Capítulo 14

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Zarek's POV

Estábamos todos sentados en la mesa, a mi derecha se encontraba Skyler y a mi izquierda, mi hermano, Ryder.

El hermano de Skyler, según me dijo ella, se llamaba Mason, me miraba con una ceja alzada y una sonrisa ladeada.

-¿Y tú, Zarek? ¿En qué curso estás?-me preguntó Noah, el padre de la chica que estaba a mi lado.

-En último año.-le contesté un poco incómodo.

La mirada de Mason me ponía nervioso.

-Skyler está en cuarto todavía, lo sabías, ¿verdad?-habló Mason resaltando la palabra "cuarto" como queriendo decirme algo que no pillaba.

Lo que acaba de ver en el cuarto de su hermana.

Ah, incómodo.

-Sí, lo sabía.- resoplé un poco, no me gustaba la manera en la que estaba yendo el tema.

Un rocé en mi rodilla hizo que mirara a la castaña. Me miraba con cara de "tranquilo, estoy aquí". Mis puños se relajaron y no me di cuenta de cómo los tenía hasta ese momento.

-¿Qué vas a hacer cuando acabes el instituto?-volvió a preguntar Noah.

-Quiero entrar en la universidad de Liverpool, estudiaré criminología o derecho, aún no lo tengo muy claro.-le contesté.

-¿Y tú Skyler? ¿Qué vas a hacer cuando acabes el instituto?-preguntó Mason, mirándome.

Qué asco de tío, ¿cómo lo aguantas todavía?

Por Skyler, quiero caerle bien a su familia.

Uuuh, eso huele a amor...

No. Déjame.

-Buscaré un trabajo.

-Vas a ir a la universidad.-habló Marie.

Lo que me sorprendió fue que no era una pregunta, sonó más como una orden.

Ella solo rodó los ojos y siguió comiendo.

De un momento a otro se escuchó un trueno que hizo que las ventanas retumbaran y se fue la luz.

-Oh vaya, iré a buscar el farolillo y unas velas para iluminar esto un poco.

Mi hermano y Aaron se reían y hacían sonidos de fantasmas, sentí algo removerse a mi lado, Skyler buscaba algo en su teléfono, le temblaban las manos.

-¿Estás bien?-le susurré poniéndole una mano en el pelo.

-No, tengo miedo.-me contestó en un susurro.

-Ven anda.- aparté la silla y busqué su mano para que viniera a mi regazo.

Cuando estuvo ya sentada encima de mí, la abracé y ella hizo lo mismo, poniendo su cara en mi cuello. Minutos más tarde llegó la mujer con un farolillo de acampada y un par de velas. No iluminaba mucho pero algo hacía.

-Chicos, va a ser mejor que os quedéis a dormir, es peligroso que salgáis con esta tormenta.-comentó Marie con tono maternal.

-Está bien señora Duch, llamaré a mis padres para avisarles.

Saqué mi teléfono y busqué el número de mi padre.

-Sky, ¿vienes conmigo o te esperas aquí?-le pregunté suavemente.

-Voy.-contestó inmediatamente.

La levanté con un solo brazo, no pesaba nada, mientras le daba a llamar. Me puse el móvil en la oreja y esperé a que contestara.

-Geiá sou?(hola)-contestó éste en grigo.

-Geiá sou bampá.(hola papá)-en casa siempre hablábamos en griego.

-Ti gínetai? (¿Qué pasa?)

-Mia kataigída, koimámai sto spíti tis Duch. (Hay tormenta, duermo en casa de los Duch).

-Entáxei, Dýma. (Está bien, Dymas).-dijo utilizando mi segundo nombre.

-Den mou tilefonísei, xéreis den mou arései, Karsten. (No me llames así, sabes que no me gusta, Karsten).-dije utilizando su nombre.

-Koimámai, kalinýchta. (Voy a dormir, buenas noches). -se despidió.

-Kalinýchta bampá. (Buenas noches papá).-y colgué.

-No he entendido ni papa.-rió Skyler, todavía en mis brazos.

-Solo le he dicho que me quedaba a dormir aquí.-le di un corto beso en los labios y ella se quejó.-¿Qué pasa?

-¿Por qué tan corto?-por lo poco que alumbraba el móvil, vi que estaba haciendo un puchero.

-Tonta.-reí y le di un beso más largo.

Después de eso ella se apoyó en mi hombro. La luz volvió segundos después. Vimos que estábamos en el salón, Mason entró poco después.

-No sé como lo hago pero siempre que os veo juntos, la tienes en brazos.-nos miró con una ceja alzada.-Les he dicho a mi padre que se acuesten tranquilos, supongo que querréis dormir juntos así que, adelante.-hizo un gesto extraño con la mano y yo subí las escaleras con ella en brazos.

-¿Por qué temblabas tanto cuando se fue la luz?-le pregunté.

-Em... puede que tenga algo de miedo a la oscuridad.-respondió algo tímida.

Reí un poco, eso era demasiado. Me encantaba.

Nos tumbamos en la cama y nos quedamos un rato hablando de estupideces.

Se me hacía fácil hablar con ella.


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