Capítulo 9

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Desperté sobresaltada, Alisson estaba a mi lado.

— ¿Qué ocurre? —preguntó dejando su desayuno de lado.

—Yo... —me pasé una mano por el cabello—. Lo siento, es sólo que... ¿Dónde esta mi celular?

—Tranquila, lo puse a cargar —espetó—, más tarde podrás hablar con Alaska.

—Oh, gracias —sonreí—. Y lo siento por el mal rato que te hice pasar anoche.

—No te apures Darcy, está bien —dijo restándole importancia al asunto—. ¿Porqué no salimos hoy?

— ¿A dónde? Lo que menos necesito ahora son fiestas —mascullé.

— ¿Quién mencionó alguna fiesta? —frunció el ceño—. A algún parque o algo así, como en los viejos tiempos. Nos haría bien a ambas despejarnos un poco de todo esto que esta ocurriendo.

—Bien, me parece una buena idea —solté.

—Toma —dijo Alisson tendiéndome una charola con una tostada acompañada de unos panqueques y jugo de naranja.

—No te hubieras molestado —espeté.

—Está bien Darcy, no es ninguna molestia —sonríe.

Le dedico una leve sonrisa y segundos después comienzo a devorar mi desayuno.

—Alaska te ha dejado un mensaje, iba a responderle pero no quería tener problemas contigo —musitó.

Segundos después miré hacia la mesita de noche que había a mi lado, ahí se encontraba mi móvil.

Lo tomé y rápidamente fui al chat con Alaska.

¿Te ha molestado algo de lo que he dicho anoche? —Alaska Johnson.

¿Porqué no contestas mis llamadas? —Alaska Johnson.

Te has cansado de mi, ¿cierto? —Alaska Johnson.

Lamento haberte molestado Darcy, adiós —Alaska Johnson.

—No, no, no —solté—. ¡PUTA MIERDA!

— ¿Darcy que ocurre? —pregunta Alisson confundida.

— ¡Alaska! —mascullo.

— ¿Qué ocurre con ella?

— ¡Cree que ya no quiero hablar más con ella! —digo con la voz entrecortada.

—Oh mierda —dice posando una mano sobre su frente—, ¡llámala!

Después de unos segundos presiono el botón de llamada, pasan dos tonos y no responde.

— ¡Mierda no responde joder!

—Tranquilízate Darcy —dice Alisson tratando de acercarse a mi.

¿¡Cómo demonios quieres que me calme!? —digo al borde de perder el control.

— ¡Basta Darcy! —después de eso pude sentir el ardor en mi mejilla. Alisson me había abofeteado.

Parpadee varias veces tratando de aceptar lo que había pasado. Me volví hacia ella.

—Tienes que calmarte —espetó mientras me ayudaba a levantarme—, así no conseguirás nada.

Tomé el móvil y volví a llamarla, esperando que esta vez respondiera.

— ¿Hola? —dije esperando alguna respuesta del otro lado de la línea—, ¿hola?

¿Qué quieres? —soltó Alaska. Su tono de voz ahora era diferente. Frío.

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