—Renunció —me cruce de brazos frente al escritorio del hombre que me había traído a este lugar donde pase muy buenos momentos y muy malos momentos. Este alzó la mirada y me vio con cara de pocos amigos.
—¿De qué hablas? —me miro sin entender.
—Más claro no te lo puedo poner —dije enojada. —renunció —alce los brazos. —estoy harta, ya pasaron dos meses y no hago nada, parece que ya no me necesitas, entonces. renunció. —río sin gracia.—¿Te parece gracioso? —lo mire más furiosa.
—¿Porque crees que ya no te necesito? —alce las cejas sorprendida.
—Fury, hace dos meses que no salgo a ninguna misión, mientras todos están afuera combatiendo el crimen, yo estoy sentada en piyama viendo American Top Model comiendo chocolate. —rodee los ojos al recordar mi rutina diaria.
—¿Y qué piensas hacer si dejas shield? —me pregunto sereno.
—No lo sé, ¿trabajar?, tener una vida normal? —definitivamente no me veía trabajando en una oficina o operando personas, cosas que la mayoría de la gente hace en sus vidas normales, pero tan solo no podía imaginármelo porque yo no era normal, literalmente.
—¿Enserio quieres esto? —me pregunto serio. Yo lo mire por unos segundos sin saber qué responder, por fuera podría parecer que estaba segura de mi decisión, pero por dentro me moría del terror, no estaba lista para volver a mi vida pasada, los vengadores habían marcado demasiado mi vida y tan solo en pensar que los iba a dejar me daba miedo.
—Si —murmuré. Fury asintió sin ninguna expresión en su cara. —Aquí está el uniforme —deje la prenda de ropa en el escritorio y sin decir nada más me di la vuelta para salir de aquel lugar.
—No te voy a detener porque sé que es tu decisión —deje de caminar antes de abrir la puerta y lo escuche. —pero sé que vas a regresar —en mis labios una sonrisa se asomó.
No le respondí nada, abrí la puerta y salí hacia al pasillo donde me encontré con varias personas mirándome sin entender porque no traía puesto mi uniforme y vestía con ropa de calle. Camine por los pasillos hasta llegar a la salida, le di un último vistazo al lugar antes de salir.
Al salir del gran edificio que se encontraba en medio de la nada mi vista se dirigió hacia aquel chico que me sacaba risas cuando nadie lo hacía. Se encontraba hablando con una chica, a la cual desconocía totalmente. Este seguramente sintió mi mirada y volteo a verme con una sonrisa en la cara. Volvió a ver a la chica con la que hablaba, se despidió de ella y se dirigió hasta mi.
—Así que... —me vio de arriba hacia bajo. —era enserio —asentí con una mueca en la cara.
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—Pero sabes —inmediatamente me presto atención. —como ahora ya no soy una superhéroe. mi agenda está más vacía —encogió sus ojos y junto sus cejas sin entender. —..ya puedo ir a citas... —cante divertida.
