Capítulo 06

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Regrese! si, no se hagan se  que me extrañaron :3 pero por fin estoy de vacaciones, libertad al fin, gracias por votar y leer la novela, por comentar también... un millón de gracias por seguir esta aventura de Sakura y Deidara.   

***

Su cuerpo era apretado por ese estúpido animal blanco, el rubio caminaba delante de ella. Sakura estaba consciente de que si usaba la fuerza la serpiente que aprisionaba su cuerpo iba a explotar causándole un grave daño, no podía arriesgarse de esa forma a desperdiciar chakra, buscaba con la mirada algo que la ayudara a liberarse.

— ¡Hey amarillo! —grito la pelirosa logrando llamar la atención del Akatsuki

— ¿Si, rosa? —contesto tratando de ser amable

—Sabes si no te conociera diría que tienes serios problemas con el masoquismo —dijo sonriendo, bien si no la iba a soltar lo menos que podía hacerle era fastidiarle el viaje. Deidara por su parte frunció el ceño completamente disgustado.

— ¿Qué has dicho?

—Que tienes complejo de masoquista —respondió la joven como si nada, la serpiente apretó más, Sakura solamente sonrió. — ¿Oh me equivoco?

—Tu que sabes pelo de chicle —corto el rubio.

—Más que tu estúpido masoquista —Deidara volteo a verla, odiaba la forma en la que ella lo miraba con superioridad, pero a la vez le fascinaba, tal vez si era un poco masoquista por considerarla linda, pero no por ello iba a darle el gusto de ganarle.

—La estúpida eres tú, por dejarte atrapar por mi... —guardo silencio un momento, una sonrisa traviesa se fue dibujando en sus labios. —Ya entiendo, dejaste que te capturara porque me deseas y quieres que te...

—No lo digas —amenazo

—Folle —termino sonriendo

— ¡Ah! Maldito bastardo —grito molesta y sonrojada, como este idiota podía decir semejante estupidez. Corrió en su dirección, alzo un pierna lo más que pudo para después golpearlo en el estómago. Deidara cayó en el manto verde de hojas.

—Eres una... —un minuto después se levantó, la pelirosa no estaba. —Esa maldita

Corrió trato de buscar su chakra pero este no se encontraba, recordó que aún tenía la serpiente, pudo percibir la arcilla, corrió varios metros de donde se encontraban, cada vez estaba más y más cerca, finalmente a lo lejos pudo divisar un mato de cabello rosa que corría. Sonrió, subió a la copa de un árbol bastante frondoso, desde hay vio que Sakura se escondía detrás de un árbol, realizo varios movimientos con sus manos y en menos de dos segundos la serpiente ahora rodeaba el árbol con el cuerpo de la joven pegado a él.

—Eso fue excitante —dijo el rubio caminado hacia ella, Sakura lo fulminaba con la mirada. Solo quedaba un metro de distancia, solo uno. —Buen intento, Sakura-chan

La pelirosa sirio como su piel se erizaba, por alguna razón le gusto la forma en la que dijo su nombre, sintió sus mejillas colorearse, se apegó a un más al tronco del árbol, sabía que si se acercaba más terminaría completamente roja. Deidara camina a pasos lentos, se preguntaba una y otra vez que estaba haciendo, si se suponía que ella era la prisionera, no debía fraternizar con el enemigo, pero maldición no podía detenerse, paro quedando a escasos centímetros de su rostro, pese a la diferencia de altura —que no era mucha — Sakura alzo el rostro, su corazón palpitaban tan violentamente, Deidara contemplaba aquellos ojos verdes tan puros, limpios e inocentes... y ¿el? Como estaba él, manchado, repleto de sangre de diferentes personas, su alma estaba tan oscura y corrompida que no merecía a alguien tan pura como Sakura, cerró los ojos, aspiro todo lo que pudo de aquel aroma tan deliciosos, era como a manzanas con fresas, le pareció raro que su olor no fuera como el de su nombre pero aun así le fascino. Pego su frente con la de la joven, miro sus ojos y sonrió.

— ¿Qué demonios voy hacer contigo? —pregunto en un susurro, Sakura por su parte se negaba a hablar, no podía, estaba mal estar así con un criminal, con alguien cuyo pasado consistía solo en masacres y dolor, suspiro.

—No... lo sé—contesto de la misma forma, la delicada voz de Sakura resonó por toda su mente, por un momento, solo por un miserable momento olvido que era un criminal de clase S, que había matado y destruido aldeas. ¿Cómo ella podía hacerle sentir así?

No lo sabía, quería una respuesta pero no la tenía, lentamente alejo su frente de la pelirosa, por un impuso beso su frente. Sakura abrió los ojos, sintió como todo su cuerpo se tensaba y como su rostro se ponía rojo. Deidara se aclaró la garganta alejándose de manera prudente, volvió a mover sus manos y la serpiente libero el tronco del árbol para solo rodear el delgado cuerpo de la joven.

—Oye amarillo —murmuro, en esos momentos estaba muerta de la vergüenza, no podía ni siquiera mirarlo.

— ¿Si, rosa?

— ¿Qué pasara cuando estemos en Akatsuki? —Deidara se tensó, a ella nada, a él posiblemente lo maten o lo entierren vivo, pero no podía decirle que lo asesinarían.

—Te quedaras hay hasta que decidamos cuando liberarte, serás el medico oficial de Akatsuki. Así que no debes preocuparte. —Sonrió, el rubio continuo su camino y con él Sakura. —Yo lo decía por ti —susurro con la cabeza baja.

El sol brillaba en todo su apogeo, reclamando esa tierra como suya. Las sombras de ambos cada vez se alargaban más, y si, no faltaban los comentarios sarcásticos, las burlas para evitar un silencio. Sakura caminaba con miles de preguntas en su mente, definitivamente estaba llegando a un límite que la dividía entre el pasado y el futuro. 

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