Capítulo 28.

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Narra Sofía. 🔹

Leo y Daniela se fueron a comprar pizza y un par de comida chatarra más, así que me he quedado sola en el departamento con Emiliano. He estado callada todo el día, las palabras de Daniel y Katina siguen atormentándome. Tiene tanta razón, ambos.

He estado conociendo a Emiliano en las últimas semanas, es un buen chico. Me la he pasado callada todo el día, no tengo ganas de nada, salí de mi habitación solo porque Leo llego a interrumpirme. Él y Daniela no saben nada de la advertencia de Daniel.

- Venga Sofí, ¿qué te pasa? - Pregunta Emiliano.

- Nada Emi, no quiero atormentar al novio de mi mejor amiga con mis problemas amorosos. - Digo desganado.

- Ah, es por un chico. - Dice pícaro.

- Por su hermano. - El alza una ceja. - No, no es lo que tú crees. Bueno, su nombre es Mario, y...su hermano me detesta.

- ¿Y desde cuándo te interesa lo que piense un idiota sobre ti?, ¿dónde está la Sofía desinteresada y rebelde que conocí cuando llegué aquí?

- Se extravió en el momento que se enamoro de Mario, ahora no queda nada de ella. - El ríe. - No te rías, tonto. Ayúdame, ¿qué debo hacer?

- Vivir... - Lo miro confundida. - Bien, eso sonó extraño, pero es así. Debes dejar de preocuparte por lo que su hermano dice de ti. Durante meses, traté que el hermano de Daniela me aceptara, y mírame. Estoy saliendo con la chica más linda que vi jamás en mi vida.

- ¿Y cómo se supone que ignore lo que es piensa de mí?, estoy realmente enamorada de Mario, y no preguntes cómo pasó, porque ni yo lo sé. Quiero que su familia me acepte, quiero hacerle bien, no destruirlo como hasta ahora lo he hecho. - Él se queda callado, para luego golpear mi cabeza. - ¡Ouch!

- Lo amas a él, no a su familia, es más, a la mierda su familia. Los que importan son ustedes no ellos.

Río sin poder detenerme y Emiliano hace lo mismo, jamás pensé que aparte de agradable fuera consejero, y de los buenos. Es como si hablara con Daniela, ahora entiendo porque diablos se gustan.

La puerta del departamento se abre dejando visible los largiruchos cuerpos de mis mejores amigos. Ambos nos miran raro y entran a casa.

- ¿Qué hacen ustedes dos? - Dice Daniela.

- Filosofando. - Decimos al unísono.

- Hey, ¿ahora también robaras a mi otra mejor amiga?, yo soy quien debe filosofar con ella, castaño de pocas luces. - Dice Leo.

- Mira, ruloso, nadie te está quitando a tu mejor amiga. Cállate & come. - Me burlo.

- Donde termine solo, te meto Emiliano. - Advierte Leo otra vez.

Todo reímos y comenzamos a comer, la pizza está deliciosa, definitivamente es lo que necesitaba para sentirme mejor y no tan miserable.

(...)

Emiliano, Leo y Daniela decidieron ir a una fiesta que haría el amigo de Leo, pero, sigo mal, así que decidí quedarme en casa, con mucha comida chatarra sobrante.

Me tumbo en mi cama y suelto un largo suspiro. Quiero dormir, y olvidarme de todo lo ocurrido en el maldito día. Estúpido Daniel.

El timbre suena, salgo corriendo de mi habitación, y al abrirla una sonrisa se dibuja en mis labios.

Mario.

Danger. ‹‹ Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora