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La mochila voló por los aires hasta caer en el viejo sofá de la sala. Aunque llevaba años de mi vida haciendo la misma rutina, y ya casi medio año, aun no podía acostumbrarme, y las ganas de que el año escolar terminara eran sofocantes e irritables para mi.

- Llegue.- grite a quien sea que estuviera en la casa, y sin recibir respuestas comencé a subir las escaleras hacia mi habitación.

La cama desarreglada era mi golpe bajo, mi debilidad. Tirarme y dejar mi cara sobre la almohada aspirando mi propio olor, era la gloria. Buena manía que no me dejaba levantarme por las mañanas.

No llevaba ni minutos en mi cuarto cuando mi madre entro, hablaba por teléfono con anda a saber quién.

- Es una gran pena, Karen.- su voz reflejaba tristeza. Ay no, mierda ¿que paso ahora?, pensé.- Aquí está el, si gracias a dios está perfecto.- sonrió mirándome, levante una ceja a su dirección con confusión.- Tranquila, sé que lo hará, te lo aseguro es un gran chico.- aún seguía mirándome.- está bien.. si...si. Ok...Mmh.- y vuelvo a pensar, ¿qué clase de persona entra a tu habitación para hablar por teléfono y fastidiar? ¡Es que no entendía el porqué de su presencia aquí!- Cuídate linda, ya verás como todo saldrá bien. Besos y fuerzas, mi apoyo lo tendrás siempre.- luego del murmullo del otro lado del teléfono esta corto la llamada, sentándose en el borde de mi cama y mirando al suelo. ¿Acaso estaba llorando?

- Ok...¿Qué acurre?- pregunte delicado y demasiado confundido.

- Era Karen.- ¿Qué?

- ¿Karen?

- Karen Clifford, Luke.- nombro indignada. Rodee los ojos con fastidio, ¿y a mí que con Karen Clifford? Hacía años que no sabía nada de ellos.- Luke no hagas eso.- reprimio.- Michael está enfermo, ¿es una pena verdad?- pregunto cabizbaja limpiándose una lagrima.

Aclaremos... mi madre es la persona más sensible, ingenua, amable, un poco anticuada, y realmente exagerada de este mundo. Con el paso del tiempo te acostumbras a sus repentinos cambios emocionales, al menos sabes que a pesar de cada llanto, ella es realmente feliz.

Y mientras tanto, Karen Clifford si bien recuerdo, es una vieja amiga de mama. Solían juntarse bastantes cuando éramos pequeños; éramos, Michael y yo.

No teníamos otra opción que jugar juntos cada tarde que ellas se reunían, pero de todas maneras nunca lo considere mi amigo. Era un niño raro. Demasiado callado y tímido, rara vez reía y siempre estaba demasiado pálido. Jamás le gusto jugar con mis autos, y a mí no me gustaba jugar con sus viejos y casi desastrosos libros. Con el paso de los años dejamos de hablarnos, cada vez que mi madre se juntaba con la suya metía la excusa de tener planes con "otros amigos" y evitar tener que pasar tiempo con el. En la escuela rara vez lo veía, siempre estaba en la biblioteca mientras que yo, en la sala del profesor Sykes. Nunca había oído nada sobre el, no era el típico chico popular ni aunque sueñe, ni yo lo era, pero si tendríamos que comparar nuestra fama, ganaría por unos cuantos puestos más.

Pero de todas formas escuchar su nombre en la conversación me intrigo. ¿Enfermo? ¿A qué se refería?

- ¿Enfermo? ¿Qué tiene?- me senté y apoye mi espalda contra el respaldo, centrando toda mi atención en la mujer de ojos azules.

- Le diagnosticaron Leucemia, de seguro no ira a la escuela en lo que queda de esta semana, el está mal.- suspiro.

- Vaya suerte.- dije en broma refiriéndome a las clases y recibiendo la muy mala cara de mi madre.- Lo siento, espero que mejore.

- Lo hará estoy segura.- miro al techo realizando la señal de la cruz. No por favor... - de todas formas le he dicho a Karen que estás dispuesto a pasar tiempo con el.- espera, ¿Qué?- ya sabes para subirle el ánimo, no le vendría mal un viejo amigo.

- Estas de broma, ¿¡que!?- pregunte con una risa forzada.

- Luke Hemmings, ¡no puedes ser tan insensible! El es tu amigo hijo, necesita apoyo.

- Tiene mi apoyo, ¡pero no puedo pasar tiempo con el!- me excuse.

- ¿Por qué no?

- ¡No le agrado! Ni el a mi.

- Tonterías, ¿acaso no eran amigos?

- No. Nunca lo fuimos. El es raro, y nunca lo veo en la escuela.

- Pues lo harás a partir de ahora. Piénsalo, no debe ser lindo enterarse que estas enfermo, ponte en su lugar cariño.- tal vez tenía razón, pero no era una excusa valida.

- Ya...lo pensare ¿bien? - dije sin mas volviendo a recostarme.

- Luke, háblale, de seguro esta vez se llevaran bien. Han crecido y madurado, o al menos el lo ha hecho. - la miro con ambas cejas levantadas.

- ¿Disculpa? ¡soy lo suficientemente maduro para mi edad!

- Pues con esto no lo demuestras.- replico levantándose y saliendo de la habitación.

Bonita mierda.

The dying boy ⏩MUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora