Girls Like Girls

Capítulo 4

Pude sentir algo encima mío, tenía pelo, era suave. En ese instante me incorporé rápidamente para ver que era lo que estaba encima de mi sólo para encontrarme con la bola de pelo de Alisson, Cake.

— ¡Alisson!, ¿¡cuántas veces tengo que decirte que eduques a tu bola de pelos!? —chillé mirando a todos lados de la habitación para encontrar a mi amiga—. Mierda.

Me quité al pequeño gato de encima mío y me dirigí hacia la sala de estar, Alisson solía levantarse muy temprano aunque no fuera al colegio.

Ahí estaba ella, preparando el desayuno.

—Buenos días —soltó sin mirarme si quiera.

—Tu gato debe dejar de hacer eso —espeté mientas me sentaba en la mesa.

— ¿Qué cosa? —preguntó.

— ¿Me estás cogiendo del pelo? —rodé los ojos.

—Claro que no Darcy —rió.

—Púdrete —musité.

—Bueno, ¿qué esperas que haga? Es un gato —se encogió de hombros.

—No todos los gatos hacen eso.

—Si no te gusta ¿porqué vienes a mi casa entonces? —se volvió hacia mi disparando ambas cejas hacia el cielo.

—Bien, lo siento —fruncí el ceño.

Soltó una pequeña carcajada y volvió a lo que estaba hace unos segundos.

—Eres imposible Darcy.

— ¿Porqué me soportas entonces? —una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios.

—Bueno... Yo...

Pasaron algunos segundos y no hubo respuesta alguna de su parte.

—Eso pensé.

Pude escuchar como soltaba un pequeño bufido mientras colocaba los platos para servir la comida.

—Espero que te guste el huevo revuelto, es lo único que sé preparar —dijo y se dejó caer en la silla.

La miré fijamente durante unos instantes.

— ¿Qué? No me mires así —rodó los ojos mientras se llevaba un bocado a la boca.

—Ni siquiera estoy diciendo nada Alisson —sonreí de oreja a oreja.

—Bueno, tu mirada lo dice todo.

No respondí, simplemente me límite a comenzar a comer mi desayuno.

~*~

—Iré al instituto a hablar con el director —dijo mi madre.

— ¿¡Estás loca!?, ¿¡acaso planeas que me traten peor!? —espeté.

—No puedo dejar que sigan estos maltratos hacia tu persona Alaska —se llevó los dedos al puente de la nariz—. Y lo peor es que no haces nada por defenderte.

— ¿Qué pretendes que haga? Nunca tuve un padre el cual me dijera 'hey, debes hacer esto para que no te dañen', nunca tuve una madre que se preocupara por mi y que casualidad que lo haces ahora —solté.

Me miró durante unos segundos, sabía que mi comentario le había dolido... Lo sabía por su mirada, había oscurecido varios tonos y su expresión había cambiado totalmente.

—De acuerdo Alaska —fue lo único que dijo después de salir de mi habitación.

Estaba tan harta de la misma mierda de siempre, tener que soportar que no me prestara la más mínima atención y de pronto ¡bum! se preocupa nuevamente por mi.