Capítulo 22

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Han pasado cuatro días, he llamado a Alaska y le he explicado que todo era un mentira.

Después del sueño que tuve con más razón necesitaba decirle lo que estaba ocurriendo, hoy vendrá para hablar conmigo.

—Si necesitas algo sólo llámame, te apoyaré en esto ¿de acuerdo? —suelta Mark.

—Gracias, de verdad —sonrío.

—No hay de que Darcy —en ese momento sale de la habitación, dejándola en completo silencio.

Estoy realmente ansiosa y preocupada por la llegada de Alaska, no sé como reaccionará ante esto... Y sobre todo, tengo miedo de perderla.

Después de unos minutos la puerta se abre, dejando ver el rostro de mi novia.

—Hey —dice con una leve sonrisa—. No te preguntaré como estás porque es una pregunta estúpida, digo... Mírate.

—Alaska —suelto.

— ¿Porqué Darcy?, ¿porqué me mentiste de esa forma?

—Tenía miedo de perderte —respondo—. Y sobre todo, tenía miedo de romperte más de lo que ya lo estás; ambas sabemos que estas pasando por momentos difíciles... No quería dificultarte esto más.

—Hubiera estado para apoyarte Darcy, como siempre lo he hecho —hace una pausa—. ¿Es por eso que me pediste que viniera?

Asiento y ella parece quedar perpleja.

—Darcy, comprendo que en cualquier momento tus pulmones pueden dejar de funcionar —dice—. Pero debiste decírmelo antes.

—Eso no cambiaría nada.

—Bueno, ya no importa —espeta—. Estaré aquí contigo, hasta el final mi amor —en ese momento se acerca a mi y deposita un casto beso en mis labios.

—No debí mentirte de esa forma —digo después de unos segundos—. Lo siento.

—No te preocupes amor, ya no importa ¿si? —dice mientras me acaricia el cabello.

Pasamos algunos segundos en completo silencio, Alaska se ha recostado a mi lado y ahora yo estoy recostada en su regazo.

En ese momento, Mark irrumpe en la habitación.

— ¡Oh! —exclama algo nervioso—. Lo siento, no sabía que Alaska estaba aquí.

Le lanzo una mirada fulminante y el se da cuenta de su error.

— ¿Cómo sabe mi nombre? —pregunta incorporándose.

—Le hablé de ti —respondo rápidamente antes de que Mark pueda decir algo más.

—Será mejor que me vaya, vuelvo más tarde Darcy.

En ese momento sale de la habitación y Alaska vuelca su mirada sobre mi.

— ¿Qué? —pregunto volviendo a recostarme.

— ¿Acaso sabe que somos...?

—Si... Era necesario que lo supiera —me encojo de hombros—, ha sido más que un médico para mi.

—Me alegra que aún haya personas así —sonríe.

—Bueno, el es una gran excepción —digo y me dejo caer por completo en la cama.

La brisa entra por la ventana y no puedo evitar sentirme acogida por el tipo de clima que hay en este momento, me cubro con la manta y cierro los ojos.

Lo único que quiero ahora mismo es descansar.




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