Límites

Capítulo 16

~Narra Sakura

Pese al increíble dolor de cabeza y piernas logre ponerse de ponerse, alce mi cabeza encontrándome con uno de los espectáculos más simples y hermosos, aquella matices tan cálidas y reconfortarles; rojo y amarillo, mezclarse entre sí consiguiendo algo tan bello, tras una ligera brisa desvié mi mirada al otro extremo de lugar donde minutos atrás yo descasaba, sonreí inconscientemente al verlo, ¿porque? Ni yo misma lo sabía, pero de alguna forma estar así, con un cielo tan hermoso bajo nuestras cabezas, me hacía extrañamente feliz. Su espalda cubierta por la capa negra de Akatsuki y su cabello rubio se removía ligeramente con el viento a su paso, logre ver que parte de la capa había sido rasgada, toque mi brazo que estaba vendado con un pedazo de tela negra.

— ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —pregunte, me sobresalte al escuchar mi voz, era ronca y un tanto profunda.

—Cinco horas —No me volteo a verme, simplemente no lo hizo, tal vez seguía alterado por lo que había pasado, trate de convérseme a mí misma que solo había sido eso, y que no había problema alguno, pero no podía, solo no podía. —Vende tu brazo con un trozo de mi capa, y la herida, creo que no será un problema para ti.

—Supongo que ahora estamos a mano —dije sonriendo, desate la tela negra que cubría mi piel herida, mis manos me temblaban, cosa que nunca me había pasado al sanar, caí en cuanta que debía ser porque apenas había despertado después de estar inconsciente cinco horas y que mi sentidos no estaban del todo cuerdos, inspeccione el daño y saque el informe, estaba mal. —No es tan grave como creí, tenías razón, no será un problema para mí.

— ¿Segura?

—Claro, esto no es nada. —mentí, era verdad que no eran tan grave, pero tampoco algo que debía tomar a la ligera; había perdido mucha sangre y parte de mi piel había sido rasgada con demasiada fuerza, y sin mencionar la profundidad. —Eh visto cosas peores, una vez Naruto...

— ¡No mientas! —grito levantándose de su lugar. —No mientas —susurro

— ¿Qué sucede?

—La herida es más grave de lo que parece ¿no es así? —Tense la mandíbula, trage en seco y cerré los ojos. Así que era eso. Deidara volteo a otro lado y suspiro, escuche como su voz pasaba a un tono más bajo. —Esto es mi culpa.

— ¿Qué? No, no—dije sonriendo y tanto de no sonar adolorida —solo que tardare más del tiempo estimado debido a que apenas desperté, pero está bien.

— No, no está bien —cerro los ojos, tras un suspiro volvió a mirarme —Nada está bien, y por mi culpa ahora estás herida, debí cuidarte y no dejarte todo el trabajo sola, se supone que eres mi responsabilidad —Deidara dio la vuelta con el ceño fruncido, baje mi cabeza asimilando lo que había dicho... Una responsabilidad, repitió mi voz interna, dolió escuchar eso, porque si yo era su responsabilidad no dejaría de ser lo que una vez fui: una molestia, porque, después de todo, las responsabilidades son molestas. Otra vez estoy dependiendo de alguien.

Furiosa con él y conmigo misma, sin saber exactamente porque, tome uno de mis zapatos y se lo lance.

— ¡¿Por qué fue eso?! —grito sobándose la espalda.

— ¿Una responsabilidad, entonces?

—Eres el médico de Akatsuki, no podemos darnos el lujo de perderte. —Quise gritarle que tuviera un poco más de compasión. Dolía, no por lo que dijo, si no por como lo dijo, como si yo no le importara.

No sabía cuánto dolía hasta que él me llamo responsabilidad, entonces me di cuenta que él me gustaba, y de cómo me hubiese gustado escuchar la frese "Por qué me preocupas y no quiero que perderte"

— ¿Soy molesta? —pregunte sin mirarlo, mi voz sonó nerviosa y mi mano me temblaba solo por esperar su respuesta.

Pero él no respondió.

Ya veo.

Di la vuelta con una sonrisa, él había trazado un límite entre nosotros, una línea que nos separaba uno del otro.

—No importa, de igual forma se cuidarme sola —mis palabras quedaron suspendidas en el aire, sin pasar esa línea.

Trate de concentrarme en mi brazo y dejar de darle vueltas al asunto, pero no podía, es increíble el daño que solo un par de palabras pueden causar. Nege poniendo mi atención total a la herida, aún estaba débil pero el chakra que reservaba seguía intacto, un poco aliviada comencé a curarse.

Y las horas pasaron, él no me miraba y solo me dedicaba a pensar.

—Llegaremos en una hora —informo Deidara sin mirarme, por raro que suene, su voz al ser recibida por mí se escuchó como si fuera la primera vez, mi pulso se ajito y mis mejillas se tiñeron.

Es ese el control que tiene sobre mí.

La hora paso y tal como Deidara había dicho, sin contratiempos nos encontrábamos frente a nuestro líder quien alago él trabajo hecho e informo que no habría más misiones hasta que Hidan y Kakuso regresaran.

Tómanos caminos diferentes, yo decidí regresar a mi habitación, y esta vez sin perderme. La cama me recibió, tan cómoda y cálida. Una responsabilidad, una molestia, una promesa.

—Porque soy tan inútil —pregunte mirando el techo gris. —Siempre dependiendo de alguien, siempre llorando.

Mi estómago gruño, recordé que no había comido desde que me había ido, suspire irritada por tener que regresar. El pasillo oscuro y frio me erizo la piel, detuve mi andar divisando a Sasori entrar a la sala, era extraño.

Mientras más me acercaba, reconocí en seguida la voz del pelirrojo, había otra que sonaba nerviosa. Entre viendo a los dos sentados en distintos sofás, apenada di la vuelta dispuesta a regresar.

— ¿Que tan grave fue? —pregunto Sasori logrando captar mi atención, detuve mi paso y me recargue en la pared, sabía que estaba mal espiar, pero quiera saber de lo que hablaban.

—Lo suficiente para dejar una marca —Tense la mandíbula al mismo tiempo que mis dedos acariciaron la herida tras el vendaje, tal vez estén hablando de alguien más, pero ahora solo la pregunta que mi mente creaba era ¿Porque? ¿Por qué hacía eso? Primero se preocupaba por mí, después me besaba, me había convenció de unirme a una organización criminal, me salvo la vida, y ahora... decía que era su responsabilidad como miembro de Akatsuki... ¿Por qué? ¿Por qué estoy tan enfadada?

—Está claro que dejara una cicatriz —dijo molesto—Dijiste que la cuidarías, paso lo mismo con Erika...

— ¡¿Maldición quieres dejar de mencionar a Erika?! —tense mi cuerpo, Erika ¿Quién es Erika? Baje mi cabeza, estaba cansada, tenía sueño y lo que menos quería en ese momento era descubrir un secreto.—Yo sé que fue mi culpa, no es necesario que me lo recuerdes a cada momento, crees que fue fácil superar su muerte.

—Sabes, no te entiendo —Pude escuchar como Sasori se levantó y continuar su camino. —Pero al menos cuéntale quien es, y así no tenga que seguir ocultándose. —cerré los ojos, mientras maldecía al Sasori por ser tan observador, cruce la misma puerta y alce mi rostro mirándolo a él, solo a él.

—Sakura —susurro.