Girls Like Girls

Capítulo 12

— ¡Quiero una más! —suelto dirigiéndome a Darcy.

—Hey tranquila —sonríe—, sólo son las 10:30 y ya estás hasta el culo de ebria.

No puedo evitar reír ante su comentario y segundos después sigo bailando.

—Acompáñame —dice por encima de la música.

— ¿Dónde vas? —pregunto.

—Fuera, saldré a tomar algo de aire —responde.

Asiento y nos encaminamos hacia la salida.
Una vez que estamos fuera del lugar Darcy saca una pequeña caja de su bolsillo trasero.

— ¿Qué es eso? —digo observando la pequeña caja entre sus manos.

—Cigarros.

—Aguarda... ¿Fumas?

—Si —encoge los hombros.

—Estás llevándote a tu propia muerte Darcy —digo.

—Tranquila, no me pasará nada Alaska —sonríe mientras enciende el cigarro para segundos después llevarlo a su boca.

—No quiero que hagas esto Darcy —espeto.

—No lo hago a diario, no tienes de que preocuparte —dice y deja escapar el humo de su boca.

— ¿Qué no tengo de que preocuparme? —frunzo el ceño—, eres mi novia Darcy. No voy a dejar que nada ni nadie te haga daño.

Vuelve la mirada hacia mi y un suspiro brota de su garganta.

— ¿Debes hacer eso? —suelta.

— ¿Qué cosa?

—Ser amable, cariñosa, siempre ver lo mejor de las personas a pesar de la maldad que llevan dentro —musita con la voz enronquecida.

—No lo sé... Simplemente que no me gusta guardar rencores con nadie, siempre intento ser positiva —respondo.

—Deberías dejar de hacer eso Alaska... Es por tu bien, no me gustaría que te siguieran lastimado emocionalmente ni físicamente —me mira.

Guardo silencio por unos segundos, en cierto punto tiene razón... Tal vez por eso siempre me han tratado como lo han hecho.

— ¿Puedo? —digo mirando hacia sus manos.

—Debes inhalar profundamente y después soltarlo con lentitud —dice tendiéndome el cigarro.

Repito lo que me ha dicho, y de alguna manera lo logro sin ninguna dificultad.

— ¿Lo habías hecho antes? —pregunta algo asombrada.

—No —respondo—, nunca lo había hecho.

—Para ser tu primera vez eres muy buena —sonríe.

No respondo, simplemente me limito a mirarla como si fuera la única persona en el mundo. Al menos en mi mundo.

—Tu mirada es penetrante —dice sin siquiera mirarme.

— ¿Qué? Yo... —aparto la mirada de golpe—. No te estaba mirando Darcy.

—Claro que no —ríe—, claro que no Alaska.

— ¿Porqué no entramos por otra cerveza? —suelto.

—Si llegas demasiado borracha a tu casa, tu madre me matará —masculla.

—Oye, traerme aquí fue tu idea —contradigo.

— ¿Podrías callarte? Trato de no sentirme culpable ahora —me dedica una sonrisa.

—Vamos Darcy —espeto.