Girls Like Girls

Capítulo 14

Habían pasado dos horas desde que llevaron a Ivonne a terapia intensiva, aún no había un diagnóstico correcto de lo que le había ocurrido.

—Amor, debes comer algo —suelto pero Alaska parece no escucharme—. Alaska.

—¿Eh? —dice volviéndose en mi dirección.

—Debes comer algo.

—No tengo hambre Darcy —su voz se ha enronquecido varios tonos. Desde que llegamos al hospital no me ha dirigido ni una palabra, hasta ahora.

—Perdón... Por pegarte —musito y coloco mi mano sobre la de ella.

—No estoy así por eso Darcy, sabes que te amo —aprieta mi mano con fuerza—. Es sólo que... Mi madre y yo nos distanciamos desde que mi padre se divorció de ella —hace una pausa—, y realmente me dolería que se fuera de este mundo con todos esos malos recuerdos.

—No se irá aún Alaska —trato de darle ánimos, pero sé que es imposible—, además me tienes a mi. Estaré contigo el tiempo que sea necesario.

—Gracias Darcy... De verdad que has sido tan buena conmigo —esboza una débil sonrisa.

—Te amo, mucho —sonrío y ella se deja caer en mi hombro.

—Yo también te amo... Demasiado —se aparta un poco para mirarme, y después de unos segundos se lanza sobre mi boca.

De alguna manera, sé que necesita este contacto. Necesita algo que la haga sentir bien, viva.

Después de unos segundos finalmente me aparto, uno de los médicos me hace una señal en dirección hacia el. Seguramente tiene el diagnóstico de Ivonne.

—Ya vengo —digo y me encamino en dirección hacia el médico—. ¿Qué ocurre?

—Está... Está muy delicada —dice y niega con la cabeza—, no creo que pueda resistir.

—¿Sabe que es lo que le pasó? —pregunto y no puedo evitar pensar en lo destrozada que estará Alaska.

—Como sabe, tiene cáncer —comienza—. Nunca fue una mujer con un buen estilo de vida.

— ¿A qué se refiere?

—Aún sabiendo lo de su enfermedad seguía fumando, bebiendo... Se llevaba cada vez más a la perdición —hace una larga pausa y puedo ver como mira a Alaska—, debe estar preparada para lo que venga.

— ¿No hay alguna manera de atrasar esto? —si hay alguna alternativa para que pueda seguir aún aquí, deben ponerla en práctica.

—No hay cura para el cáncer —responde el médico y puedo notar algo de decepción en su voz—, lo que ella hizo fue acelerar el proceso de su muerte.

—Espere... ¿Quiere decir que...? —hago una pausa, no puedo continuar. Un nudo se ha formado en mi garganta.

—Ella quería morir —completa—, es lo que quiere... Y al parecer, va a lograrlo.

—No... No puede decirme eso —digo en un tono apenas audible—, ¿sabe lo destrozada que estará ella?

—Aún no le menciones nada —dice con toda calma—, simplemente dile que está en un estado crítico. Si lo que quieres es que no se destroce más de lo que ya está debes mentirle.

—Yo... No puedo hacer eso —digo porque es cierto, no puedo si quiera imaginarme mintiéndole a Alaska.

—Es tu decisión —se encoge de hombros—. O le mientes y le evitas un mayor sufrimiento, o le dices la verdad y la destrozas por completo —me lanza una última mirada y se retira.