Capítulo 26

1.5K 57 1
                                    

Tal vez alguien tenía un negro sentido del humor, porque

terminé en la celda ahora desocupada por Dimitri.

Había llegado en silencio después de que el

guardián estableció los cargos ante mí. De hecho, había entrado en

estado de coma porque había demasiado de lo que había dicho que

era imposible de procesar. Ni siquiera podía realmente entender la

parte que me involucraba. No podía sentir indignación por mí o por

la acusación, porque me quedé atrapada en la parte de que Tatiana

estaba muerta.

No sólo muerta. Fue Asesinada.

¿Asesinada?

¿Cómo había sucedido? ¿Cómo había pasado aquí? Esta Corte

era uno de los lugares más seguros del mundo, y Tatiana en

particular siempre estaba vigilada, por el mismo grupo que había

caído sobre Dimitri y yo con rapidez. A menos que ella dejara la

Corte —y estaba bastante segura de que ella no lo hizo—, ningún

Strigoi podría haberla matado. Con las constantes amenazas que

enfrentamos, el asesinato entre los dhampirs y Morois era casi

T

497

inaudito. Claro, sucedió. Era inevitable en cualquier sociedad, pero la

manera en que la nuestra era cazada, rara vez tenía tiempo para

volverse el uno contra el otro (gritar en las reuniones del Consejo

quedaba a un lado). Eso era parte de por qué Victor había sido

condenado. Sus crímenes fueron las cosas más malas que se podrían

haber hecho.

Hasta ahora.

Una vez que llegué más allá de la idea imposible de que Tatiana

estaba muerta, era capaz de hacer la verdadera pregunta: ¿Por qué

yo? ¿Por qué se me acusa? No era abogada, pero estaba bastante

segura de que llamar a alguien ‚puta mojigata‛ no es evidencia en

un juicio.

Traté de obtener más detalles del guardia de la puerta de mi

celda, pero se mantuvo con cara dura y silenciosa. Después de dejar

mi voz ronca de tanto gritar, me dejé caer sobre la cama y fui a la

mente de Lissa, donde estaba segura de que conseguiría obtener

más información.

Lissa estaba frenética, tratando de obtener respuestas de

cualquier persona que podía. Christian seguía con ella, y ellos

estaban en el interior del hall de entrada de uno de los edificios

administrativos, el cual estaba llenó de una intensa actividad.

Dhampirs y Moroi corrían por igual en todas partes, algunos

asustados de esta nueva inestabilidad de gobierno y otros con la

Spirit BoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora