Capitulo 5
- _____, ¿puedo pasar?
- Si... -conteste sin muchos ánimos-
- Lo siento por lo de abajo, en serio solo que... somos muy celosos
- No hace falta que lo digas... ya lo note Lou.
- Toma, esto es para ti...
- Oh no, no me gustan los regalos Louis, por favor no.
- Al menos ábrelo, seguro que te gustara -dejo escapar una perfecta risa- vamos, te gustara.
Lentamente me levante de la cama y me acerque a él. Fui a coger la grande caja, pero la aparto y la dejo encima de una pequeña mesa de café que había al lado de la puerta, puso sus manos en mi cintura, nos quedamos viendo fijamente.
-Eres preciosa...puedo decir que tengo una hija, realmente preciosa.
- Y yo puedo decir, que tengo un padre, realmente sexy.
- Oh ¿así que crees que soy sexy?
- Mucho -me mordí el labio inferior-
-Shh no hagas eso -con sus dedos libero mi labio- no sin antes que yo los pruebe.
Y así es como nuestros labios empezaron una gran batalla, se movían a un perfecto ritmo. Le di la bienvenida a su perfecta lengua. Di un pequeño salto y rodee mis piernas en su cintura, pude sentir como caminaba hacia la cama, nuestra respiración era agitada, sus manos exploraban mi cuerpo, las mías le hacían un extraño masaje en su cabeza. Cuando me di cuenta, estábamos los dos acostados en la cama, en ropa interior...
Ahora sí, ¿que se supone que estaba haciendo? Él era mi padre, mi sexy padre. No _____, NO. No puedes acostarte con él. Su boca hizo un largo camino des del ovulo de mi oreja, bajaba lentamente hacia mi cuello, donde pude sentir que me dejo una pequeña marca, su mano izquierda estaba en mi muslo izquierdo, y su mano derecha me hacía suaves caricias en la mejilla. En la habitación solo se podía escuchar nuestra agitada respiración, nuestros alientos mezclándose.
- Louis yo... esto no está bien, ten... -pero me interrumpió-
- Sh pequeña, disfruta. Después tendremos bastante tiempo para hablar
- Pero Louis...yo... yo soy virgen.
- No por mucho tiempo cariño, no por mucho tiempo.
Pude ver como pasaba sus manos hacia el cierre de mi sujetador. Lo desabrocho en un instante, realmente me sorprendí, pero no le di mucha importancia. Sus manos fueron directamente hacia mis pechos, los masajeaba, yo solo intentaba ocultar mis ruidosos gemidos, para que nadie nos escuchara.
- Vamos pequeña, no te muerdas el labio. Te quiero escuchar.
- Ah -gemí- Oh dios Louis.
- ¿Chicos están ahí?
- Oh no mier.da -dijo Louis- corre vístete. Si ya vamos, le estaba dando su regalo -grito Louis-
- Está bien... -podía notar el tono de Liam, no se fiaba mucho- tenemos que irnos.