Narra Mario. 🔹
Sofía está más que nerviosa ante mi cercanía, río internamente, sólo porque no es el momento de carcajearse frente a esta situación.
Miro fulminante a mis hermanos, Jan entra corriendo con mis padres por delante, y el que tarda más es Daniel, pero termina yéndose también. El chico estúpido y la chica que estaba con él se han ido. Solo quedamos Sofía y yo a mitad de la calle.
- Todo esto es mi culpa. - Dice ella.
- No es verdad, mírate. Ese salvaje te ha lastimado. - Poso una de mis manos sobre su mejilla.
- Me he acostumbrado. - Dice cabizbaja. - Traje una sorpresa para ti...
- ¿Para mí? - Sonrío.
- Ten. - Me entrega un cartel que tiene una foto de nosotros.
Gracias cámaras de seguridad.
Su mirada esta gacha, mueve sus pies con cierto nerviosismo. Una sonora sonrisa se escapa de mis labios y remuevo el mechón de cabello que cubre su rojizo rostro.
- Es hermoso. - Confieso en un murmuro.
- Solo vine a traerte problemas, mira cómo te han dejado. - Dice rozando mis heridas con sus dedos.
- No duele, o bueno, no tanto como creí que dolería. Tranquila. - Atrapo su mano con la mía.
La miro un par de segundo y sonrío, ella baja al cabeza de nuevo, pero yo me encargo de levantar su cabeza con mis manos, colocandola bajo su barbilla. Sus ojos lucen más pálidos, su cuerpo se ve aún más indefenso que de costumbre.
Ella sonríe tímida y toma mi cuello para pegarme a su cuerpo en un abrazo. No tardo en responder, mis manos envuelven su cintura y por un momento olvido de dónde estoy.
- Gracias. - Murmuro. - Has hecho mi noche, niña. - Ella ríe levemente.
- Un loco maniático te golpeó. - Dice ella.
- Y una chica adorable me dio una sorpresa genial.
- Tengo que irme, por allá están Leo y Daniela, es tarde, debes dormir.
- Gracias, otra vez. - La miro enternecido.
- Adiós. - Dice plantando un beso en mi mejilla.
Miro de reojo a sus amigos, quienes nos miran con picardía. Entro a casa, imaginando que mis padres harán el escándalo de su vida, pero no lo hacen. Subo las escaleras con cautela y entro a mi habitación cerrando la puerta tras de mi.
- ¿Qué fue lo que pasó allá afuera? - Dice Daniela a mis espaldas.
- Nada que te interese. - Contesto frío.
- Claro que me interesa, porque es una prueba más de que esa niña solo sabe causar problemas.
- Deja de molestar, tengo sueño, me duele el rostro y quiero dormir.
Él se levanta y sale de mi habitación dando un fuerte portazo que resuena por todo el lugar. Me acuesto boca abajo y suspiro dejando escapar una sonrisa sincera. Miro el sencillo regalo de Sofía y un raro revoloteo comienza a hacer presencia en mi estomago.
- ¿Cómo puede ser que en tan pocas semanas, esa chica me traiga tan loco? - Digo para mi mismo.
Comienzo a reír en voz baja, de emoción, supongo. Es una experiencia nueva en verdad. Me estoy volviendo loco, enamorarme de ella tan rápido, es irracional, poco común, extraño...es un maldito peligro, pero no interesa, nada interesa.
Si a todo, si con ella. Si, dios, si.
Voten & comenten. ¿Quieren un maratón? 😏
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Danger. ‹‹ Mario Bautista.
Hayran Kurgu» A la mierda con alejarte, sabes bien que te estás muriendo por besarlo. «