-Yo no tengo nada que hablar contigo.-intenté irme pero él me sujetó el brazo.-no me toques.
Zarek inmediatamente me soltó.
-Por favor, solo quiero hablar contigo. Si quieres no te toco pero déjame hablar.
Miré la hora de mi teléfono. 22:00.
-Tienes una hora.-le contesté de la manera más fría que pude.
Tomó aire y me miró a los ojos. Sus ojos azules estaban apagados y oscurecidos.
-Yo... no quise hacerlo, de verdad, fue un impulso. No pude controlarlo, antes de ni siquiera poder pensarlo ya lo había hecho y no sabes cómo me arrepiento. Mi cabeza no ha dejado de atormentarme con esa escena. De verdad, es horrible vivirlo una y otra vez y pensar lo idiota que fui, jamás quise hacerlo y ten por seguro que no lo volveré a hacer.
-Claro que no lo harás, por lo menos a mí, porque no te vas a acercar ni a dos metros si no quieres acabar con una tortilla entre tus piernas.
-Por favor, no me alejes.-su mirada era cada vez más triste.-Déjame demostrar que no soy tan malo. Que puedo hacer algo bien por una vez en la vida. Una oportunidad, sólo te pido eso.
Lo miré a los ojos, parecía sincero pero había algo en mi cabeza que no me permitía dársela.
-Pero...si lo hiciste una vez, ¿qué me dice que no podrías volverlo a hacer?-tenía un sabor amargo en la garganta que no sabía lo que era.
-Confía en mí, una única vez, por favor.
Asentí sin siquiera pensarlo. Se acercó rápidamente y me besó. Un beso como el de aquel día en el salón, cuando me quejé de que me diera un mísero pico. Un beso dulce que transmitía tranquilidad. Poco a poco el beso se iba transformando en uno más profundo, más subido de tono.
-Vamos, tengo ahí detrás el coche.-me dio un pico y se levantó.
Hice lo mismo y me cogió de la mano. Una corriente me atravesó, creo que él sintió lo mismo porque me apretó la mano suavemente.
Me guió hasta un Maserati negro.
-Mi casa queda cerca, ¿vamos?-preguntó.
-Sí, pero date prisa.
Eran las 22:30, en una hora tenía que ir a casa a cambiarme para ir al garito.
Condujo hasta su casa. Ya allí, subimos a su habitación besándonos. Podéis imaginaros lo que sucedió después.
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Estaba tumbada al lado de Zarek, abrazándolo.
-¿Qué hora es?-le pregunté.
-Las 23:45.-contestó.
-¡Mierda, mierda, mierda!-me levanté rápidamente, vistiéndome.
-¿Qué pasa cenicienta, la princesa debe estar a las 00:00 en su palacio?-bromeó.
-Joder, enserio, había quedado a las 00:00 y tengo que vestirme.
-Venga, te llevo a casa.
Salimos de su casa y condujo hacia la mía. Gracias a Dios no quedaba tan lejos. 15 minutos después ya habíamos llegado. Subí corriendo con Zarek siguiéndome.
Me quité el vestido y me puse la ropa que había elegido por la tarde.
-¿Dónde vas tan sexy?-dijo abrazándome por detrás y mordiéndome el cuello.
Me giré a verlo y vi que llevaba mi pintalabios por la boca. Reí y le di un beso.
-Voy de fiesta con unos amigos.-me separé de él en busca de una toallita.-ven aquí.
Pasé la toallita por sus labios, quitando todo rastro de mi maquillaje. Se lamió los labios y puso cara de asco.
-Sabe mal.-escupió, literalmente, me cayeron sus babas en la cara.
-Das asco.-le dije mientras me limpiaba.-claro que sabe mal pero no creo que a tus padres les gustara verte con los labios rojos.
-Claro, pero es mejor que me vean esto.-señaló su cuello y yo reí.
Me peiné bien, me arreglé el maquillaje y le volví a dar un beso, dejándole los labios rojos otra vez.
Mi teléfono empezó a sonar. En la pantalla ponía "Kaylee".
-¿Qué pasa K?-contesté.
-¡¿Cómo que qué pasa?! ¡Hemos quedado a las 00:00 y son las 00:15!
-Sí, lo siento, se me hizo tarde.-me disculpé.
-Vamos a por ti, si no llegaremos tarde.
-Está bi...-y colgó.
-¿Quién era?-me preguntó el moreno.
-Una amiga, vienen a por mí.
-Me quedo contigo hasta que vengan. No puedes estar tú sola en casa, eres muy pequeña.-me dijo como excusa.
-¿Y si soy tan pequeña, por qué has follado conmigo?-le dije mirándolo divertida.
-Touché. Igualmente me quedaré contigo.-rió.
-No me quites mucho el pintalabios.-le pedí.
-Mm... no sé si eso será posible.-contestó cogiéndome en brazos y dándome un beso.
Reí en su boca y puse mis manos en sus mejillas.
10 minutos más tarde escuché el timbre.
-Vamos, ya están aquí.-me separé de él.
Cogí el pintalabios y bajé junto a él. Al abrir la puerta vi a Kaylee.
-Ya entiendo por qué se te ha hecho tarde, pedazo de guarra.-dijo riendo.
Reí y me despedí de Zarek con un beso y un "mañana nos vemos".
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Stay With Me
Teen FictionSkyler era una chica normal de 16 años, vivía en un orfanato en Manhattan desde muy corta edad, tenía todo allí y solo deseaba salir para poder irse pero todo cambiará en el momento que un matrimonio llegue desde muy lejos para adoptarla y alejarla...