Capítulo 21

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-Yo no tengo nada que hablar contigo.-intenté irme pero él me sujetó el brazo.-no me toques.

Zarek inmediatamente me soltó.

-Por favor, solo quiero hablar contigo. Si quieres no te toco pero déjame hablar.

Miré la hora de mi teléfono. 22:00.

-Tienes una hora.-le contesté de la manera más fría que pude.

Tomó aire y me miró a los ojos. Sus ojos azules estaban apagados y oscurecidos.

-Yo... no quise hacerlo, de verdad, fue un impulso. No pude controlarlo, antes de ni siquiera poder pensarlo ya lo había hecho y no sabes cómo me arrepiento. Mi cabeza no ha dejado de atormentarme con esa escena. De verdad, es horrible vivirlo una y otra vez y pensar lo idiota que fui, jamás quise hacerlo y ten por seguro que no lo volveré a hacer.

-Claro que no lo harás, por lo menos a mí, porque no te vas a acercar ni a dos metros si no quieres acabar con una tortilla entre tus piernas.

-Por favor, no me alejes.-su mirada era cada vez más triste.-Déjame demostrar que no soy tan malo. Que puedo hacer algo bien por una vez en la vida. Una oportunidad, sólo te pido eso.

Lo miré a los ojos, parecía sincero pero había algo en mi cabeza que no me permitía dársela.

-Pero...si lo hiciste una vez, ¿qué me dice que no podrías volverlo a hacer?-tenía un sabor amargo en la garganta que no sabía lo que era.

-Confía en mí, una única vez, por favor.

Asentí sin siquiera pensarlo. Se acercó rápidamente y me besó. Un beso como el de aquel día en el salón, cuando me quejé de que me diera un mísero pico. Un beso dulce que transmitía tranquilidad. Poco a poco el beso se iba transformando en uno más profundo, más subido de tono.

-Vamos, tengo ahí detrás el coche.-me dio un pico y se levantó.

Hice lo mismo y me cogió de la mano. Una corriente me atravesó, creo que él sintió lo mismo porque me apretó la mano suavemente.

Me guió hasta un Maserati negro.

-Mi casa queda cerca, ¿vamos?-preguntó.

-Sí, pero date prisa.

Eran las 22:30, en una hora tenía que ir a casa a cambiarme para ir al garito.

Condujo hasta su casa. Ya allí, subimos a su habitación besándonos. Podéis imaginaros lo que sucedió después.

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Estaba tumbada al lado de Zarek, abrazándolo.

-¿Qué hora es?-le pregunté.

-Las 23:45.-contestó.

-¡Mierda, mierda, mierda!-me levanté rápidamente, vistiéndome.

-¿Qué pasa cenicienta, la princesa debe estar a las 00:00 en su palacio?-bromeó.

-Joder, enserio, había quedado a las 00:00 y tengo que vestirme.

-Venga, te llevo a casa.

Salimos de su casa y condujo hacia la mía. Gracias a Dios no quedaba tan lejos. 15 minutos después ya habíamos llegado. Subí corriendo con Zarek siguiéndome.

Me quité el vestido y me puse la ropa que había elegido por la tarde.

-¿Dónde vas tan sexy?-dijo abrazándome por detrás y mordiéndome el cuello.

Me giré a verlo y vi que llevaba mi pintalabios por la boca. Reí y le di un beso.

-Voy de fiesta con unos amigos.-me separé de él en busca de una toallita.-ven aquí.

Pasé la toallita por sus labios, quitando todo rastro de mi maquillaje. Se lamió los labios y puso cara de asco.

-Sabe mal.-escupió, literalmente, me cayeron sus babas en la cara.

-Das asco.-le dije mientras me limpiaba.-claro que sabe mal pero no creo que a tus padres les gustara verte con los labios rojos.

-Claro, pero es mejor que me vean esto.-señaló su cuello y yo reí.

Me peiné bien, me arreglé el maquillaje y le volví a dar un beso, dejándole los labios rojos otra vez.

Mi teléfono empezó a sonar. En la pantalla ponía "Kaylee".

-¿Qué pasa K?-contesté.

-¡¿Cómo que qué pasa?! ¡Hemos quedado a las 00:00 y son las 00:15!

-Sí, lo siento, se me hizo tarde.-me disculpé.

-Vamos a por ti, si no llegaremos tarde.

-Está bi...-y colgó.

-¿Quién era?-me preguntó el moreno.

-Una amiga, vienen a por mí.

-Me quedo contigo hasta que vengan. No puedes estar tú sola en casa, eres muy pequeña.-me dijo como excusa.

-¿Y si soy tan pequeña, por qué has follado conmigo?-le dije mirándolo divertida.

-Touché. Igualmente me quedaré contigo.-rió.

-No me quites mucho el pintalabios.-le pedí.

-Mm... no sé si eso será posible.-contestó cogiéndome en brazos y dándome un beso.

Reí en su boca y puse mis manos en sus mejillas.

10 minutos más tarde escuché el timbre.

-Vamos, ya están aquí.-me separé de él.

Cogí el pintalabios y bajé junto a él. Al abrir la puerta vi a Kaylee.

-Ya entiendo por qué se te ha hecho tarde, pedazo de guarra.-dijo riendo.

Reí y me despedí de Zarek con un beso y un "mañana nos vemos".


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