Límites

Capítulo 10

Dos ninjas con el rostro lleno de preocupación y desesperación saltaba de rama en rama, habían pasado días buscando rastro de su compañera pero esta no daba ninguna pista, era como si hubiera desaparecido. Sin embargo lo que más les preocupaba era que su prisionero también había escapado, lo que obviamente significaba que él estaba con ella. Naruto se culpó como era de esperarse, diciendo que hubiera dejado descansar a Sakura para que nada le pasara, Kakashi por su parte pensaba de igual forma que Naruto, aunque había algo no entendía ¿Para qué Akatsuki quería a Sakura?

¿Amenazar a Konoha? ¿Realizar un intercambio, entre ella y Naruto?

Su mente era un mar de preguntas sin ninguna respuesta, un misterio que debía informar a la Hokage; y sabía que para ella la noticia no sería fácil de tomar, puesto que estuvo Sakura entrenándola y viendo el cambio que tuvo.

Mentiría si dijera que no tenía miedo, pero ese era su deber, y tenía que cumplirlo. Una vez llegando a la Aldea se dirigieron a la torre con el corazón latiendo de forma violenta. Cada paso era uno lento y nervioso, varias miradas de curiosidad por parte de las personas se hacían notar, puesto solo eran dos cuando el equipo pertenecía a tres integrantes.

Kakashi toco tres veces la puerta, la voz de la Hokage recitando un "adelante" haciendo caso a la orden se adentraron. Tsunade los recibió con una sonrisa que pronto se fue trasformando en una mueca seria. El equipo se mantenía callado, cosa que ya estaba irritando a la rubia. Decidió preguntar por la misión, ninguno contesto, volvió a preguntar alzando la voz, Naruto tembló pero aun así no respondió.

—Ella fue secuestrada por un miembro de Akatsuki — Tsunade calló al instante, Shizune abrió los ojos de sorpresa, miro de reojo a la Hokage quien ahora mantenía la cabeza baja. Esperaron unos minutos porque sabían lo mucho que le costaba asimilar la situación, lentamente golpeo su escritorio haciendo que este se partiera a la mitad.

— ¡Tsunade-sama! —grito la pelinegra con el cerdito en manos

— ¿La buscaron? —pregunto ignorando la desesperación de Shizune. — ¡¿La buscaron?!

—Si. —contesto Kakashi después de un largo tiempo en silencio. —pero no encontramos rastro de ella, intentamos rastrear su chakra pero este desapareció, preguntamos en los pueblos cercanos, nadie la vio. —Finalizo.

—Usaste a los perros para olfatear su rastro.

—Sí, no encontraron nada, ni de ella ni del Akatsuki.

— ¡Shizune! — La nombrada se sobresaltó, se posó a su lado esperando la orden que ella dictara. Una vez dicha les ordeno que descansaran, Naruto como siempre se opuso diciendo que no podían esperar más tiempo, sin embargo termino siendo convencido por ambos recordando que tenía que descansar y que pronto partirían a la búsqueda.

Así lo hizo, prometiendo que la traería de vuelta, y que esta vez no fallaría.

***

— ¿Deidara? —hablo la pelirosa mirando su rostro. — ¿Cómo son en Akatsuki?

— ¿A qué te refieres?

—Ya sabes ¿se llevan bien?

—Es difícil de contestar esa pregunta. —Respondió sabiendo que él en un tiempo tuvo la misma duda, sin embargo el tiempo le demostró que lo mucho que se había equivocado con respecto a sus expectativas, puesto a que todos tenían un carácter diferente con diferentes personas, pero dentro de la organización se podría decir que se tenían respeto y mantenían una relación formal.

—Comprendo. —Un silencio callo sobre ellos, no el típico silencio incomodo, al contrario, era uno sereno y relajado. Hasta se podría decir que les gustaba, solo ellos cambiando, con un hermoso atardecer por delante de ellos, marcando su sombra, creando un nuevo camino para ambos, creando su propio destino. Y tal vez rompiendo las reglas que un día ellos fijaron.

La noche llego, tras una larga disputa sobre quien debía hacer guardia pues ya habían caminado por un largo tiempo, Deidara quedo de 10 p.m. a 3 de la mañana y Sakura continuando hasta las 6 a.m. Sin decir más la pelirosa se quedó dormida a una distancia prudente del fuego, mientras el rubio solo esperaba paciente a que esto pasara, para ser sinceros le gustaba verla dormir, sentía una paz de lo más increíble. Repaso el contorno de su rostro, imaginando miles de gestos en él. Batallo por alejar los malos pensamientos de su mente pero estos de todas formas lo invadieron.

Contemplo por horas, preguntándose el cómo reaccionarían todos cuando la vieran, esperaba que no fuera nada malo. Un grito se resonó haciendo eco por todo el bosque causando que varias aves despertaras causando un gran alboroto, después de eso varios más se acercaban, escucho un gran ladrido pese a la distancia. Nervioso apago el fuego, guardo sus pertenencias y la volteo a ver, susurrando con delicadeza que despertara.

Apenas pudo ser capaz de tomarla cuando sintió un kunai pasar a su lado derecho causando un pequeño corte, a toda velocidad tomo a una soñolienta Sakura para depositarla en sus brazos y comenzar a saltar. Pudo escuchar el grito de Naruto a lo lejos apurando a sus compañeros. Volvió a susurrarle pidiendo que despertara. Sakura abrió los ojos asustada, se dio cuenta de que era cargada, volteo a ver a la persona encontrándose con el rostro serio del rubio.

— ¿Qué pasa? —pregunto al mismo tiempo como él tensaba su mandíbula.

—Sakura, entiendo si aún quieres volver, pero te dejare en claro... —La miro a los ojos, para después besar su frente. —que no lo permitiré.

— ¿Aun no entiendo a qué te refieres?

—Son ellos, te están buscando. —soltó sin siquiera mostrar señales de querer parar. Continúo con más fuerza dejando bastante atrás los gritos, y ladridos. Sakura guardo silencio por un momento.

—Comprendo. —Hizo que él se detuviera y bajara, por un momento el rubio creyó que ella lo abandonaría y regresaría, pero fue grande su sorpresa al ver sus manos frente a él mientras le sonreía. —Entonces supongo que ahora soy una fugitiva.

—Supongo que sí. —respondió correspondiendo a su mano, tras un fuerte apretón continuaron saltando.