Stay With Me

Capítulo 29

Me encontraba sentada en mi cama, con el ordenador en mis piernas, sollozando al haber terminado de contarles a mis amigos lo que me pasaba. En la pantalla solo se veía a Steven y a Ashley, Riley y Bryan estaban durmiendo y Matt nadie sabía dónde estaba, se había escapado una semana más tarde de que yo me fuera.

-Pequeña, no le hagas caso al gilipollas de Andrew, nada de lo que ha dicho es cierto.-me animó el castaño.

-Pero...mira lo que pasó con Hugo... todos los que se me acercan sufren.-lloré.

-Ey, eso no fue culpa tuya, no digas esas cosas, nosotros nos acercamos y estamos bien.-dijo mi mejor amiga.

-No quiero seguir hablando de esto, por favor.-murmuré.

-Está bien, cuéntanos como te va por allí.

-Bueno, quitando lo de Andrew no me va tan mal. Tengo una amiga en el instituto de pijos, un grupo de amigos que se parecen un poco a vosotros, estoy con un chico, se llama Zarek, es guapísimo.

-¡Oh, nuestra pequeñaja tiene novio!-exclamó el idiota de Steven.

Reí y me sonrojé.

-¿Y cómo es?

-Pues, es un idiota, es de mi instituto, tiene dos años más que yo. Es moreno, ojos azules, alto y con muchos tatuajes. Tiene un carácter un tanto...especial, pero es buen chico.

-¿Te lo has tirado?-dijo la rubia elevando ambas cejas.

-¡¿Por qué todos me preguntáis lo mismo?!-grité cansada.- Pero sí, me lo he tirado, varias veces.

-¡Pichona!-me gritó Stev riendo.

Ashley y yo carcajeamos y le gritamos un "imbécil".

-Me amáis.-dijo de sobrado.

-Claro, tú sigue pensando eso.-le dije.

Hablamos un rato más hasta que nos tuvimos que despedir, debido a que teníamos clase al día siguiente.

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Acababa de llegar al instituto. Había salido temprano para no ver a Andrew. Todo estaba bastante vacío, sólo había un par de personas.

Me senté en un banco debajo de los arboles que había en la entrada, a los 10 minutos siento que alguien se acerca por detrás "sigilosamente"

-Avery, si intentas asustarme no lo vas a conseguir.-me reí un poco de ella.

-Ey, no te rías de mí.-la vi hacer un puchero.-llevamos toda la semana sin quedar.

-He estado castigada.

-Sí pero te escapabas por la noche y ayer estaba la policía en tu casa.

-Sí, bueno, es una larga historia. ¿Tú cómo sabes que me escapaba?

-Somos vecinas, ¿nunca te habías dado cuenta?-se burló.

-Pues la verdad es que no.-reí un poco estúpida.

-Bueno, te vi llegar con Zarek y no lo vi salir hasta la noche, ¿tenéis algo?-me preguntó elevando una ceja.

-Em...es mi novio.-susurré mirando hacia otro lado.

-¡¿Qué Zarek es tu qué?!-gritó.

-Novio.-dijo una voz gruesa.-Soy su novio.

Lo miré con una sonrisa, él se acercó a mí y se agachó a mi altura, ya que yo estaba sentada.

-Hola cariño.-me dio un pico.

-Hola idiota.-le saqué la lengua.

Miré a Avy que estaba con la boca completamente abierta y los ojos como platos.

-¡Osea, pero que super fuerte!-chilló.

-Odio cuando hablas tan pija.-le dije poniéndome roja.

Skyler sonrojándose, el fin del mundo ha llegado.

No sé qué me pasa enserio, me siento extraña cuando lo tengo al lado.

Zarek se sentó a mi lado y me puso el brazo por los hombros, acercándome a él. Escuchamos el timbre sonar y los tres nos dirigimos dentro del instituto.

-¿Qué te toca?-me preguntó mi novio.

Me encanta como suena... novio, MI novio.

-¿Es lunes?-asintió.-Pues matemáticas.-puse cara de asco.

-Justo al lado de mi clase, te acompaño.-me dio un beso en la sien y sintiendo las miradas de odio de las pijas y algunas de asombro nos encaminamos hasta el segundo piso. Ya en la puerta me besó, dejando a la cerda de Sidney con la boca abierta.

-Paso a recogerte en la siguiente hora y te acompaño a tu clase.-asentí a su propuesta y me giré para entrar en clase.

Al girarme me dio una palmada en el culo, miré por encima de mi hombro y le enseñé el dedo de en medio para luego sacarle la lengua y entrar a mi clase.

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La clase de matemáticas había pasado rápido, Zarek me había acompañado a absolutamente todas mis clases y se había sentado con Avery y conmigo en el almuerzo. Se había comportado muy cariñoso conmigo, me sentía bien a su lado aunque un poco incómoda por el hecho de tener tantas miradas sobre mí, tanto de odio como de asombro.