Capítulo 53
Al instante _______ se tensó. De todas las cosas que esperaba oír sin duda no era aquella. ¿La deseaba? Ella también lo deseaba a él, pero anoche se había dado un tiempo con Zayn y no estaría bien que cometiera aquella locura, sin embargo era tanto el deseo que sentía que ya se encontraban los dos besándose con frenesí encima de la cama.
-_______ Tengo que decirte algo antes que nada- aclaró un poco su garganta. Podía notar que estaba algo nervioso, sin embargo el destello que había en sus ojos le hacía continuar con todo esto. -
No soy sadomasoquista, ni mucho menos, pero necesito que..-no pudo terminar, prefería mostrárselo con palabras. Se acercó al armario, sacando de allí una caja de cuero negra, una que pesaba bastante. ¿Qué habría allí dentro?.
Curiosa, alzó su mano derecha, tratando de averiguarlo por si misma, pero el manotazo de Harry le dejó bien claro que debería esperar.
-Yo no tengo relaciones normales, no puedo hacerlo, habrá una diferencia conmigo y con Zayn, por eso tengo que decirte des de ya que confíes en mi- Harry apartó unos mechones rebeldes que caían sobre la frente de _______, estaba seguro de que ella aceptaría.
Lentamente abrió la caja de cuero, mostrando su contenido. Dos trozos de seda negra se encontraban allí, puestos con mucha delicadeza porque ninguna tenía una sola arruga. Eran anchos, como tres dedos de frente, y larga, muy larga. Podría darle dos vueltas a la cabeza.
Harry cogió una, llevándola hasta las manos de su pequeña, dónde depositó la cinta. Ella la tocó, una vez que pasaron unos minutos asintió, aquello lo dejó confundido. ¿Sí que confiaba en él y quería seguir con esto, o sí que ya había terminado con la cinta?.
No se atrevió a preguntar cuando los labios de ella aprisionaban los suyos en un dulce beso, dónde sus lenguas podían ser libres para jugar a su antojo.
Con sigilo, puso una de las vendas en sus ojos, dándole dos vueltas a la cabeza, así ahora todo lo que veía era negro.
-Harry...-susurró con miedo, buscándolo con las manos hasta que se topó con las de él. Se sorprendió al notar que la otra cinta se encontraba allí.
Sin perder un solo segundo más, Harry ató sus muñecas al cabezal con un fuerte nudo, asegurándose que este era lo bastante resistente para que no la soltase.
Dejó la caja a un lado, su mano derecha comenzó acariciar el abdomen de ella, viendo como su piel se erizaba ante aquello.
-Chis-la calló-estoy contigo cariño, tienes que confiar en mi, no te haré nada que no quieras-
Con sumo cuidado se puso encima de su pequeño cuerpo, notando que, realmente era pequeño,
mañana mismo comenzaría a obligarla a comer muchísimo más.
Depositó un beso en su vientre, subiendo por aquel mismo sitio por toparse a sus pechos. Levantó la camiseta que portaba hasta el cuello, dejando visible aquel sujetador de encaje.
-Nunca me ha gustado que me toquen mientras tengo relaciones, tampoco me gusta que me miren, aquí yo mando. No vas a poder hablar, solamente gritar y gemir, es lo único que te tengo permitido-
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