Capítulo 17.

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Narra Sofía. 🔹

Daniela decidió ir a visitar a su madre, así que estoy sola en el departamento, a las 11:34 PM. Tengo la sonrisa más grande que jamás en mi vida. El revoltijo en mi estomago se siente más que bien.

Me giro un poco hasta quedar mirando al techo, ni siquiera había notado las grietas que se han formado en este. La noche se apaciguó, a pesar de algunos adolescentes ebrios.

- ¿Cómo puede ser que ese chico me vuelva tan loca, en tan poco? - Digo para mí misma.

Ahogo una risa y cubro mi cara con una almohada, seguro ahora estoy más roja que un bendito tomate.

(.::)

- Levántate, Ya. - Dice Leo.

- ¿Cómo rayos entraste? - Pregunto adormilada.

- Te lo he dicho siempre, como tú mejor amigo, gozo de ciertos beneficios, como entrar por tu ventana. - Habla altanero.

- Si, si. Ahora sal de mi habitación, si no tomo una ducha ahora, se me hará tarde.

Leo sale a regañadientes y apresuro mi paso a la ducha. Cuando menos pienso, lo único que falta es buscar un atuendo sencillo; Jeans, una sudadera rosada & mis viejas converse.

Asomo mi cabeza por el hueco entre la puerta, y diviso a Leo viendo un programa de televisión, está tan emocionado,y& sus ojos brillan tanto, se parece un niño pequeño en Navidad. Me acerco un poco más, y me echo a reír al ver lo que Leo está viendo.

- ¿My Little Ponny, Leo? - Digo entre risas.

- Cállate, no tuve una infancia, déjame ser. - Bufa cruzando sus brazos sobre su pecho.

- Levántate y vayámonos, se nos hará tarde.

El asiente con el ceño fruncido y ambos salimos del departamento con nuestras mochilas en mano. Hacemos chistes estúpidos, y justo cuando creo que nos iremos, Leo se queda quieto.

- ¿Qué? - Cuestiono.

- Romeo está por allá. - Señala el auto negro y blindado.

- Es Mario... - Digo esbozando una sonrisa.

- Romeo, Mario, es casi igual. Sube a ese auto, y más tarde me cuentas cómo te fue, pequeña.

Deposita un beso de mi frente y se larga a correr. Lo miro irse, hasta que se pierde entre los autos y personas, así que me giro sobre mis talones y camino hasta quedar frente la puerta del copiloto del auto de Mario.

- Necesito que te muevas si quieres que abra tu puerta. - Dice con una sonrisa.

- Puedo hacerlo sola, muchas gracias. - Digo y subo.

Mario acelera y se encamina a mi colegio, suelta conversaciones que no soy copas de escuchar, porque estoy más atenta en los golpes que tiene su rostro, gracias a Santiago.

(...)

- Tarde otras vez, señorita Ruíz. - Habla el profesor.

- Lo siento, yo tengo una vida, y por ende cosas que hacer. No soy una anciana aburrida, como usted. - Okay, estás a a defensiva Sofí.

- Ya se extrañaba el comportamiento rebelde en mi clase, señorita. - Ironiza el viejito.

Ruedo los ojos al cielo y me siento sobre la butaca. No he visto a Daniela por ningún lado, eso me preocupa, bueno no, tal vez solo este ligando por ahí. Miro por la ventana y me pierdo en pensamientos estúpidos, como siempre, en realidad.

Concéntrate, Sofía. Vas a reprobar trigonometría. Bueno, Nah, sigue haciendo como si nada pasara.



Holaaaa, hoy haré maratón. No solo lean, voten & comenten, que me hacen muy feliz. 💜

Danger. ‹‹ Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora