Capítulo 27.

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Narra Mario. 🔹

El día esta un diluvio, no he salido de mi habitación por nada del mundo, mis padres se tomaron muy en serio lo de el castigo. Ahora me siento mal.

La puerta se abre dejando visible el semblante ahora, preocupado de mi mejor amigo, y la misma cara de idiota que suele llevar Juanpa siempre.

- Hay problemas. - Anuncia Juanpa.

- Cállate, vas a preocuparlo. - Lo regaña Mau.

- ¿Problemas? - Cuestiono confundido.

- Es Daniel, Mario. - Dice Juanpa, por primera vez, serio.

- ¿Qué con el?

- Esta mañana, pasaba por insurgentes, a unas cuadras lejos de la universidad donde Sofía estudia. Daniel deambulaba por ahí, pero no tome mucha importancia, hasta que 10 minutos después, topé con ella, y... - Se detuvo.

- ¿Y?, ¿qué pasó con ella? - Digo alarmado.

- Estaba llorando por una...¿advertencia?, ¿amenaza?, que Daniel le hizo. No lo sé...

Sin si quiera notarlo mis manos están hecha un puño, y mis nudillos se han tornado blancos por la fuerza que he ejercido. Quiero golpear a Daniel, y sé que es un pensamiento descortés, pero de verdad quiero hacerlo.

Entrelazo mis manos poniendo mis codos sobre mis rodillas y dejando mi cabeza gacha. Mis respiración esta entrecortada, mi cabeza no está procesando lo que hago, solo tengo ganas de moler a golpes a Daniel.

- Mario...cálmate. - Dice Juanpa,

- Está calmado. - Afirma Mau.

- No, no lo está. Mira la enorme vena que está apunto de explotar en su cuello por la rabia.

- ¡ESTOY HARTO! - Exploto. - ¿Por qué Daniel no entiendo lo jodidamente enamorado que estoy de Sofía?, ¿por qué no entiende que me importa una mierda si no le agrada?, maldita sea, quiero que deje de meterse en mi vida, quiere que por una vez es un su vida, confíe en mí, y en que lo que hago está bien. - Le doy un golpe a la pared para descargar un poco mi ira.

- Mario, es mayor, las personas mayores son estúpidas, aburridas, jamás en si vida comprenderá tu amor por Sofía... - Explica Mau.

- ¿Qué él jamás se ha enamorado de alguien? - Cuestiona Juanpa.

- Si, solo una vez, y lo dejó, por idiota. - Suelto con rabia.

La habitación se funde en un silencio demoledor, estoy enojado, frustrado, decaído, mierda, no lo sé. Tengo ganas de irme de aquí, de mostrarles de una vez por todas que lo único que necesito es que confíen en mí, que estoy haciendo lo correcto.

La puerta de la casa se oye desde mi habitación, salgo corriendo y me detengo frente la baranda de la escalera, Daniel ha llegado, y luce tan tranquilo, que ahora siento más ganas de matarlo.

Mau y Juanpa salen tras de mí, para evitar cualquier tontería que se me cruce por la cabeza. Mi padre recibe a Daniel con una sonrisa, él nota mi presencia, y de inmediato su rostro feliz cambia a una serio y nervioso.

- ¿Dónde estuviste? - Las palabras salen de mi boca antes de que pueda detenerlas.

- En...el trabajo, si eso. - Dice mirando a otro lado.

- Eres un pésimo mentiroso. - Digo y entro a mi habitación de nuevo.

Doy un último golpe a la pared y me tumbo en el Poff cerca de mi ventana.

Maldito mentiroso...

Danger. ‹‹ Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora