Capítulo 28

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DEJÉ DE RESPIRAR. CADA UNO DE NOSOTROS tenía sus propias

mantas, pero hasta en medio del verano, la temperatura había descendido

durante la noche. Dimitri, en su sueño, había dado una vuelta y rodado

contra mí, combinando nuestras mantas en un solo montón y descansando su

cabeza en mi pecho. Su cuerpo estaba contra el mío, caliente y familiar, y él hasta

se acurrucó un poco más cerca.

Él estaba más agotado de lo que yo pensaba si estaba haciendo esto mientras

dormía. Después de todo, éste era el tipo que dormía con un ojo abierto. Pero su

guardia estaba baja ahora, su cuerpo inconscientemente buscaba... ¿qué? ¿Simple

calor? ¿A mí? Demonios. ¿Por qué tenía que verle hecho a Sonya mi pregunta? ¿Por

qué no podía seguir con mi papel fácil como la novia de Adrian y amiga de

Dimitri? Porque honestamente, yo no estaba haciendo un buen trabajo en ninguno

de los dos roles ahora mismo.

Tentativamente, tímidamente, cambié mi posición ligeramente de modo que así

pudiera poner un brazo alrededor de Dimitri y atraerle más cerca. Sabía que era un

riesgo, uno que podría despertarle y romper este hechizo.

Pero eso no paso. Si era posible, pareciera que él se hubiera relajado incluso más.

Sintiéndolo así... sosteniéndolo... se revolvía un enjambre de emociones en mí

interior. El dolor que había sentido desde su pérdida quemaba dentro de mí. Al

mismo tiempo, parecía que el sostenerlo de ésta forma también llenaba aquel dolor,

como si una pieza de mí que había estado fallando estuviera siendo restaurada

ahora. No sabía que pieza era la que fallaba. Había bloqueado todo eso hasta que

las palabras de Sonya habían sacudido mi frágil nueva aceptación de la vida.

No sé cuánto tiempo me quede así con Dimitri. Lo suficiente como para ver volver

aparecer al sol a través de la tienda de campaña transparente. Era toda la luz que

mis ojos necesitaban para ver a Dimitri ahora, ver las líneas sutilmente esculpidas

de su cara y la suavidad de su pelo mientras caía sobre mí. Quería tanto tocar su

pelo, para ver si se sentía igual que antes. Lo cual era un pensamiento tonto, por

supuesto que sí. Su pelo no había cambiado. Sin embargo… el impulso estaba allí,

y finalmente me rendí, dirigiendo mis dedos suavemente sobre algunos mechones

D

Vampire Academy Richelle Mead

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sueltos. Eran lisos y sedosos, y el toque más débil envío un estremecimiento a

través de mí.

Eso también lo despertó a él.

Sus ojos se abrieron al instante, alertas. Esperé que él brincara lejos de mí, pero en

cambio, él sólo midió la situación—y no se movió. Dejé mi mano en el lugar en

que estaba al lado de su cara, todavía acariciando su pelo. Nuestras miradas fijas se

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