Límites

Capítulo 23

Capítulo 23

Literal colapso.

Ella. Aquella nota apuntaba en todas sus formas que ella aquel miembro de Akatsuki.

¿Cómo podía ser tan ingenua? ¿Cómo pudo siquiera pensar que su pequeña aventura quedaría en el pasado?

Ninguno de los presente dijo algo. Naruto por confusión, Kakashi intentaba decir algo al respecto pero las palabras no salían. Sakura, bueno ella tenía un nudo en la garganta, estaba atónita y asustada.

Pasaron los minutos y el salón continuo en silencio. Dos minutos. Tres minutos. Cinco e incluso siente y el único que trataba de asimilar las cosas era Naruto.

—Sakura-chan —susurro evitando contacto con Kakashi — podrías explicarme por qué guardamos silencio.

La joven, en esos momentos, amo la ingenuidad del rubio. Sonrió, se disculpó y salió de la habitación.

Una vez en la calle sentía que las personas miraban con desprecio su persona. Sabían. Ellos lo sabían. Sus compañeros y amigos lo sabían. Tsunade-sama lo sabía.

Sabía que era un traidora; que había fallado a su Aldea.

¿Sus padres lo sabrán?

Aquella idea ocasiono una reacción completamente desagradable en su interior. Odiaba la idea de tan solo pensarla. Negó evitando más pensamientos como esos. Solo deseaba desaparecer. Olvidar y regresar a lo que un día había sido.

Su refugio se asomó entre las casas de aquellos espectadores que anhelaban enterrarla entre las acusaciones y juicios. Reprimió la idea de gritarles que dejaran de susurrar a su paso. Reprimió tanto y aquello había hecho que tomara las decisiones que había tomado.

—Si tan solo te hubiera dejado en el rio aquella noche.

Abrió la puerta de fierro verde, el aire acostumbrado golpeo su rostro. Olía a humedad sucia y comida podrida. La sala estaba completamente ordenada, tal como su madre la dejó, las ventanas de alguna extraña forma se encontraban abiertas, supuso que había olvidado cerrarlas durante la noche. Despojo sus zapatos, la bolsa de armas e incluso el pequeño listón de su cabello.

— ¿Sabrá el lio que me he metido? —pregunto a su subconsciente el cual ahora le regañaba y restregaba la razón que tenía.

Él te lo dije, no paraba de sonar por su mente una y otra vez, como pieza única en un tocadiscos.

—Y siento que sea de esa forma.

Giro su cabeza asustada ante las formidables palabras que una figura delega pronuncio detrás de ella.

—Nos volvemos a ver Sakura.

***

— ¿Si pudieras pedir volver a ver a una de las dos como hombre libre, a quien elegirías?

Deidara sonrió vagamente, siempre le gustaron aquellas preguntas; donde podía dar su opinión justificando la respuesta y meditando sobre las posibilidades.

Sasori miro al joven rubio de ojos increíblemente azules y lanzo el libro que tenía entre sus manos dando como blanco la cabeza de su interlocutor.

— ¡¿Por qué fue eso?!

—Es increíble que lo pienses — Sasori nunca alzaba la voz o se dirigía tan exasperado a hacia sus compañeros —, ella está sola, peleando contra corriente y tú tienes el descaro de pensar entre hacer lo correcto y hacer lo que mejor te convenga.