Capítulo 12

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Lo cual fue confirmado cuando finalmente tropezamos de

nuevo con la Corte Real.

No era la única en problemas, por supuesto. Lissa

fue convocada por la reina para castigarla, aunque sabía que no

sufriría ningún castigo real.

No como Eddie y yo. Puede que estemos fuera de la escuela,

pero estábamos técnicamente bajo la jurisdicción de los guardianes

oficiales, lo que significaba que afrontábamos tantos problemas

como cualquier empleado desobediente. Sólo Adrian escapó sin

ninguna consecuencia. Era libre de hacer lo que quisiera.

Y, realmente, mi castigo no fue tan malo como podría haberlo

sido. Honestamente, ¿qué tengo que perder en este momento? Mis

posibilidades para proteger a Lissa ya habían sido muy pocas, y

nadie me había querido como guardián excepto Tasha. Un loco fin

de semana en Las Vegas, que era nuestra historia de portada, fue

apenas suficiente para disuadirla de aceptarme. Era suficiente, sin

embargo, para lograr que algunas de las posibilidades de Eddie

retiraran sus peticiones para que él fuera su guardián. Aunque aún

había suficientes que lo querían, de modo de que no estaba en

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peligro de perder una buena posición, pero yo me sentía

terriblemente culpable. Él no dijo ni una sola palabra a nadie sobre

lo que habíamos hecho, pero cada vez que me miraba, podía ver la

condena en sus ojos.

Y lo vi mucho en el siguiente par de días. Resultó que los

guardianes tenían un sistema para tratar con aquellos que eran

desobedientes.

—Lo que hicisteis fue tan irresponsable que podríais muy bien

estar de vuelta en la escuela. Demonios, en la escuela primaria,

incluso.

Estábamos en una de las oficinas del cuartel general de los

guardianes, siendo gritados por Hans Croft, el tipo a cargo de todos

los guardianes de la Corte y alguien que era instrumental en la

asignación de guardianes. Era un dhampir de unos cincuenta años,

con un tupido bigote gris y blanco. También era un imbécil. El olor

del humo del cigarro siempre lo rodeaba. Eddie y yo estábamos

sentados humildemente ante él, mientras se paseaba con sus manos

detrás de su espalda.

—Podríais haber conseguido matar a la última Dragomir, por

no mencionar al chico Ivashkov. ¿Cómo creéis que la reina hubiera

reaccionado a la muerte de su sobrino-nieto? ¡Y hablando sobre la

oportunidad del momento! Te vas de fiesta mientras que el tipo que

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