Capítulo 20

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Son las seis de la madrugada, me he sentido algo mal y he decidido venir al hospital.

—Darcy Brooks —anuncia Mark, mi médico.

Me incorporo y me dirijo hacia la sala correspondiente.

— ¿Cuál es la molestia? —pregunta.

—Bueno, se me ha cerrado la garganta y decidí venir —hago una pequeña pausa—. No podía respirar bien.

—Entiendo —hace una mueca—. Escucha Darcy, tus pulmones ya no están funcionando como deberían y en cualquier momento pueden dejar de hacer su tarea.

—Entiendo... ¿Cuánto?

—Es cuestión de tiempo, podrían ser unas semanas o algunos meses.

Asiento y rápidamente me incorporo de mi lugar.

—Darcy espera —dice antes de que salga por la puerta—. Más vale que vayas preparando a tus familiares para esto.

—Lo haré —y sin más que decir, salgo del lugar.


Camino lentamente, no tengo ninguna prisa por llegar a mi hogar.

En ese momento, me tropiezo con un chico. Es Michael.

— ¿Darcy? —me observa fijamente—. ¿Qué haces aquí a estas horas?

—Yo... Salí a caminar un rato —miento.

— ¿Quieres hablar? —me dice.

Aunque casi no hablaba con Michael, el era una de las pocas personas que aún me conocía a fondo.

—Si —respondo. Para nuestra suerte nos quedaba cerca un restaurante abierto las veinticuatro horas del día.

Nos adentramos en el y ambos pedimos un café.

— ¿Qué ocurre? —dice bebiendo un sorbo de su café.

—Es algo complicado, demasiado diría yo.

No dice nada, se queda en completo silencio esperando que continúe.

—Michael... —tomo una inspiración para continuar—. Debido a mi estilo de vida, ya sabes —me encojo de hombros—. Mis pulmones han dejado de funcionar correctamente y podría morir en cualquier momento.

¿Qué? —dice despegándose el café de la boca—. Mierda Darcy, yo... Mierda.

—Lo sé —espeto.

— ¿Acaso no se lo has dicho a nadie más?

—Mi padre lo sabe, Alisson lo sabe... Excepto mi novia —lo observo por algunos segundos.

—Aguarda, ¿eres...?

—Ajá.

—No lo sabía.

—Yo tampoco —me sincero.

—Bueno, deberías decírselo.

—Ella... No está pasando por momentos fáciles, ¿sabes? Si le digo esto posiblemente la quiebre por completo —respondo.

—Puedes ocultarlo todo lo que quieras, pero al final terminará sabiéndolo —bebe nuevamente de su café.

—Debo irme. Fue bueno volver a verte Michael —sonrío.

—Igualmente Darcy, adiós.

—Adiós —digo y me encamino a casa.




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