e i g h t e e n

28 7 6
                                    

Al parecer el buen humor me dura poco. Realmente soy bipolar.

- ¿Qué dices? Porque los chicos realmente quieren. - hablo Luke jugando con nuestras manos. Las entrelazaba y desentrelazaba una y otra vez, yo solo miraba la pared desconcertado. - hey, Mike.- llamo mi atención  apretando mi mano.- Mike.- se levanto de mi lado para mirarme de frente.- ¿te encuentras bien?

- Eh, si. Si.- hable sacudiendo mi cabeza para despertarme del trance.

- Ok...- volvió a acostarse junto a mi.- ¿y que dices?

- ¿Sobre que?

- Sobre las vacaciones, con los chicos. -  lo mire confundido y suspiro. - Calum tiene un departamento en Melbourne, podemos ir y quedarnos...no lo se, ¿cinco días?

- ¿No es mucho tiempo?- hable sin emoción.

- ¡Claro que no! Estaremos juntos, con eso basta.

- No lo se...- suspire mirando el techo.

- ¿hablas en serio? - me interrumpió volviendo a sentarse.- Michael debes salir, ¿no te aburres de estar aquí?

- No tengo el lujo de poder hacerlo Luke, siempre me ocurre algo.- no respondio, porque sabe que es cierto.

- ¿Tres días?

- No lo se.

- ¿Por favor? – murmuro haciendo un puchero y acercándose. Sonreí levemente.

- No.

- ¿Por mi? – volvió a murmurar a centímetros de mi cara. Rozo mi cuello con su nariz y dejo un par de besos por la zona, logrando que carcajee por las cosquillas.

- ¡No! – dije con dificultad por mi risa.

- ¿No quieres pasar tiempo conmigo? – hablo serio volviendo a enfrentarme.

- Estoy contigo.- hable posando mis manos en sus hombros. El estaba arrodillado frente a mi sobre la camilla de este asqueroso hospital.

- Sabes a que me refiero.- suspiro.

- Lo se, y si quiero. Pero no se si puedo hacerlo...

- Si puedes. Yo te ayudo. - sonrió con sus hoyuelos.

- Siempre me ayudas. - hable sincero y este se acercó dejando su nariz a centímetros de la mía.

- Porque te quiero. – poso sus suaves labios sobre los mios, y yo solo me deje llevar.

La posición era cómoda. Yo apoyado en el respaldo de la camilla, y el con ambas piernas a un lado de mi cuerpo, lo mas cerca posible de mi. Ohh... esto se esta poniendo bueno...

- Micha...¡Ah! – estaba tan absorto en el beso que no escuche la puerta abrirse. Empuje de inmediato a Luke lejos de mi, provocando que se tambaleara para atrás cayendo al suelo. Si no estuviéramos en esta situación le hubiera gritado un "¡Toma ya!" pero obviamente no lo haría.

Mi madre estaba roja de vergüenza, o furia, y yo estaba pálido del miedo. Jamás había tocado el tema de mi sexualidad con mis padres, jamás se hablaba de nada relacionado con el sexo. ¿Cómo sé que está pensando en este momento? ¿Cómo sé que no está enfadada? ¿¡COMO SE SI MORIRE DESPUES DE ESTO!?

Abrí la boca para hablar, pero nada salió de mi. Estaba sin voz.

- Y-Yo...V-Venia a de-ecirte que n-nos vamos. – sus ojos estaban por salirse de sus orbitas.

- Bien.- dije firmemente parándome y juntando mis cosas lo más rápido posible. Evitaba a ambos con la mirada. La puerta se cerro y gire a ver a Luke con temor.

- Yo...yo supongo que me iré...

- ¡No! – grite y este me miro desorientado. – quiero decir, tu te vas conmigo.- hable de corrido por los nervios.

- ¿Estas... seguro?

- Si, muy seguro.

La verdad es que no estaba para nada seguro, pero prefería que el vaya con nosotros a quedarme a solas con mi madre.

- Está bien.

...

- Y Luke...¿Cómo esta tu madre? – hablo mi madre luego de unos largos minutos de pura tensión.

- Ah...bien. Muy bien.

- Oh...me alegro. – el silencio de nuevo. Mire a Luke por el retrovisor y lo encontré mirándome. Levante una ceja a su dirección y este paso un dedo por su cuello fingiendo estar muerto. Sonreí y este hizo lo mismo, con la diferencia de sus hoyuelos. Giré mi mirada aun con la sonrisa por instinto y encontré a mi madre mirándome con una extraña expresión. Borre la sonrisa de inmediato.

- Acá es...- se escuchó murmurar a Luke.

- Lo se. – respondió mi madre.

- Bueno...- comenzó el rubio sin saber que más decir. - gracias, adiós. - sin más abrió la puerta y se bajó. Gire mi vista a la ventanilla para observar a Luke entrar a su casa. Por nada del mundo haría contacto visual con mi madre, creo que me haría encima si lo hago.

El auto arranco y no paso mucho tiempo cuando comenzó a hablar.

- No sabía que se llevaban tan bien.

- Si. Yo tampoco. - mi voz parecía la de un niño. Un niño asustado. Mi madre rio.

- ¿no lo sabias? No lo parecía. – no pude descifrar su tono.

- ¿a no?

- No.

- Oh.

Silencio.

- Es bueno que al final de cuentas Luke haya aceptado ser tu amigo.- fruncí mi cejas y mi miedo se esfumo reemplazado por la confusión.

- ¿a que te refieres? – pregunte con el ceño fruncido.

- Ya sabes, no estaba demasiado feliz con la idea de tener que hablarte. - rio.- Liz lo obligo, pero claro, yo solo quería que no estuvieras tan solo ¿sabes?

- ¿lo obligo a...hablarme? – al parecer mi confusión era evidente cuando mi madre estaciono el auto frente a casa y giro a verme con preocupación.

- ¿no lo sabias?

- ¿Saber que? – mi voz se cortó.- ¿Qué el único amigo que creí tener fue obligado a hablarme por mi madre y la suya? Pues no.- conteste al borde de las lágrimas.

- Oh, cariño, yo no...

- ¡no! No lo digas...  solo...- la corte colocando ambas manos en mi rostro. – solo quiero estar solo ¿si? Estoy cansado. – mi madre me miro con pena para luego asentir. No espere una respuesta, solo abrí la puerta del auto y la cerré con un poco mas de fuerza de la normal.

No podía creerlo. ¿el realmente me había mentido todo este tiempo?

Maldita sea, esto se siente peor que no poder respirar.

Corrí hacia mi habitación y me encerré bajo llave, por las dudas. Mi cama fue la única testigo de todas mis lágrimas y gritos ahogados.

Era una pena. Yo daba pena.

The dying boy ⏩MUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora