13. "El mapa del merodeador."

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Harry no parecía muy contento al ver su escoba rota, y entonces Percy Weasley entró en la enfermería.

—Estoy buscando a... —comenzó a decir hasta que vio la escoba, o los restos de ella, de Harry—...eso no se ve nada bien, Harry, tengo en mente de que eso no puede arreglarse.

—Sí, yo también lo tengo en mente, gracias —respondió Harry, casi gruñendo.

—En fin. La profesora McGonagall buscaba a Madison Black —dijo Percy, ignorando el comentario de Harry—. O a Noa Black. No, Maddie... Noa... —pensó—. No lo sé, vayan ambas por si las dudas. Está esperando, a quien sabe cual de ustedes, fuera de la torre de Gryffindor.

Noa lo miró confundida y Maddie se encogió de hombros, arrastrando a su hermana fuera de la enfermería, mientras ésta saludaba a Harry con la mano.

Caminaron por los pasillos hasta finalmente llegar a la torre de Gryffindor, donde esperaba Minerva McGonagall, junto al retrato de la dama gorda.

—Buenas tardes, profesora —dijo Maddie.

—¿Llamaba a alguna de nosotras? —preguntó Noa—. Percy Weasley no supo recordar a cuál de las dos buscaba.

—A Madison —dijo McGonagall amablemente, para la sorpresa de ambas.

—Oh, entonces me voy —replicó Noa con una sonrisa y, al ver a su amiga Luna Hood también junto al retrato, fue hacia ella.

—Hola, Luna —saludó Noa—, ¿esperas a alguien?

—Oh —murmuró Luna, algo sorprendida, habiendo salido de su trance—, hola Noa. Sí, sí espero a alguien.

—¿Se puede saber a quién? —preguntó Noa riendo ante la confusión de su amiga.

—A... a Neville. ¿Lo has visto? —dijo Luna rápidamente.

—Claro, debe estar en la Sala Común —respondió Noa—. ¿Eres amiga de Neville?

—Eh... sí —contestó Luna titubeando—. Siempre me ayuda con Herbología, es bastante bueno, a mí no me va muy bien.

—Tus amigas, Sam y Mickie, me han comentado lo bien que te va —rió Noa, con una mirada pícara—. ¿Qué me ocultas, Luna?

—Sólo dile que venga a hablar conmigo, ¿sí? —alcanzó a decir Luna.

—Tus deseos son órdenes —saludó Noa, riendo, y cruzó el retrato diciendo la contraseña "pastel de sandía".

Maddie se encogió de hombros algo tímida ante la profesora McGonagall.

—¿He hecho algo malo, profesora? —preguntó con la cabeza baja.

—No, claro que no —rió McGonagall—. Al contrario.

—¿Qué sucede, entonces? —preguntó Maddie confundida.

—Pues, resulta que aparentas haber tenido un gran desempeño en Cuidado de Criaturas Mágicas —empezó McGonagall—, y el profesor Rubeus Hagrid parece tener una gran simpatía a ti...

—¿...Y...? —preguntó Maddie emocionada.

—...y dado a que es una materia un poco... —reflexionó McGonagall—... trabajosa, y que Rubeus es nuevo en el ámbito de profesor, el profesor Dumbledore y yo sugerimos que tuviese un asistente, y Rubeus no lo pensó dos veces y suplicó que fueses tú —explicó McGonagall—. Parecía que el profesor Dumbledore sabía que te propondrían a ti. Entonces...

—¡Claro que quiero ser la asistente de Hagrid! —dijo Maddie muy emocionada.

—Del profesor Hagrid —la corrigió McGonagall.

Pequeñas Black y el Prisionero de Azkaban [TERMINADA] [Libro III] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora