nadie adopta a una chica de 16 años, ¿por qué tienen que venir ellos ahora? Corrí al comedor en busca de mis amigos. Cuando llegué me miraron preocupados.
-¿Estás bien?¿Qué quería la directora?-preguntó Ashley, la cual era mi mejor amiga.
-Me marcho.-murmuré lentamente, tratando de asimilar la situación.
-¡No!¡No pueden separarte de nosotros ahora!-gritó Steven, él era mi mejor amigo desde que llegó.
-¿Cuándo te marchas?-susurró Matt mirando el suelo, él y yo habíamos tenido una historia hacía algún tiempo pero no pegábamos lo suficiente como para continuarla.
-En dos horas.-contesté.Salió corriendo de la sala sin decir una palabra. Todos nos quedamos callados unos minutos, sabiendo que cuando estaba así era mejor dejarlo un tiempo sólo.
-Tengo que preparar las cosas.-dije caminando fuera del lugar.
Odio a esas personas que intentan separarme de mis amigos.
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Stay With Me
Teen FictionSkyler era una chica normal de 16 años, vivía en un orfanato en Manhattan desde muy corta edad, tenía todo allí y solo deseaba salir para poder irse pero todo cambiará en el momento que un matrimonio llegue desde muy lejos para adoptarla y alejarla...