Capítulo 11

1K 105 16
                                        

Ambos caminaban en silencio, Deidara parecía cansado al contrario de Sakura quien tenía tan energías, había conocido tanta gente en el trascurso del viaje, visto nuevos paisajes y recolectadas plantas medicinales raras y muy peculiares.

—Llegaremos en un par de horas —anuncio el rubio tras un gran bostezo.

— ¿Quieres descansar antes? —Sakura estaba consciente del esfuerzo que había hecho, su nivel de chakra estaba escaseando y si de no ser por ella tal vez no hubiera sobrevivido y muerto en el camino.

—No hace falta.

—Tan terco como de costumbre. —respondió esta, ignoro la respuesta anterior, soltó su porta armas y se dejó caer, quedando así en las sombras de un gran árbol. —Necesitas descansar.

—Tan mandona como de costumbre —contesto haciendo que a Sakura se le notara un pequeña venita en la frente.

Deidara obedeció lo dicho por ella, se recostó poniendo su cabeza sobre las piernas de Sakura.

— ¡¿Qué demonios?!

—Guarda silencio. —dijo con los ojos cerrados y disfrutando del aroma. —Estoy tratando de dormir.

—Sí, entiendo eso. —Deidara sonrió maliciosamente. — pero ¿Por qué me usas de almohada?

—Porque es muy cómodo. —dijo sin rodeos, la pelirosa de una forma ya se había a acostumbrado a las respuestas directas y un tanto sarcásticas de este, le gustaba, le hacía sentirse cómoda. Y extrañamente tranquila. —Además, me gusta su aroma.

El rostro fue tornándose de un rojo intenso y caliente.

— ¡Sakura resiste! —grito Deidara socarrando a una pelirosa desmayada.

***

—Recuerda el plan ¿de acuerdo?

— ¿Me crees idiota?

—Solo hazlo. —Coloco tres hilos de chakra alrededor del cuerpo de la joven, sin apretar demasiado, la joven oculto más de la mitad de su actual chakra, dejándolo casi agotado. —Aquí esta —dijo entregando tres hojas de un matiz extravagante y muy llamativo. — ¿Funcionaran?

—Eso espero. —suspiro. —El efecto dura de cuatro cinco horas, cuando despierte estaré mareada y un poco débil, así que tienes que darme esta —Levanto el brazo derecho mostrando una flor morada con más de siete pétalos. —Con una sola bastara. Te lo encargo.

— ¿Lista?

—Si. —contesto. —Deidara, confió en ti ¿de acuerdo? —jamás había escuchado esas palabras, siempre quiso saber cómo era que una persona le confiara alto tan importante, sonrió, frente a sus ojos vio como Sakura caía inconsciente.

—Gracias rosa, gracias por confiar en mí. — La deposito debajo del mismo árbol, guardo las plantas en un bolso que habían comprado días atrás. Una vez listo, tomo a Sakura en brazos sin antes depositar un beso en su frente y continuar su camino.

Cuatro horas después con el corazón latiéndole violentamente se acercaba a su actual guarida, se adentró a un bosque bastante frondoso con la pelirosa, ahora en su hombro. De reojo pudo ver a Zetsu escondido entre un árbol, y como este lentamente desaparecía.

Espero paciente en lo que suponía era la entrada, tras cinco minutos más las piedras gigantes se abrieron por la mitad revelando así a Kizame acompañado de Hidan.

—Tardaste demasiado —comento Kizame dejándolo pasar pero sin despegar la vista del mato rosa que llevaba con él. — ¿Y ella?

—Dile al líder que haga una junta. —ignorando la pregunta anterior continuo cambiando. Y así lo hizo, Kizame partió por el mismo pasillo del cual había venido

— ¿Acaso es tu nueva conquista? —pregunto Hidan detrás del rubio. —Eres un maldito, acaso no habían una para mí.

— ¡Claro que había! —respondió. —Pero me dio pereza traerla, en especial si es para ti.

—Maldito bastardo —gruño dejándolo a solas. Deidara miro el cuerpo de Sakura, no podía hacerle eso, no a ella. Suspirando, la volvió a cargarla como horas atrás la tenía. Comenzó a caminar por el pasillo que daba a la sala principal donde todos estarían reunidos. Sus pasos hacían eco, miro a su alrededor, con los nerviosos se adentró más, a lo lejos la luz de la sala causo una reacción más nerviosa departe del rubio.

—Bien Sakura. —murmuro. —Bienvenida a Akatsuki 

LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora