Capítulo 2

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Había pasado aquellas dos horas junto a Riley, Ashley, Bryan y Steven. No había tenido noticias de Matt en ningún momento y eso me preocupaba.

-¿Sabéis algo de Matt?-pregunté.

Steven y Bryan se miraron.

-Decid lo que sabéis ahora mismo.-dije.
-Matt tenía pensado pedirte volver en la salida de esta tarde.-suspiró Bryan.

Me quedé petrificada, no sabía nada de eso.
Alguien tocó la puerta de nuestra habitación, interrumpiendo mis pensamientos. Tras la puerta apareció la vieja amargada que se hacía llamar "directora".

-Es hora de irse.-dijo.

Los cuatro salimos de la habitación. Mi equipaje era una simple mochila con recuerdos de mi larga estancia allí y una pequeña maleta con mi poca ropa. Mientras bajábamos las escaleras vimos a Matt, todavía con la vista en el suelo, apoyado en la pared. Llegué hasta él y lo abracé. Lo iba a echar de menos.

-No quiero que te vayas.-susurró contra mi pelo.
-Yo tampoco quiero irme pero sabes que no tengo otra opción.
-Niña te están esperando.-gritó la mujer.
-Tengo que irme, te echaré de menos.-le dije dándole un beso en la mejilla y separándome de él.
-Toan esto, para que te acuerdes de mí.-me tendió un colgante con una M.-Te lo iba a dar esta tarde en la salida pero viendo el panorama tenía que dartelo ahora.
-Te quiero Matt.-lo volví a abrazar y fui a despedirme del resto.

Tras unos abrazos y varias lágrimas por parte de Riley y Ashley, fui hacia la entrada donde me esperaban mis padres adoptivos, dispuestos a llevarme a otro continente.

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Después de media hora en coche escuchando a los Duch hablarme sobre mi nueva vida allí y de que tenían tres hijos más, llegamos al aeropuerto. Me preguntaba: ¿Por qué me mareaban a mí si ya tenian tres hijos?
Caminamos por el lugar, yo les seguía, hasta que llegamos a un avión de color azul claro con letras en la cola. Me fijé en las letras y vi que ponía DUCH. ¡Tenían un maldito jet privado! Subimos al precioso avión de mi nueva familia para dirigirnos a un estúpido país.

-Acomódate cariño, quedan doce largas horas para llegar.-dijo Marie.

Durante todo el vuelo, las azafatas nos traían todo tipo de aperitivos y bebidas, como vinos caros. Creo que con tantos lujos me podría acostumbrar a estar aquí.

Stay With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora